GADAFI denuncia neo-colonización de Libia mientras defiende y limpia Libia de “rebeldes” de la OTAN. Ahora la ONU protege a terroristas, da golpes de Estado y fomenta el Magnicidio...¡Viva el valiente pueblo Libio, que no se rinde y vencera!


1. Moussa Ibrahim, vocero del gobierno Libio habla sobre la agresión neocolonialista y la firme resistencia del pueblo libio:

El portavoz de El Gadafi, Moussa Ibrahim, declaró anoche que Sarkozy y Cameron "marcaron el comienzo de un proyecto de colonización criminal" de esta nación petrolera.

En declaraciones por teléfono al canal sirio Ar Rai, Ibrahim afirmó que los dos gobernantes "están apurándose para recoger los frutos de la caída de Trípoli porque obviamente temen la llegada de los estadounidenses y de otros países que desean una tajada del pastel".

"Ellos se apuraron en ir a Trípoli para hacer acuerdos secretos con los colaboradores y traidores, y para tomar el control del petróleo y las inversiones bajo el pretexto de la reconstrucción", añadió el vocero sin revelar desde donde hablaba.

Subrayó que los mandatarios Francés y Británico, junto a los demás terroristas de la OTAN, "hablan ahora de la reconstrucción de Libia por cientos de miles de millones de dólares, (pero) la destruyeron para reconstruirla con el dinero de los libios"



2. Primer ministro turco advenedizo y oportunista inicia visita a Libia y solo lo esperaban una decena terroristas del CNT



3. Un barco de la OTAN ha sido destruido en aguas territoriales libias muy cerca de la costa de Sirte.

4. El ejército libio solo tiene 20.000 soldados que se están enfrentando al mayor ejército del mundo, Honor y Gloria a estos valientes que no solo luchan por liberar a Libia sino que luchan por todos los oprimidos del mundo….

5. En Trípoli nadie ha votado ni quiere a estas ratas del CNT. El comité del pueblo sigue siendo el gobierno legal de Libia y apoyado por la mayoría del pueblo libio.

6. ¿Cuantos millones de trabajadores extranjeros en libia han visto sus vidas destruidas gracias al "trabajo" sucio de Sarkozi, Cameron y Obama?.

La resolución de 1973 está a punto de terminar mientras la Otan aprieta al máximo destruyendo Sirte tanto como puede. Manteniendo a la población con un asedio máximo, sin comida, ni agua ni electricidad.
Dicen que bombardean Sirte porque el líder libio está allí...cada ciudad que la Otan destruye la relacionan con el Líder libio como si fuera justificable destruir un país en la persecución de una persona...me recuerda la invasión de Afganistán persiguiendo al tres veces fallecido Osama Bin laden.¿?

7. Sirte vive un infierno gracias a las acciones terroristas y genocidas de la OTAN pero son rechazados y obligados a retroceder.

8. Ciudadanos libios han sido forzados bajo amenaza de muerte con rifles, para que dieran su apoyo al líder del régimen Inglés Camerón en la ciudad de Benghazi

9. El escándalo increíble, "Rebeldes” en  Libia ocultan los ataques y crímenes contra mujeres y niños acusados como espías de Gadafi



10. Libia - Trípoli, antes y después del bombardeo de la OTAN y la entradad de sus ratas “rebeldes” 



11. CANCIONES A AISHA AL GHADAFI






“Rebeldes” Libios sin causa

1. Por más que algunos se empeñen, los distintos posicionamientos frente a los acontecimientos en Libia no son otro capítulo más de la eterna trifulca entre “trotskistas y estalinistas”. 

Ciertas organizaciones de férrea línea marxista-leninista, como el PCE (m-l), el PCOT o el FPLP, apoyan a los “rebeldes” libios. 

Y existe como mínimo un colectivo trotskista, Clase contra clase, que se niega a hacerlo. 

2. Desgraciadamente, la revolución libia (al igual que los "soviets" libios que algunos quisieron ver) no existe. 

Existieron primeramente manifestaciones populares (pro y anti-gubernamentales), más tarde un golpe de Estado fallido de un sector de la oligarquía y, finalmente, una invasión imperialista en apoyo de dicho sector, que garantiza mejores condiciones para las multinacionales petroleras.

3. Las manifestaciones iniciales en Libia, bajo la bandera del rey Idris I,   no pueden ser sin más asimiladas al posterior golpe de Estado del Consejo Nacional de Transición. 

El CNT aprovechó la coyuntura de las protestas para desencadenar su putsch. 

La tenencia de armas por parte de los “rebeldes” libios (aparte de aquellas asaltadas en los cuarteles), así como las características y el calibre de dicho armamento, desmienten el supuesto carácter “popular” y “espontáneo” del golpe, diferenciando de manera radical este proceso del vivido en otros lugares como Túnez y Egipto.

