Las lecciones de Libia: el caos no es ninguna sorpresa

Las lecciones de Libia: el caos no es ninguna sorpresa

Por Adrian Salbuchi

La historia nos muestra que todo ataque e invasión militar contra un país soberano, siempre resulta en la muerte, destrucción y el caos, que no paran una vez consumada dicha invasión.  Miren sino a Iraq, Afganistán, Palestina, Vietnam, Irlanda del Norte y, más atrás en el tiempo, las invasiones de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
¿Por qué, entonces, habría de ser distinto en el caso de Libia?  Hoy, los medios occidentales se manifiestan “horrorizados” ante las continuadas luchas armadas entre facciones dentro de Libia; la agencia Reuters acaba de informar que “choques entre milicias rivales libias dejaron dos muertos y 16 heridos en la más reciente violencia entre grupos armados que se rehúsan a deponer las armas”.
¿Qué esperaba Occidente?  Libia, un país soberano, fue atacado e invadido por las fuerzas armadas de la OTAN en base a pretextos falsos avalados por una Resolución hipócrita de la ONU, que resultó en decenas de miles de libios muertos y heridos; sus casas e infraestructura bombardeadas; su país, saqueado y lanzado al caos total; sus líderes con sus hijos y nietos, asesinados “en vivo y en directo” por la televisión inspirando a la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton a lanzar públicamente una de sus vulgares carcajadas al enterarse de ello…
Todo esto suena muy parecido a lo que el mundo ha visto en Iraq en los últimos ocho años desde su invasión; país donde aún hoy reina la más espantosa violencia… lo que suena muy parecido a Afganistán…  lo que suena muy parecido a los últimos 60 años de “vida diaria” en Palestina… lo que suena muy parecido a Serbia hace dos décadas…  lo que suena muy parecido a Vietnam hace cuatro décadas…
¿Entonces, es que las potencias occidentales se equivocaron una vez más? No creo que sea así…
Los muchachos y muchachas que realizan planeamiento estratégico en el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations - CFR), la Comisión Trilateral, el American Enterprise Institute y AIPAC, tienen demasiada experiencia como para que pensemos que tropiezan con la misma piedra una y otra vez.
¿Significa entonces que ellos destruyeron a Libia a propósito?
¡Por supuesto que sí!
Las imágenes que vemos desde hace casi un año de ese infierno en que han transformado a Libia - y las de la mal llamada “primavera árabe” - con sus levantamientos armados por “luchadores de la libertad” financiados, entrenados y armados por la CIA, el MI6, el Mossad y la OTAN, resultan muy elocuentes.  ¡Los “departamentos de trucos sucios” de estas organizaciones terroristas occidentales han hecho una tarea realmente magnífica!
Veamos, si no, lo que hoy están haciendo en Irán dónde no tienen escrúpulo alguno en admitir abierta y públicamente que, efectivamente, ellos recorren las calles de Teherán asesinando a científicos y civiles y bombardeando instalaciones y centros estratégicos.
¿Puede alguien señalar un ejemplo más claro y evidente de Terrorismo de Estado?  ¿Admitido abiertamente por Israel, Estados Unidos y el Reino Unido?
No nos engañemos.  La destrucción de Libia y de otros “Estados Trasgresores” ha servido y está sirviendo para promover uno de los objetivos clave de la Elite de Poder Global, ya que envía un mensaje terrible a todo el mundo al advertir y amenazar a cada país como si dijeran “si podemos hacerle esto a Libia, ¡podemos hacerle esto a cualquier país que se nos den las ganas!”.  “O se está con nosotros, o se está en contra de nosotros”, reza la “Doctrina del 11 de Septiembre” de Baby Bush…
¿Escuchó bien, Venezuela?  ¿Escuchó bien, Siria? ¡Y, ustedes también, Ecuador, Nigeria, Pakistán y Bolivia…!  Por supuesto, el plazo que trascurre entre la amenaza y su concreción militar pareciera ser inversamente proporcional a cuán cerca el país “trasgresor” a atacar se encuentra de China y Rusia…
