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 Grecia, Bulgaria, España: ¿a continuación en todas partes?

[El siguiente artículo debe ser leído con espíritu crítico. Señala cuestiones interesantes sobre como la depauperización en la sociedad capitalista va a conducir a un recrudecimiento de la lucha de clases y de la rebelión de las clases populares.]


Tomado del por CEPRID

Los problemas de Grecia, Bulgaria, España ya se han convertido en algo cotidiano para nuestra vida actual. ¿Qué significa el paro de 60% entre la juventud? Desde el punto de vista de la sociedad se trata de una catástrofe. Si un hombre no ha trabajado hasta los 30 años es que ya no trabajará nunca. Lo cual significa que no tendrá una familia normal (aunque de todas maneras la sociedad liberal occidental la combate activamente), significa que no se da la adaptación social normal, la sociedad no se reproduce.¿Qué harán estos niños de ayer cuando comprendan que les han quitado la vida normal, y además para siempre? Tampoco les quedan muchas opciones: el robo, el terrorismo, la revolución. O, la conversión en un animal mediante el uso de las drogas. Lo cual no deja ninguna posibilidad para la reproducción de la sociedad occidental actual más que por el espacio de una generación. Claro que muchos no estarán de acuerdo con esta conclusión pesimista. En primer lugar, aquellos a los que les obliga el cargo, pero también aquellos que sencillamente no quieren reconocer lo evidente. Todos estos argumentos en última instancia se reducen a una sencilla tesis. Que la crisis “pronto” (es importante para que se dé la reproducción laboral de las generaciones) se acabará, habrá trabajo y “todo irá bien”.

Sospecho que es la causa principal del rechazo de nuestra teoría de la “neoeconomía” (que muchos entienden como la teoría de la crisis, aunque la descripción de la crisis actual es tan solo una consecuencia de sus conclusiones económicas generales): porque la conclusión es demasiado pesimista sobre las perspectivas de la sociedad liberal de Occidente a la que en los próximos 10-15 años no le espera ningún retorno al crecimiento económico. No voy a hablar aquí sobre la “neoeconomía”, ya hay suficientes textos al respecto (dicha teoría fue elaborada en los años 1997-2001 por los economistas O. Grigóriev, A. Kobiakov y M. Khazin – N. del T.), hablaremos únicamente acerca de las consecuencias sociales precisamente para la sociedad occidental.

Recordaré que la “sociedad del bienestar” contemporánea se fue creando a partir de los años 50 como respuesta a la URSS. Hasta los años 70 los líderes de Occidente, que recordaban la crisis de los años 30, utilizaron activamente los métodos keynesianos para la redistribución de los beneficios en la economía y la creación de la “clase media”. Más tarde, después de la crisis de los 70, para aumentar el nivel de vida de la población y de aquella “clase media” comenzaron a usar los instrumentos del aumento de la demanda a través del crédito. Se podría discutir si el proyecto de “Occidente” había perdido en su lucha contra el proyecto “Rojo” en los años 70, pero la esencia de la cuestión no cambia: la política de la “reaganomía” estaba limitada en el tiempo y debemos asumir que precisamente nuestra generación tendrá que enfrentarse a las consecuencias de esta política.

Aunque parezca extraño el golpe más fuerte será asestado a los ricos. El caso es que dentro del marco de la “reaganomía” los principales beneficiarios eran los financieros y, en consecuencia, el grupo social que más estaba creciendo era el de la gente rica que ganó su fortuna con las operaciones financieras (entendidas en un sentido amplio). Pero como pago aumentaba su deuda, así que para un hombre rico normal las cosas hoy están aproximadamente así: los activos, con la capitalización de unos 8 mil millones de dólares, las deudas, aproximadamente de unos 5 mil millones (es incluso la variante optimista, porque puede haber también 7, o incluso 9 mil millones de deuda). Estos activos generan el flujo financiero de aproximadamente doscientos millones al año, con los que se van pagando las deudas. Si a alguien le parece mucho los 8 mil millones de dólares, puede reducir todas las cifras dividiéndolas por dos.