4. Los “rebeldes”, con cuya ayuda el imperialismo pretende bajar el precio del barril de Brent hasta los 100 dólares (aparte de objetivos geopolíticos, yacimientos acuíferos, etc.), no pueden ser justificados de ningún modo desde una perspectiva antiimperialista. 

Su dirección, el CNT, es profundamente reaccionaria y títere del imperialismo (por no hablar de otras lacras como su racismo o su utilización de niños soldados en el frente). 

Evidentemente, el carácter político y el sentido histórico de un movimiento político no es determinado por la extracción social de sus bases, sino por los objetivos, métodos, financiación y alianzas de su dirección política.

5. El lenguaje, base del pensamiento, nos permite perfectamente defender el derecho a la resistencia, el acto de resistencia en sí mismo, por ejemplo contra el invasor en Afganistán, sin necesidad de ser partidarios políticos de los talibanes. 

Es decir, se puede colaborar con ellos   en tanto que resistentes, no en tanto que talibanes. 

Las diferentes acciones que realizan un sector político pueden segmentarse sin el menor problema  teórico o práctico, apoyando sólo aquello en lo que estemos de acuerdo. 

Lo determinante será el sentido histórico de cada acción en la fase actual del capitalismo monopolista e imperialista. 

6. El antiimperialismo (requisito sine qua non para ser revolucionario) implica la oposición a la ocupación de (neo)colonias y, en consecuencia, el más firme apoyo de los diferentes actos de resistencia, como la resistencia palestina (pese a las diferencias políticas con Hamás), la resistencia iraquí (pese a las diferencias políticas con el antiguo partido Baaz de Sadam Hussein), la resistencia afgana (pese a las diferencias políticas con los talibanes) y la resistencia libia (pese a las diferencias políticas con la Jamahiriya de Gadafi).

7. Si por apoyar las resistencias palestina, afgana, iraquí y libia somos infantilmente acusados de “apoyar dictadores”, entonces, siguiendo la misma lógica, aquellos “ni-nis” que ensalzan a los “rebeldes” libios podrían ser tildados de apoyar a la OTAN. En ambos casos, nos habremos dejado el rigor y la seriedad por el camino.

8. Las protestas pro-occidentales iniciales (que jamás incluyeron a la población negra inmigrante, base de la exigua clase trabajadora del país), así como la existencia de minoritarios pero dignos sectores revolucionarios en el país, son elementos que no guardan una relación de equivalencia con el golpe de Estado de estos llamados “rebeldes”, a los que no tienen bajo su control ideológico o político. 

Hablamos de unos “rebeldes” liderados por fundamentalistas islámicos y exministros de Gadafi, directa y abiertamente aliados a la OTAN (cuyos inmisericordes bombardeos justifican), financiados por ella, reconocidos por “occidente” y cuyo papel y sentido histórico de mercenarios al servicio del imperialismo cada día va quedando más claro. 

9. Tampoco la resistencia contra el invasor puede ser reducida de manera simplista a mero gadafismo, ya que abarca, por el contrario, a todos los sectores del país que aspiran a conquistar la soberanía nacional expulsando al invasor, y es (al igual que en Palestina, Afganistán, Iraq o cualquier otro país ocupado por tropas extranjeras con propósitos neocoloniales) el lugar o el movimiento histórico en el que los sectores revolucionarios han de volcar sus esfuerzos para no romper el frente común. 

10. El día en el que la OTAN sea expulsada y sus agentes y mercenarios derrotados será el día en el que, al menos, estarán sentadas las condiciones para que una verdadera revolución libia, nacional y popular, derroque a Gadafi y supere la mayor de las dictaduras: la del capital.



Libia: Guerra inconclusa
y endeudamiento anticipado

(PL) La OTAN podría detener hoy su devastadora agresión y los rebeldes terminar aplastando la épica resistencia de los leales a Muamar El Gadafi, pero la "nueva Libia" ya certificó su nacimiento socialmente fragmentada y políticamente endeudada.

El impasse que vivió el conflicto libio en torno a Bani Walid, Sirte y Sabha, más de dos semanas después de la entrada triunfal de los insurgentes a Trípoli, presagió que tomará mucho tiempo para escuchar del Consejo Nacional de Transición (CNT) la frase "misión cumplida".

Al margen de montajes televisivos en la Plaza Verde, los sublevados tomaron el 23 de agosto Bab Al-Aziziyah, otrora residencia del ahora evadido líder, y pese al golpe psicológico que ello significó para los progubernamentales, las referidas ciudades mantuvieron la resistencia.

Básicamente Bani Walid, un oasis en medio del Sahara, y Sirte, ciudad mediterránea cuna de El Gadafi, se convirtieron en los últimos reductos de tenacidad y aquella actitud indómita de sus jefes tribales hizo abortar varias negociaciones para que se rindieran.

Miembros de una misma tribu, como es el caso de la Warfalla -la más numerosa e influyente de Libia y adepta a El Gadafi-, quedaron separados en uno y otro bando, atenazados por una campaña de desinformación deliberada que generó más confusión.

