El imperialismo es incapaz de construir una oposición unida en Siria
La rama terrorista derrotada |
Sin embargo en Siria todos los intentos de la CIA y de Arabia Saudita de construir un frente opositor fracasan uno tras otro. Se las creían muy felices al copiar el esquema del infame “Consejo nacional de transición” libio y crean el “Consejo nacional sirio” fuertemente financiado y apoyado por Arabia Saudita, Francia, la CIA, Turquía y Qatar. Los patriotas sirios lo llaman “el consejo de Estambul”. Aunque su integrante decisivo son los Hermanos Musulmanes, pieza clave de la contrarrevolución árabe en Túnez, Siria, Egipto, Libia y Palestina, los portavoces son individuos que llevan décadas en Occidente y que se han convertido en simples marionetas de sus servicios de inteligencia: Bourhan Ghalioun, agente simultáneo de los franceses y de los sauditas y Basma Kodinani exiliada con sus padres en Francia desde 1968 y colaboradora de la Fundación Ford. La banda llamada “CNS” es intensa partidaria de la intervención extranjera y de la guerra civil en Siria lo que incomoda profundamente a otros sectores de la oposición.
Así en junio de 2011 surge el Comité Nacional de coordinación de las fuerzas del cambio democrático en Siria (CNCD o CCND) liderado por Haytham Manna quién no quiere oir hablar de intervención en Siria.
Hace un mes se ha retirado del CNS el viejo opositor Haitham al Maleh quién ha creado el “Grupo patriótico sirio”.
El puñado de militares traidores también tiene problemas con el CNS. El general Akil Hachem se ha retirado. El general Ahmed Mustafá al-Cheyk tiene una rivalidad grave con el coronel renegado Ryad Al Assad.
En la reunión reciente de Estambul los representantes de la derecha kurda siria se retiran ostentosamente quejándose amargamente del desprecio de los contrarrevolucionarios y sus protectores turcos por los derechos de los kurdos de Siria.
Riad Turk, escisionista del Partido Comunista sirio, reprimido por el régimen de Hafez al Assad pero cómplice activo del grupo pro imperialista CNS. Un comunista traidor y un sirio renegado |
El viejo traidor al Partido Comunista sirio Riad Turk y actual miembro del infame CNS llama a aceptar la propuesta de Kofi Annan que disgusta mucho a los amos sauditas, turcos y, sobre todo, gringos e israelíes. Este individuo escindió el PC creando su “PC/Buró Político” que ya ha abandonado el para él incómodo adjetivo “comunista” para mejor servir a sus amos imperialistas. Es bastante comprensible que sufriese la represión del régimen antisionista del Baas.
Además el sector mas sensato y patriota de los opositores ha entendido que la mejor manera de ayudar al país es colaborar con el gobierno de Bashar al Asad. Así Luay Hussein ha creado el partido legal Corriente por la edificación del Estado y surgirán nuevos partidos opositores contrarios radicalmente a los métodos terroristas y a la intervención imperialista, sionista y saudita para destruir Siria.
Una de las razones de la victoria actual del gobierno, del Baas, de las fuerzas armadas, del Frente Nacional Progresista y de todo el pueblo sirio en lucha con el imperialismo es el fraccionalismo agudo de los fuerzas opositores. La inteligencia política del gobierno y el fuerte apoyo popular que recibe explican esta situación. La debilidad de los reaccionarios Hermanos Musulmanes gracias a la fuerte derrota que les inflingió el gobierno de Hafez al Asad en 1982 ayuda a entender el panorama
Principal
objetivo de “Grupo Amigos de Siria” es derrocar a Bashar Al Assad
(Prensa Latina) Encabezados
por la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, representantes del
llamado Grupo de Amigos de Siria se reunieron hoy en Estambul, Turquía, para
discutir y tratar de ponerse de acuerdo sobre cómo apoyar la violencia armada
contra Damasco
La agente de la Fundación Ford Basma Kodami y otro lacayo imperialista |
Según la publicación turca, los
países occidentales temen a una fuerte oposición de Rusia y China, y también a
las perspectivas de que sean arrastrados “a un conflicto sangriento,
inextricable e insoluble”.
No obstante, Clinton ya culpó al
presidente al-Assad por violar el plan de arreglo político propuesto por el
enviado especial de la ONU Kofi Annan cuando ni siquiera han comenzando las
pláticas para su implementación.