A medida que la crisis avanza ocurren dos procesos. Disminuyen los ingresos corrientes y baja la capitalización. De modo que nuestro “oligarca” ya tiene la capitalización de los activos de 3 mil millones, y el flujo anual de 50 millones, no más. Mientras que las deudas se quedaron tal y como estaban en 5 mil millones… Y el mismo cuadro será prácticamente igual para todos, porque incluso los productores más “reales” desde el punto de vista de los sectores de economía, sacaron sus activos a los mercados financieros en los “dorados” años 90 – 2000.

La conclusión es que el número de personas ricas se reducirá drásticamente. Según mis cálculos, basados en consideraciones estructurales, aproximadamente se reducirá por 10. Y esta gente va a morder para conservar sus privilegios y el estatus, incluso quitando los últimos restos a los que todavía constan como la clase “media”. Alimentando además de una manera terrible la tensión social y política. Sobre todo teniendo en cuenta sus posibilidades, es decir a las fuerzas de seguridad corruptas, juristas, funcionarios… Esto se dará en todo el mundo, pero golpeará con especial dureza el mundo occidental, que no está acostumbrado a una seria reducción de la economía. Las generaciones presentes simplemente no recuerdan nada similar.

Al mismo tiempo comenzará la reducción de la clase “media”. En este caso la reducción será menos brutal, se reducirá por tres, no más (lo que no es poco, de las tres familias de la clase “media” actuales quedará solo una), pero no menos destructiva desde el punto de vista de las consecuencias socio-políticas. Dado que los representantes de esta “clase” (analizada desde la perspectiva de las definiciones clásicas) son muchos más.

Y además, en este caso habrá mayores problemas. Porque los ricos, por mucho que luchen contra los representantes concretos del poder que les están quitando las riquezas (y los ricos siempre seguirán mirando a aquellos que se quedaron siendo ricos y verán quién y cómo les ayudó a conservar sus riquezas), de todas maneras soñarán con conservar el sistema en el que eran la élite. Su objetivo será retornar a los tiempos pasados, pero no construir algo nuevo. Pero los representantes de la antigua clase “media”, quienes, digamos, siempre han permanecido en el “pasivo”, quienes no “cogían”, sino que les “daban”, se comportarán de manera muy distinta. Muy pronto comprenderán que los “han dejado tirados” (algunos ya lo han comprendido) y descargarán su rabia sobre todo el sistema en su conjunto. Los argumentos por parte del poder hacia ellos no van a funcionar, porque todos los que argumentan se quedaron en la clase “media” y aquellos expulsados de esta “clase” no les creerán.

Manifestaciones y convocatorias sociales masivas que vemos hoy en Grecia, Bulgaria, España – justamente se trata de la gente que sale expulsada de la clase “media”. Aún conservan ciertas ilusiones con respecto al “pacto social”, las leyes, además la propaganda antisoviética de los años 90 ha dejado su huella. Aunque, por ejemplo, en Bulgaria, en la que todavía recuerdan la feliz vida soviética, las protestas son más poderosas. Pero es solo por el momento, la gente que pierde para siempre la oportunidad de tener una vida digna muy pronto olvidará incluso los lemas básicos de la propaganda occidental, dado que la vida real cada vez con mayor fuerza y rapidez se separa de ellos.

Solo nos quedan los pobres. Con ellos está todo claro: antes tampoco apreciaban mucho al poder, pero debido a su debilidad y cierta estabilidad de la sociedad y del Estado, que cortaban severamente los desmanes desestructurados, tampoco protestaban demasiado. Ahora la situación cambia fundamentalmente: esta capa social se multiplica, en primer lugar a costa de los “nuevos pobres”, es decir de los antiguos representantes de la clase “media”, que poseen cierta educación y que han oído hablar de las leyes. Y estos conocimientos los debilitados estados les irán arrancando con la máxima crudeza: para que éstos comprendan que ya no son los miembros honrados de la sociedad, sino la plebe que no tiene derecho a opinar. Y cuanta mayor sea la crudeza, tanto más estructurada y consciente será la protesta.

