Libia y la colonización ideológica del imperialismo



Libia y la colonización ideológica del imperialismo


La guerra en Libia ha sido un paso adelante en el proceso de colonización ideológica del Imperialismo occidental y de sus aliados. En esta tarea, las herramientas básicas del siglo XXI se sustentan en un discurso que alega defender los derechos humanos y la democracia. El primero, con diferentes formulaciones, es un clásico en la historia de las intervenciones imperialistas; el segundo, en cambio, es más contemporáneo. No es este lugar ni el momento para entrar a analizar en profundidad el significado que subyace en estas dos excusas.

Ciñámonos, por lo tanto, a las dos excusas sobre las que han sostenido la intervención imperialista en Libia. Según muchos progresistas, izquierdistas y demócratas de diferente índole (por ejemplo Iniciativa Per Catalunya, ERC, Equo y una serie de intelectuales de izquierda) había que apoyar a los ‘rebeldes’ libios, incluso militarmente, porque Libia era poco menos que un infierno antidemocrático que violaba constantemente los derechos humanos, una presunta realidad que en el contexto internacional no destacaba por ser una excepción, ni mucho menos. Lo que no acaba de entenderse muy bien es cuál era la legitimidad democrática y bagaje de defensa de los derechos humanos de los ‘rebeldes’. Esto era toda una incógnita, toda vez que se sabía que precisamente estos tenían un apoyo mayoritario solo (y casi exclusivo) en Benghazi, justo allí donde estaba más implantado el islamismo radical. A lo que había que sumar que entre los elementos insurgentes destacaban miembros o ex miembros de Al Qaeda y luchadores Muyahidines en Afganistán. Pero bueno, también sabemos que en su origen tanto los primeros como los segundos han sido estrechos aliados de Occidente o, al menos, de Estados Unidos. Y esto no es una teoría conspirativa, son hechos probados y admitidos por el ex Presidente Reagan.

Entonces, ¿por qué Libia sí y no otro país? ¿Por qué de repente los ‘rebeldes’ son demócratas y defensores de los derechos humanos cuando empiezan una insurrección armada? Hay una cruda realidad probada (que era fácil de comprender con un mínimo esfuerzo) y otra pseudofantástica creada por los medios de comunicación que gran parte de la izquierda ha decidido digerirla, metabolizarla y adoptarla como propia. Esta versión es muy cómoda para el que la adopta, básicamente porque identifica malos y buenos. Por ello, nos hablaban de romanticismo revolucionario, de la primavera árabe y las movilizaciones que se ‘trasladaban’ a Libia. Sin embargo, la simplificación era extrema. Llamaba la atención que las imágenes sobre la represión contra los manifestantes llegaran con cuenta gotas cuando cualquier móvil puede recoger imágenes y en Libia, los hay porque no es Somalia. Libia tenía una renta per capita alta y el índice de desarrollo humano más alto de África (al nivel de muchos países de la Unión Europea), es decir, una situación económica y social para nada comparable con la de Túnez o Egipto, pero, las imágenes eran pocas y poco claras. No obstante, sigamos dándoles ventajas, admitamos que eran reales todas las denuncias. Aunque algo seguía fallando, ¿cómo es posible que las estrategias del movimiento de protesta de Túnez o Egipto fueran comparadas con la respuesta armada de Benghazi? En esta ciudad los contrarios al régimen de Gadafi estaban armados y respondieron de forma violenta. Alguna contradicción debería de haber para tanto pacifista convertido a belicista, pero, por suerte para sus conciencias estar a favor del Imperio tiene sus recompensas, así que pronto los medios de comunicación difundieron la falsa versión de que el régimen de Gadafi había bombardeado aéreamente a población civil, no había prueba alguna, pero los colonizados se lo querían creer para la tranquilidad de sus conciencias. Como también parece que quisieron creerse que una insurrección armada que quiere tomar el poder se puede organizar en una sola ciudad y lograr su éxito en menos de un año, todo un record histórico. Pero claro, para eso nos decían los medios que Gadafi era tan odiado que la cosa acabaría en pocos días, cuando no decían directamente que la guerra había terminado. Sin embargo, la realidad era tozuda y la guerra y la destrucción se alargaban meses y meses, para la cual llama la atención que tuviera capacidad militar este grupo de ‘rebeldes’ nacido de la noche a la mañana como respuesta a la represión de las manifestaciones (sic).