Un grupo de técnicos de la ONU
debe arribar a Damasco próximamente para tratar el mecanismo de aplicación de
ese proyecto.
En su visita a Riyah el sábado
antes de llegar hoy a Estambul, la secretaria de Estado reafirmó que Washington
desea enviar “ayuda no letal a los grupos armados como sistemas de comunicación
y material médico”.
Ante la cada vez más escindida
oposición fuera de Siria, en particular el denominado Consejo Nacional Sirio,
también conocido como Consejo de Estambul, Clinton urgió a fortalecer su unidad
y del resto de los grupos opositores creados a la sazón de la crisis, “a fin de
que representen una alternativa creíble al gobierno de al-Assad”.
Prometió presionar “muy duro” a la
oposición para que representen apropiadamente a los árabes, kurdos, a los
musulmanes sunitas, alauitas, cristianos, a los drusos y otros grupos
religiosos dentro de Siria.
Dijo también que Estados Unidos
planea elevar el asunto de responsabilizar a los líderes sirios y a sus fuerzas
de seguridad por presuntos abusos en medio de manipulados alegatos de
asesinatos, tortura e indiscriminado bombardeo contra áreas civiles.
Con ese mensaje Clinton participa
en la llamada II Conferencia de Amigos de Siria en la ciudad turca de Estambul,
ante cuyo inicio se reunió con el canciller anfitrión Ahmet Davutoglu.
Para atacar el gobierno sirio los
reunidos en esa urbe desvirtúan el plan de Kofi Annan, propalando que el
gobierno sirio tiene que detener primero las operaciones contra la violencia
armada y terrorista, lo cual es una distorsión de la letra de la propuesta la
cual llama a un cese el fuego al unísono de todas las partes involucradas en el
conflicto.
Rusia y China advirtieron a los
países promotores de ese encuentro en Estambul a que no se conviertan en
árbitros del plan pues el enviado especial de la ONU es el único con potestad
para evaluar su implementación.
Los organizadores también
adelantaron la cita anti-siria para esta fecha, y utilizarla así como golpe de
efecto propagandístico y de presión un día antes de que Kofi Annan rinda un
informe ante el Consejo de Seguridad sobre sus gestiones.
El gobierno turco del primer
ministro Reccep Tayyip Erdogan quiere darle un mayor papel protagónico al
Consejo de Estambul, pero algunos países occidentales están dudosos e indecisos
sobre este grupo que está dominado por la Hermandad Musulmana, advierte el
Sunday Zaman.
Es difícil que la declaración
final de este encuentro en Estambul lo reconozca como legítimo representante
del pueblo sirio, pero exigirá al gobierno de al-Assad a que sea el primero en
acatar el cese el fuego y deje de defender a la ciudadanía de la continua
violencia armada y terroristas de los grupos que Washington, Arabia Saudita y
Catar quieren pertrechar mejor.
La reunión de los “Amigos de
Siria” también tienen en agenda discutir la creación de un fondo fiduciario
para financiar la oposición externa, en especial a las bandas armadas, aunque
un diplomático occidental dijo, segun el Sunday Zaman, que “el quid de la
cuestión está en si los países se comprometen con aportar a ese arca sin
preguntar o exigir primero las especificidades sobre cómo será utilizado”.
Algunos países occidentales que
participan en los “Amigos de Siria” proponen que ese dinero sea usado para
asistencia humanitaria, “pero dudan sobre esta necesidad ya que las agencias de
la ONU están listas para brindar esa ayuda”, señala el periódico turco.
Y añade que el Consejo de Estambul
quiere ese dinero para apoyar a los grupos armados y para pagar a los
“reclutas” que deserten de las fuerzas sirias. Las monarquías petroleras del
Golfo Pérsico ya dijeron que canalizarán dinero para ese propósito.
¿Adónde conducirá a Siria la amistad de los
"Amigos"?
Lúcido
análisis de James Petras: El sangriento camino hacia Damasco
El CNS es la misma basura pro OTAN que el CNT libio |
Existen pruebas claras y
contundentes de que el levantamiento para derrocar al presidente al-Assad de
Siria es un violento robo de poder dirigido por combatientes apoyados desde el
exterior que han matado y herido a miles de soldados, policías y civiles
sirios, a partidarios del gobierno y de su oposición pacífica.