La protesta se expresará en la aparición de nuevos partidos (ya están surgiendo), que se proponen como objetivo un cambio sustancial del actual modelo de la sociedad burguesa (desde la limitación de los derechos del autor, hasta el fascismo descarado), y en el desgaste de los partidos tradicionales, y en la aparición de las nuevas formas de actividad política. Lo importante es otra cosa. Y es que la teoría económica (yo, con perdón, estoy seguro de las conclusiones de la neoeconomía porque en primer lugar, existe la experiencia de quince años de su verificación) señala nítidamente que no va a haber ninguna mejora sustancial en la economía mundial y la occidental en la próxima década.

Mikhail Khazin (n.1962, Moscú) es economista y publicista ruso. En los años 1997-2001, junto con Oleg Grigóriev y Andrei Kobiakov, ha elaborado la teoría de la crisis actual. En colaboración con A.Kobiakov ha publicado el libro “El ocaso del imperio del dólar y el fin de la pax americana” (Ed. Veche, Moscú, 2003)



Sobre la necesidad de Apoyar a los Comunistas Revolucionarios y combatir a los Revisionistas

  
[Publicamos a continuación el artículo del PCCh de 1964 EN REFUTACIÓN DE LA CALUMNIA DE “APOYAR A LOS GRUPOS ANTIPARTIDO EN PARTIDOS HERMANOS” que es parte del documento LOS DIRIGENTES DEL PCUS SON LOS MAYORES ESCISIONISTAS DE NUESTRA ÉPOCA. En él se aborda la necesidad por una parte de apoyar a los comunistas que se mantienen firmes en los principios del marxismo-leninismo y en la lucha por la Revolución Proletaria; y por otra parte la necesidad de combatir a los que traicionan a los principios comunistas y renuncian a la lucha por la Revolución Proletaria. En la actualidad hay muchos seudo-comunistas que aunque mantengan una fraseología supuestamente comunista y revolucionaria en realidad han renunciado a los principios comunistas elementales y llevan una práctica totalmente sumisa y plegada a los parámetros de la legalidad burguesa. Los subrayados y negritas son nuestros. ODC.] 


EN REFUTACIÓN DE LA CALUMNIA DE “APOYAR A LOS GRUPOS ANTIPARTIDO EN PARTIDOS HERMANOS”

En su carta abierta, los dirigentes del PCUS nos calumnian al decir: “La dirección del PCCh organiza y apoya a distintos grupos antipartido de renegados que actúan contra los Partidos Comunistas en. EE.UU., Brasil, Italia, Bélgica, Australia e India.”

¿Cuál es la verdad?

La verdad es que las escisiones que en los últimos años se han producido en algunos partidos comunistas se explican, en gran medida, porque los dirigentes del PCUS imponen su línea revisionista y escisionista.

Los dirigentes de algunos partidos comunistas, a causa de haber aceptado la línea revisionista impuesta por los dirigentes del PCUS o de ver estimulada por éstos su propia línea revisionista, han extraviado al movimiento revolucionario de sus propios países y han causado pérdidas a la causa revolucionaria.

Tras los dirigentes del PCUS, banderolas en alto y lanzando gritos, ellos influyen negativamente sobre la unidad del movimiento comunista internacional, en la lucha entre las dos líneas. Esto no ha podido sinoproducir un amplio descontento en sus respectivos partidos y provocar la resistencia y oposición de los marxistas-leninistas en el seno de los mismos.

Estos seguidores de los dirigentes del PCUS también aplican, mecánicamente, una política escisionista en sus propios partidos.Faltando al centralismo democrático, prohíben normales discusiones internas sobre las divergencias en torno a la línea de partido y sobre los importantes problemas que enfrenta el movimiento comunista internacional. Además, recurren a medios ilegales para desplazar, atacar y hasta expulsar a los comunistas que se atienen a los principios. Como resultado de ello, la lucha entre las dos líneas en estos partidos toma una forma extraordinariamente aguda.