Claro que la realidad era muy diferente. La OTAN bombardeaba, mientras los leales a Gadafi resistían más de ocho meses contra prácticamente todo el mundo, señal de que tenían más apoyo del que nos contaban. Y lo del mundo era literal, hay más que sospechas respecto a la intervención terrestre de servicios secretos occidentales y mercenarios al servicio de la OTAN que podrían haber participado en diferentes operaciones específicas, entre otras en la captura de Gadafi. Sospechas que adquieren más credibilidad cuando en un vídeo que muestra la vejación y asesinato del líder libio se escuchan conversaciones y gritos en un perfecto castellano de Colombia. No era una novedad, era público aunque los medios y colonizados no quisieron escuchar las denuncias que hacía en julio del presente año el vicecanciller Jaled Kaim. Este señaló que había evidenciasde que mercenarios colombianos financiados por occidente y sus aliados árabes se habían unido a los combatientes rebeldes que trataban de avanzar hacia Trípoli desde la ciudad de Misrata. Hoy sabemos que ese dato era real, como también sabemos que, al menos, tropas militares cataríes han luchado contra el ejército libio de Gadafi.

El tema de las manipulaciones y mentiras mediáticas ha sido grosero, no por su existencia, común en todas las guerras, sino por la tolerancia con la que las han digerido los medios de comunicación y los colonizados ideológicos del imperialismo. Los chaparrones de mentiras eran rápidamente refutadas (a menudo por medios de comunicación occidentales): avances de tropas rebeldes, tomas de ciudades (conrecreaciones de escenarios en el extranjero incluidas), apresamiento de hijos de Gadafi, fosas comunes de asesinatos del régimen de Gadafi, huidas del dictador y sus hijos o planes al respecto, entregas a La Hayaetc. Pero no importaba, todo valía para la tranquilidad de las conciencias colonizadas. Mientras, se ocultaban otra serie de informaciones que surgían y surgen: la ruptura del bloqueo de embargo para armar a la insurrección libia; persecuciones racistas, centenares de asesinatos sumarios y venganzas cometidas por los ‘rebeldes’; saqueos de todo tipo; presencia de fuerzas militares y paramilitares extranjeras luchando contra las tropas de Gadafi; bombardeos contra población civil por parte de la OTAN; y un largo etc.

La versión de ciencia ficción la difundía Al Jazeera, una televisión creada por la dictadura catarí, curiosamente, Catar recientemente ha admitido que cientos de sus soldados han luchado a favor de los ‘rebeldes’ en Libia. Casi nada, invasión terrestre que se toma con total normalidad por los medios de comunicación occidentales y los colonizados ideológicos por el imperialismo. ¿Será casualidad que la fuente principal de (des)información desde el principio haya sido Al Jazeera? No lo parece, no hay casualidades. Las movilizaciones en Bahrein fueron sofocadas con la colaboración de fuerzas militares de Arabia Saudí (entre silencios de Occidente y sus colonizados ideológicos) y el régimen de Gadafi fue aniquilado con la participación de fuerzas militares cataríes (una vez más entre silencios varios). Dos regimenes antidemocráticos, pero aliados de Occidente, participando en el destino de la configuración política de la zona.

En este mar de manipulaciones, luego está la hipocresía. Muchos se han echado las manos a la cabeza al 'enterarse' de que Libia adoptará la Sharia como fuente de inspiración de la Ley. Sin embargo, la noticia no aporta novedad alguna, toda vez que los ‘rebeldes’ llevan advirtiéndolo desde hace tiempo que la implantarían, otra cosa es que no se quería escuchar eso, ni tampoco entender que en Catar o Arabia Saudí esa es la fuente de le ley. Por cierto, poco han tardado en poner como nuevo Jefe del CNT (los 'rebeldes) a un empresario petrolero y académico formado y finaciado por EEUU y que tiene unas excelentes relaciones con los Emiratos Árabes (donde ejerce la docencia).

El problema es que frente a las manipulaciones o el interés en subrayar hechos que, tristemente, no tienen nada de singular en el contexto internacional, había otra realidad ante la que los medios y los colonizados trataban de mirar a otro lado. A nadie escapa que Libia es un país clave en el suministro de petróleo para Occidente. De ahí que los últimos años Gadafi fuera el niño mimado de un sinfín de líderes internacionales, muchos de ellos occidentales. Entonces, ¿por qué a acabar con él? Como mínimo había cuatro 'buenas' razones:


1) En enero de 2009 Gadafi declara su intención de nacionalizar las empresas extranjeras que explotan los recursos naturales libios.