La indignación expresada por los
políticos de Occidente y de los Estados del Golfo y en los medios de
comunicación sobre el asesinato de pacíficos ciudadanos sirios que protestaban
por la injusticia está cínicamente planificada para encubrir los informes
documentados de la toma violenta de barrios, pueblos y ciudades a manos de
bandas armadas que blanden ametralladoras y colocan bombas en las márgenes de
los caminos.
La agresión a Siria está respaldada por fondos, armas y formación extranjeros. Sin embargo, debido a la falta de apoyo interno, y para tener éxito, será necesaria la intervención militar extranjera directa. Por esa razón se ha montado una enorme campaña de propaganda y diplomática con el fin de demonizar al legítimo gobierno sirio. El objetivo es imponer un régimen títere y reforzar el control imperial occidental en Oriente Próximo. A corto plazo, ello aislará aún más a Irán en la preparación para un ataque militar de Israel y de Estados Unidos y a la larga, eliminará otro régimen laico independiente amigo de China y Rusia.
Con el fin de movilizar el apoyo
del mundo a esta toma de poder financiada por Occidente, Israel y los Estados
del Golfo, se han utilizado diversos ardides propagandísticos que justifiquen
otra violación flagrante de la soberanía de un país tras su exitosa destrucción
de los gobiernos laicos de Iraq y Libia.
El
contexto más amplio: la agresión en serie
La actual campaña occidental
contra el régimen independiente de al-Assad en Siria forma parte de una serie
de ataques contra los movimientos pro democracia y contra los regímenes
independientes desde el Norte de África hasta el Golfo Pérsico. La respuesta imperial-militarista
al movimiento democrático egipcio que derrocó la dictadura de Mubarak ha sido
respaldar la toma de poder de la Junta militar y la campaña
criminal de encarcelar, torturar y asesinar a más de 10.000 manifestantes a
favor de la democratización.
Los Hermanos Musulmanes agentes de Washington, no de Alah |
El despliegue de mercenarios
mafiosos armados condujo a un ataque despiadado contra la vida urbana en Libia
y a la devastación del campo. Las potencias de la OTAN eliminaron al régimen
laico del coronel Gadafi y a él mismo asesinándolo y mutilándolo con sus
mercenarios. La OTAN supervisó las lesiones, el encarcelamiento, la tortura y
la eliminación de decenas de miles de civiles partidarios de Gadafi y
funcionarios del gobierno. La OTAN respaldó al régimen títere cuando éste se
embarcó en un sangriento pogromo contra ciudadanos libios de ascendencia
africano-subsahariana, así como contra trabajadores inmigrantes
africano-subsaharianos —grupos que se habían beneficiado de los generosos
programas sociales de Gadafi. La política imperial de arruinar y gobernar en
Libia sirve de “modelo” para Siria: crear las condiciones para un levantamiento
popular dirigido por los fundamentalistas musulmanes, financiados y entrenados
por mercenarios occidentales y los Estados del Golfo.
El
sangriento camino de Damasco a Teherán
De acuerdo con el Departamento de
Estado, el camino a Teherán pasa por Damasco: el objetivo estratégico de la
OTAN es destruir al principal aliado de Irán en Oriente Próximo; para las
monarquías absolutistas del Golfo el propósito es reemplazar una república
laica por una dictadura teocrática vasalla; para el gobierno turco el propósito
es fomentar un régimen dócil a los dictados de la versión del capitalismo
islámico de Ankara; para al-Qaida y los aliados fundamentalistas salafistas y
wahabíes, un régimen teocrático suní despojado de sirios laicos, alawíes
y cristianos servirá
como trampolín para proyectar poder en el mundo islámico; y para
Israel, una Siria ensangrentada y dividida garantizará aún más su hegemonía regional.
No fue sin previsión profética que el sionista por antonomasia estadounidense,
senador Joseph Lieberman, exigiera días después del ataque de al-Qaida del 11-S
de 2001: “Primero tenemos que ir a por Irán, Iraq y Siria” antes de considerar
quiénes eran los verdaderos autores de los hechos.
Las fuerzas armadas anti-sirias
reflejan una variedad de perspectivas políticas en conflicto ligadas únicamente
por su odio común al régimen nacionalista, laico e independiente que ha
gobernado la compleja y multiétnica sociedad siria durante décadas. La guerra
contra Siria es la principal plataforma de lanzamiento para un resurgimiento
del militarismo occidental que se extienda desde el Norte de África hasta el
Golfo Pérsico, apoyada por una campaña sistemática de propaganda que proclama
la misión democrática, humanitaria y “civilizadora” de la OTAN en nombre del
pueblo sirio.