Alternando con las bombas, la aviación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) arreció en los días decisivos de Bani Walid el lanzamiento de panfletos instando a los pro-Gadafi a someterse y, en algunos casos, a abandonar el país.

Resultó paradójico que la beligerancia quedó virtualmente estancada -aunque la alianza atlántica mantuvo sus bombardeos- y el liderazgo del CNT se apresuró a delinear un gobierno interino y recabar reconocimiento mundial, sin tener pleno control de todo el territorio.

Tras casi siete meses de manifestaciones callejeras y protestas opositoras que la OTAN con el aval de la Liga Árabe ayudó a transformar en insurrección armada con visos de guerra civil, Libia tiene numerosas tareas pendientes en el plano militar, político, social y estructural.

La denominada Revolución de Febrero (el levantamiento comenzó el 17 de ese mes) ya clasifica como la más sangrienta de las revueltas árabes, si se asume como cierto los más de 50 mil muertos estimados por el CNT, y eso se traduce en un tejido social y tribal roto.

No es casual que numerosas ciudades y poblados declarados "bajo control rebelde" estén totalmente desolados, devastados y sin los más elementales servicios, algo que tampoco escapa a Trípoli y entronca con un objetivo clave de los llamados "Amigos de Libia": la reconstrucción.

A primera vista, resulta fácil advertir que las prioridades de libios y aliados se bifurcan, pues los primeros ansían la captura de El Gadafi, vivo o muerto, para dar por concluida la guerra, mientras los segundos ya se frotan las manos con jugosos negocios.

El CNT insiste en presionar a Argelia, Níger y a todo Estado que reciba a parientes de El Gadafi para que los extradite, y los países occidentales y árabes que participaron en la agresión a Libia hicieron un primer ensayo de la repartición del botín, el 1 de septiembre.

Justo el día en que se hubieran cumplido 42 años de la llegada al poder de El Gadafi, los "Amigos de Libia" convergieron en la capital de Francia para dibujar el mapa de la reconstrucción de una nación que hasta hace poco descollaba entre las más prósperas de África.

Francia, anfitriona y pionera en los bombardeos contra el país norafricano; Estados Unidos, en un pensado segundo plano; y Gran Bretaña se apoyaron en un inventario de necesidades pensando en oportunidades de inversión en petróleo e infraestructuras.

Representantes de 63 países y organizaciones internacionales decidieron en París continuar con las operaciones militares "hasta que sea necesario" y, lo más importante, desbloquear 15 mil millones de dólares libios que la ONU había congelado a Trípoli en el exterior.

"Todos nosotros nos hemos comprometido a desbloquear el dinero de la Libia de ayer para financiar el desarrollo de la Libia de hoy", expresó el presidente francés, Nicolás Sarkozy, al justificar el negocio redondo sellado en París.

Dicho de otra forma, los rebeldes del CNT -vistos como las nuevas autoridades- dispondrán de efectivo para paliar necesidades domésticas, sobre todo pagar a las empresas europeas, estadounidenses y árabes que buscarán nichos de inversión, fáciles de hallar en la derruida Libia.

El propio gobierno de Sarkozy gestionó -o gestiona- acuerdos con los rebeldes para explotar un tercio de las reservas petroleras libias (al menos un 35 por ciento), según el diario Liberación.

Pero a la Ciudad Luz llegó el primer ministro David Cameron después de que un avión de la Fuerza Aérea Real Británica descargó en Benghazi billetes impresos en Londres por valor de 280 millones de dinares libios (233 millones de dólares) para revertir la escasez de efectivo.

Medios noticiosos británicos reportaron entonces que Londres planeaba enviar a Libia un equipo de expertos comerciales para asegurar negocios petroleros a las compañías nacionales frente a competidores rusos y chinos, en desventaja por el tardío reconocimiento del CNT.

De hecho, Rusia y China, las dos potencia miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que no apoyaron la agresión de la OTAN, y declararon su interés de preservar contratos lucrativos de energía y construcción que ya tenían en la Libia de El Gadafi.

El consorcio italiano del petróleo ENI firmó el 29 de agosto su propio acuerdo con el CNT para reiniciar la producción de crudo en Libia y modernizar un gran gasoducto que enlace bajo el mar Mediterráneo los campos petroleros libios con la península europea.

El CNT prometió atractivas recompensas a los que más apoyaron su rebelión, y en Libia pululan oportunidades para invertir en rubros como petróleo, agua, infraestructura, energía, telecomunicaciones, turismo, salud, educación, seguridad pública, transportes y otros.

La heterogeneidad de las filas insurgentes, las ambiciones sectarias y personales, la escasa formación política y militar, y la crispación político-tribal del país inducen a pronosticar un clima de desequilibrios muy prolongado.

Occidente es conciente de que en la nación norafricana tiene que evitar repetir los errores de Irak, y en ese empeño no se descarta que una fuerza multinacional permanezca en Libia bajo cualquier formato para imponer la necesaria estabilidad que requieren los negocios.