En mi artículo publicado por RT Noticias el 14 de enero de 2012, “2012: lo que nos espera”, describí 12 “disparadores” que la Elite de Poder Global enquistada dentro de EE. UU., el Reino Unido y la Unión Europea están utilizando para imponernos un Gobierno Mundial.  El disparador Nº 10 se refiere específicamente a “ataques contra Estados Transgresores…”.
En verdad, existen patrones e indicios si se los sabe buscar.  Por ejemplo, la Libia de Gaddafi, Irán, Siria, Venezuela y muchos de los países musulmanes tienen bancos centrales que son verdaderamente independientes.  Pero independientes no del gobierno local como exigen los “expertos” de Harvard y del CFR, sino independientes del FMI, Goldman Sachs, CitiCorp y la mafia bancaria parasitaria y usurera de los Rothschild-Rockefeller.
¿Otro patrón e indicio?  Gadafi se preparaba para introducir el Denario de Oro (o sea, una moneda de oro metálico y no de mero papelito como el dólar o el euro) para comerciar la venta del petróleo libio (Libia dispone de la novena reserva petrolífera del mundo y la primera del continente africano) y luego - ¿por qué no? - para comercializar la venta del petróleo africano y de todo Medio Oriente…. Un claro ataque directo a la hegemonía del dólar - los famosos “petrodólares” - en el mercado mundial del petróleo.
Saddam Hussein hizo algo parecido cuando en noviembre 2002 decidió aprovechar los  1.000 millones de dólares de intercambio de “petróleo por alimentos” que las sanciones de la ONU autorizaban a Irak, haciéndolo en euros en lugar de dólares.  Si mal no recuerdo, al poco tiempo el pobre Saddam se topó con algunos problemas en marzo del 2003…
¿Otro indicio más?  Algunos Líderes en países como Libia, Iraq, Afganistán y Serbia han sido un poco miopes en asuntos de geopolítica, de manera que cuando se encuentran bajo presión de Occidente, invariablemente se hallan solos en el fuego cruzado; o sea, no forjan las necesarias alianzas estratégicas para los tiempos peligrosos en que vivimos.
Gadafi hizo algo aun peor: se pasó la última docena de años antes de ser asesinado, tratando de congraciarse con EE.UU., el Reino Unido, Italia y la Unión Europea…  Esa es la razón por la que hoy tenemos tantas fotos simpáticas de Gaddafi abrazándolo a Bush; Gaddafi abrazándolo a Tony Blair, Gadafi y el Rey Juan Carlos, Sarkozy, Rodríguez Zapatero, Cameron, Brown, Obama, Chirac… ¡Hasta lo tenemos a Gadafi extendiendo su mano que es besada por Silvio Berlusconi! (en septiembre del 2010: está en video…)
En fin, cada país puede entresacar nueves lecciones del Caso Libia:
1)   No confíen en las potencias occidentales; especialmente Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Italia e Israel.
2)   No se queden en el poder demasiado tiempo. Especialmente si se tiene la opción de transferirlo a un heredero inteligente y elocuente como Saif-Gadafi. Su padre debería haberlo hecho hace por lo menos cinco años…
3)   No confíen en las potencias occidentales…
4)   No se queden solos.  Tengan un buen aliado; Rusia o China, por ejemplo (pregúntenle a los iraníes, que entendieron esto muy bien).
5)   No confíen en las potencias occidentales…
6)   Tengan mucho cuidado con las organizaciones terroristas occidentales, también conocidas como CIA, MI6, Mossad y sus hermanos privados de logia como Blackwater/Xe, Halliburton y otros.
7)   No confíen en las potencias occidentales…
8)   No permitan que el mundo sepa lo que pasa en su país solo a través de los “multimedios occidentales”. Hoy Rusia, China, Irán, Latinoamérica tienen medios globales, cuya crucial importancia y presencia es cada vez mayor.
9) Finalmente, ¡No confíen en las potencias occidentales!
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentarista en radio y TV de Argentina.  www.asalbuchi.com.ar