Fiesta de Terroristas
Por: Miguel A. Jaimes
Finaliza el Ramadán en Libia, país del Magreb africano y el número es de cientos de muertos y heridos. La OTAN ha ordenado a la fecha más de veintidós mil vuelos con aviones de guerra: Tornado GR-4. Aves de hierro que volando agazapadas lanzan misiles Crucero a cualquier objetivo que consideren dentro de su criminal pensamiento, ahora, la orden es desaparecer completamente la ciudad de Sirte, cuna natal de Gadafi, quien sigue repeliendo los ataques de mercenarios.
Si Gadafi, cometió el error de aceptar las alfombras europeas, hoy, está al frente de su patria para defenderla, seguramente, hasta el último suspiro de su vida.
Mientras, esta especie de rebeldes “buenos” van nombrando a sus falsas autoridades, confiado primeramente a Abdelhakim Belhaj el mando militar de la capital del país. Este sangriento individuo es el numero dos dentro de la terrorista red de Al-Qaeda.
Belhadj es el antiguo emir del Grupo Islámico Libio de Lucha (LIFG), incluido en la lista de organizaciones terroristas más buscados tras los atentados del 11 de Septiembre del dos mil uno en Nueva York.
Sería violento detallar las crueldades que hoy sufren los libios en manos de esta manada de asesinos, terroristas, mercenarios, paramilitares, especie creada con un fin único: asesinar. Las órdenes están dadas: barrer militarmente a miles de inocentes como ha funcionado hasta ahora.
Los más traidores entregan a grupos de mercenarios las direcciones de casas y apartamentos donde viven los funcionarios de Gadafi, estos, dan las coordenadas a pilotos de la OTAN. Inmediatamente es bombardeado el objetivo.
Cada pueblo tiene sus traidores, aquí, la esencia es llegar a la máxima humillación de quienes ayer defendieron la Jamairiya, el poder del pueblo, inspirado desde el Libro Verde de Gadafi.
Actualmente, esta unión de mercenarios son los mejores actores, hacen creer al mundo occidental que son atrevidos con su poder de fuego, mientras Al-Jazera, red noticiosa, monta sus equipos y comienza la función, disparos, carros que pasan veloces, terroristas corriendo, todos simulan un derrocamiento mediático, aún sin resultados. En Libia se escogen a miles de inocentes para asesinarlos sin razón.