En esencia, la lucha en el seno de estos partidos es el problema de seguir la línea marxista-leninista o la línea revisionista. En otras palabras: hacer del partido comunista la verdadera vanguardia y partido revolucionario del proletariado, o convertirlo en un servidor de la burguesía y una variedad de partido socialdemócrata.



Los dirigentes del PCUS presentan, en su carta abierta, un cuadro tergiversado de las luchas internas de los Partidos Comunistas en EE.UU., Brasil, Italia, Bélgica, Australia e India. Emplean el lenguaje más venenoso para vilipendiar a los marxistas-leninistas que han sido desplazados y atacados por los grupos revisionistas de estos Partidos.

Confundiendo lo negro con lo blanco, ¿pueden los dirigentes del PCUS encubrir o alterar la verdad de la lucha interna de estos Partidos? No. Indudablemente no pueden.

Veamos por ejemplo la lucha interna del Partido Comunista de Bélgica.

Han existido desde hace mucho divergencias en el seno del Partido Comunista de Bélgica. La lucha interna en este Partido se tornaba más enconada a medida que su antiguo grupo dirigente se hundía cada vez más en el pantano del revisionismo, y abandonaba el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario.

Durante la rebelión contrarrevolucionaria en Hungría, el grupo revisionista del Partido Comunista de Bélgica llegó incluso a publicar una declaración, condenando a la Unión Soviética por prestar ayuda al pueblo trabajador húngaro para aplastar la rebelión.

Este grupo revisionista se opuso a la resistencia armada del pueblo congoleño ante la sangrienta represión perpetrada por los colonialistas belgas y apoyó el empleo que hizo el imperialismo norteamericano de la ONU para intervenir en el movimiento de independencia nacional del Congo y reprimirlo. Incluso se vanaglorió desvergonzadamente de ser el primero en hacer un llamamiento a las Naciones Unidas, pidiendo “la aplicación rápida e íntegra de las decisiones de la ONU”.1

Este grupo elogió el programa revisionista de la camarilla de Tito, diciendo que “contiene ideas que enriquecen el marxismo-leninismo”.2

Denigró la Declaración de 1960, diciendo que su contenido es confuso y que “cada veinte renglones hay una frase que contradice la línea general de la Declaración”.3

Durante la gran huelga de los obreros belgas que tuvo lugar a finales de 1960 y a principios de 1961, este grupo revisionista entorpeció la voluntad combativa de los obreros acusando su resistencia a la represión de parte de los policías y gendarmes de “actos ligeros e irresponsables”.4

Ante estas actividades que traicionan a los intereses de la clase obrera belga y del proletariado internacional, los marxistas-leninistas belgas encabezados por el camarada Jacques Grippa tenían que sostener, como es lógico, serias luchas contra el grupo revisionista. Han denunciado y criticado los errores de este grupo, han resistido y se han opuesto con firmeza a su línea revisionista.

De ahí que la lucha interna del Partido Comunista de Bélgica sea una lucha entre la línea marxista-leninista y la línea revisionista.

¿Cómo ha tratado la lucha interna el grupo revisionista del PCB?

Siguiendo su política sectaria y escisionista y valiéndose de medios ilegales, ha atacado y desplazado a los comunistas que se adhieren a la posición de principio, marxista-leninista. En el XIV Congreso del Partido Comunista de Bélgica, les negó el uso de la palabra a Jacques Grippa y a otros camaradas y declaró ilegalmente su expulsión a despecho de la oposición de un gran número de militantes del Partido.

En estas circunstancias, los marxistas-leninistas belgas encabezados por el camarada Jacques Grippa mantuvieron su línea revolucionaria, combatieron resueltamente la línea revisionista y escisionista del antiguo grupo dirigente y lucharon por la reconstitución del Partido Comunista de Bélgica. ¿Acaso no es esto enteramente justo e irreprochable?