2) Los últimos años Libia impulsa de forma decidida la creación del African Monetary Fund, African Central Bank y African Investment Bank que, entre otras cosas, ofrecerían financiación a los países africanos con condiciones mucho más ventajosa y menos interesadas que las que ofrece el FMI, lo que iría en detrimento de los flujos de riqueza que absorbe el Norte a costa del Sur.

3) Libia lidera la creación, subvención y apoyo al RASCOM (Regional African Satellite Communication Organization), lo que implicaba un abaratamiento de las comunicaciones entre países africanos (acostumbrados a tener las más caras del planeta) y una pérdida de alrededor de unos 500 millones de euros para las compañías occidentales que hasta la fecha cobraban en concepto de alquiler y uso de sus satélites.

4) La última gran iniciativa de Gadafi fue tratar de restablecer el patrón oropara la compra y venta de petróleo a nivel internacional. Para ello había empezado a acuñar el ‘dinar oro’ que, acabaría con el dominio del dólar, factor importante para entender por qué Arabia Saudí y EEUU son estrechos aliado. El primero de los países en 1971 aceptó el patrón dólar para la compra-venta de petróleo, lo que supuso una inyección económica para EEUU, exactamente lo contrario que ocurriría si este patrón fuese abolido y los países Occidentales tuvieran que respaldar su dinero y deuda con un oro que no tienen en cantidad suficiente.

Estos hechos, junto al innegable interés petrolífero, parece que podían ser suficientes para tratar con un espíritu crítico la revuelta armada en una parte del país. Al menos, el sentido común indicaba la conveniencia de la mesura y no el apoyo ciego a unos desconocidos que, supuestamente, de la noche a la mañana se levantan en armas. No obstante, démosles el beneficio de la duda a los colonizados ideológicos y aceptemos que fueron engañados por su espíritu demócrata y progresista, por sus desinteresados e inocentes principios humanitarios. Ahora bien, ¿no es acaso excesivo que estos tengan que traducirse en la defensa de una intervención militar? ¿Qué especie de pacifistas y humanistas son? ¿Es que acaso creen que las bombas son ONGs?

Sin embargo, lo más deleznable es el doble rasero que han mantenido la mayoría de los colonizados ideológicos. Ni los informes de Amnistía Internacional ni de Human Rights Watch (ambas organizaciones occidentales, la segunda estadounidense fuertemente subvencionada porSoros) eran capaces de hacerles moverse. ¿Dónde están para criticar los bombardeos de la OTAN de población civil y la violación de la resolución de la ONU? ¿Asediar Benghazi está mal, pero asediar y 'limpiar' Sirte está genial? ¿Dónde están para criticar las persecuciones étnicas y raciales efectuadas por los rebeldes? ¿Dónde están para criticar las ejecuciones sumarias? ¿Dónde están para criticar el terror (según Human Rights Watch) que están sembrando los 'rebeldes'? ¿Dónde están para criticar la invasión militar de países extranjeros? ¿Dónde están para criticar lossaqueos y venganza de los ‘rebeldes’? ¿Dónde están para solicitar que se investiguen las denuncias sobre los disparos de los 'rebeldes' contra la ciudadanía y casas en poblaciones que fueron bastiones leales a Gadafi?... ¿Dónde estaban para no escuchar la carcajadas y el cachondeíto de Hillary Clinton con el asesinato de Gadafi?

La mayoría callan, aunque se avergüencen, porque ya han cumplido con su deber, cargar de motivos una intervención imperialista. Los silencios retratan a los que sucumbieron a la colonización ideológica del imperialismo y lo peor de todo es que por orgullo, muchos evitarán corregir sus posiciones y como pasa con la fe del converso, algunos se afanarán en defender las consecuencias de la guerra y la falsa espontaneidad del cambio de régimen. Mientras, la realidad es que el país con el Índice de Desarrollo Humano más alto en África y hasta la fecha sin deuda externa, ahora está bajo los destrozos de la guerra y en una situación de inestabilidad política que a buen seguro beneficiará a los de siempre. ¿Acaso no es eso lo qué querían los países occidentales y sus aliados árabes? A mayor necesidad de reconstrucción e inestabilidad, mayor necesidad de dinero occidental y endeudamiento; a mayor necesidad de dinero occidental y endeudamiento, mayor predisposición a explotar y vender el oro negro a los occidentales de acuerdo con sus ‘necesidades’ (léase condiciones). Negocio redondo, una vez más para Occidente.





Fuente: http://postsovietico.blogspot.com/2011/11/libia-y-la-colonizacion-ideologica-del.html