Al apoyar e instigar abiertamente al grupo revisionista del PCB para que ataque y desplace a los marxistas-leninistas belgas, los dirigentes del PCUS no hacen más que revelarse como promotores de las escisiones en los diversos partidos hermanos.

En cuanto al Partido Comunista de la India, lo que sucede allí es aún más grave.

En el artículo Espejo de los revisionistas, publicado el 9 de marzo de 1963 por la Redacción del Renmin Ribao, señalamos basándonos en gran cantidad de hechos que la camarilla de renegados acaudillada por Dange había traicionado al marxismo-leninismo y al internacionalismo proletario, había traicionado a la causa revolucionaria del proletariado y del pueblo hindú, y había tomado el camino del chovinismo nacional y del capitulacionismo de clase, y que esta camarilla, después de usurpar la dirección del Partido Comunista de la India, transformaba al Partido, de acuerdo con la voluntad de la gran burguesía y de los grandes terratenientes hindúes, en un lacayo del gobierno de Nehru, que representa los intereses de ambos.

¿Qué ha pasado en el Partido Comunista de la India desde entonces?

Es claro para todo el mundo que la camarilla de Dange sigue marchando por el camino de la traición. Sigue predicando la colaboración de clases y la “realización” del “socialismo” en la India mediante el gobierno de Nehru. El grupo de Dange apoyó activamente el inmenso presupuesto para la expansión armamentista y la preparación de la guerra presentado por el gobierno de Nehru, y sus medidas para entrujar al pueblo. En agosto de 1963, este grupo saboteó la gran huelga de un millón de personas en Bombay contra la despiadada política tributaria del gobierno de Nehru. Entorpeció la celebración de un mitin en Calcuta por la libertad de los comunistas presos, en el que participaron cien mil personas. Continúa en sus furiosas actividades anti-chinas y respalda la política expansionista del gobierno de Nehru. Sigue al gobierno de Nehru en su política de entregarse al imperialismo norteamericano.

A medida que se revela su figura de renegados, Dange y compañía encuentran una oposición y resistencia crecientes de las amplias masas de militantes del Partido Comunista de la India. Más y más comunistas hindúes han llegado a ver claramente que Dange y compañía son una plaga para el Partido y la nación, y luchan por rehabilitar las gloriosas y combativas tradiciones revolucionarias del Partido Comunista. Son ellos los verdaderos representantes y la esperanza del proletariado y el pueblo de la India.

Los dirigentes del PCUS lanzan grandes clamores sobre el apoyo del Partido Comunista de China a los “traidores” y “renegados”. Pero son los propios dirigentes del PCUS quienes apoyan a los traidores y renegados por antonomasia, tales como Dange y compañía.

Los dirigentes del PCUS califican injuriosamente de “traidores”, “renegados” y “elementos antipartido” a los comunistas de muchos países que se atreven a luchar contra el revisionismo y el escisionismo. Pero, ¿qué han hecho estos comunistas? Nada sino atenerse al marxismo-leninismo e insistir en un partido y una línea revolucionarios. ¿Creen realmente los dirigentes del PCUS que ante sus maldiciones los marxistas-leninistas de esos países se atemorizarán, renunciarán a la lucha por la línea acertada y contra la línea errónea y dejarán de llevarla hasta el fin? Estos cálculos optimistas les fallarán.

La historia demuestra que los verdaderos revolucionarios, los verdaderos luchadores revolucionarios del proletariado, los verdaderos marxistas-leninistas, como materialistas militantes, son intrépidos y no temen las injurias de los reaccionarios y los revisionistas. Porque ellos saben que quienes representan el futuro no son los gigantes aparentemente formidables tales como los reaccionarios y revisionistas, sino los seres anónimos como ellos mismos. Todos los grandes hombres surgieron del anonimato. Con tal que tengan la verdad en la mano y cuenten con el apoyo de las masas, los que al comienzo parecen insignificantes saldrán finalmente victoriosos. Tal fue el caso de Lenin y de la Tercera Internacional. Por otro lado, las celebridades y las brillantes organizaciones están condenadas a declinar, menguar y envilecerse, cuando traicionan a la verdad y pierden el apoyo de las masas. Tal fue el caso de Bernstein, Kautsky y la Segunda Internacional. Toda cosa tiende a convertirse invariablemente en su contrario en determinadas condiciones.

Comunistas son los que hacen la revolución. Negándose a hacer revoluciones, dejan de ser marxistas-leninistas y se convierten en revisionistas u otra cosa parecida. Como marxistas-leninistas, los comunistas tienen el deber ineludible de adherirse a la posición revolucionaria y oponerse al revisionismo. Por supuesto, igualmente es lógico que los partidos marxistas-leninistas apoyen con firmeza a los revolucionarios y a los comunistas que se enfrentan al revisionismo.

El Partido Comunista de China nunca ha ocultado su posición. Apoyamos a todos los camaradas revolucionarios que sostienen el marxismo-leninismo. En el movimiento comunista internacional, tenemos contactos con los revisionistas, y ¿por qué no podemos tener contactos con los marxistas-leninistas? Los dirigentes del PCUS describen nuestro apoyo a los marxistas-leninistas de otros países como un acto de escisión. Pero para nosotros, este apoyo es justamente una obligación internacionalista proletaria que nos incumbe.

Intrépidos ante la violencia y las dificultades, perseverantes en la verdad y valientes en la lucha, los marxistas-leninistas de los diversos países han demostrado el gran espíritu revolucionario de los combatientes comunistas. Tales heroicos combatientes son los comunistas belgas representados por el camarada Jacques Grippa y otros, los comunistas brasileños representados por los camaradas Joáo Amazonas, Mauricio Grabéis y otros, los comunistas australianos representados por el camarada Edward F. Hill y otros, los comunistas cingaleses representados por los camaradas Premalal Kumarasiri, Nagalingam Sanmugathasan y otros y los numerosos marxistas-leninistas dentro y fuera de los Partidos Comunistas de la India, Italia, Francia, Estados Unidos, etc. Ellos se adhieren a la teoría revolucionaria marxista-leninista, trabajan con persistencia para construir un partido revolucionario, que sea la vanguardia del proletariado y esté pertrechado con los principios marxistas-leninistas, y siguen la línea revolucionaria que corresponde a los intereses fundamentales del proletariado y de los demás trabajadores de sus propios países. En esta forma han hecho una gran contribución a la causa común del proletariado internacional. Merecen el respeto, la simpatía y el apoyo de todos los que luchan por la victoria del comunismo en el mundo entero.

En resumidas cuentas, en el mundo, en cualquier país, dondequiera que haya opresión, habrá resistencia; donde haya revisionistas, habrá marxistas-leninistas que luchen contra ellos, y donde se recurra a la expulsión de los marxistas-leninistas del Partido y a otros medios para crear escisiones, surgirán inevitablemente excelentes marxistas-leninistas y poderosos partidos revolucionarios. Están produciéndose cambios opuestos a las esperanzas de los revisionistas contemporáneos. Los revisionistas están creando sus propios contrarios, que finalmente los sepultarán. Esta es una ley objetiva e inexorable.

1/ Ernest Burnelle, Respuesta a las preguntas de un corresponsal de l'Humanité sobre el problema del Congo, Le Drapeau Rouge (órgano del Partido Comunista de Bélgica), 26 de julio de 1960.

2/ “El Partido Comunista de Bélgica y el Congreso de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia”, comentario de Le Drapeau Rouge, 22 de abril de 1958.

3/ Jean Blume, Palabras pronunciadas ante el Congreso Federal de Bruselas el 3 de diciembre de 1961, citadas por Jacques Grippa en su artículo publicado en Le Drapeau Rouge, 22 de febrero de 1962.

4/ Jean Blume, “Por una victoria total y rápida: dos proposiciones comunistas”, Le Drapeau Rouge, 29 de diciembre de 1960.