El camino
a Damasco está lleno de mentiras
Un análisis objetivo de la
composición política y social de los principales combatientes armados en Siria
desmiente cualquier afirmación de que el levantamiento persiga la democracia
para el pueblo de ese país. La columna vertebral de la insurrección está
integrada por combatientes fundamentalistas autoritarios. Los propiosEstados
del Golfo que financian a estos matones brutalesson
monarquías absolutistas. Tras haber endosado un brutal régimen de gánsteres al
pueblo de Libia, Occidente no puede reclamar ninguna “intervención
humanitaria”.
Los grupos armados se infiltran en
las ciudades y se sirven de los centros de población como escudos desde los que
lanzan sus ataques contra las fuerzas del gobierno. En el proceso, expulsan a
miles de ciudadanos de sus hogares, tiendas y oficinas que utilizan como
puestos militares avanzados. La
destrucción del barrio de Baba Amro en Homs es un caso clásico
de bandas armadas que utilizan a civiles como escudos y como carne de cañón
para la propaganda en la demonización del gobierno.
Esos mercenarios armados no tienen
credibilidad nacional entre la masa del pueblo sirio. Una de sus principales
fábricas de propaganda se encuentra en el corazón de Londres, el denominado
“Observatorio Sirio de Derechos Humanos”, desde donde se
coordina estrechamente con los servicios de inteligencia británicosproduciendo
historias espeluznantes y atroces para agitar el sentimiento a favor de una
intervención de la OTAN. Los reyes y los emires de los Estados del Golfo
proporcionan estos combatientes. Turquía proporciona las bases militares y
controla el flujo transfronterizo de armas y el movimiento de los dirigentes
del llamado “Ejército Sirio Libre”.
Estados Unidos, Francia e
Inglaterra ofrecen las armas, el entrenamiento y la cobertura diplomática.
Yihadistas fundamentalistas extranjeros, incluyendo combatientes de al-Qaida en
Libia, Iraq y Afganistán, han entrado en el conflicto. Esto no es una “guerra
civil”. Es un conflicto internacional que enfrenta a una infame triple alianza
de los imperialistas de la OTAN, los déspotas de los Estados del Golfo y
fundamentalistas musulmanes en contra de un régimen nacionalista laico
independiente.
El origen extranjero de las armas,
de la maquinaria de propaganda y de los combatientes mercenarios revela el
siniestro carácter imperial y “multinacional” del conflicto. En última
instancia el violento levantamiento contra el Estado sirio supone una campaña
imperialista sistemática para derrocar a un aliado de Irán, de Rusia y de China,
aun a costa de destruir la economía y la sociedad civil de Siria, de fragmentar
el país y de desencadenar prolongadas guerras sectarias de exterminio contra
las minorías
alawíes y cristianas, así como contra los partidarios del gobierno laico.
Los asesinatos y la huida masiva
de refugiados no son el resultado de la violencia gratuita cometida por un
Estado sirio sediento de sangre. Las milicias respaldadas por Occidente han
cercado barrios por la fuerza de las armas, destruido oleoductos, saboteado el
transporte y bombardeado edificios gubernamentales. En el curso de sus ataques
han desbaratado servicios básicos esenciales para el pueblo sirio como la
educación, el acceso a la atención médica, la seguridad, el agua, la
electricidad y el transporte.
Por lo tanto, en ellos recae la
mayor parte de la responsabilidad por esta “catástrofe humanitaria” (de la que
sus aliados imperiales y los funcionarios de la ONU culpan a la seguridad y a las
fuerzas armadas sirias). Las fuerzas de seguridad sirias están combatiendo para
preservar la independencia nacional de un Estado laico, mientras que la
oposición armada ejerce violencia en nombre de sus amos extranjeros que le
pagan desde Washington, Riad, Tel Aviv, Ankara y Londres.
El referéndum al régimen de
al-Assad el mes pasado atrajo a millones de votantes sirios desafiando las
amenazas imperialistas occidentales y los llamamientos terroristas de boicot.
Ello indica claramente que la mayoría de los sirios prefieren una solución
pacífica y negociada, y que rechazan la violencia mercenaria. El Consejo
Nacional Sirio respaldado por Occidente y el “Ejército Sirio Libre” armado por
Turquía y por los Estados del Golfo han rechazado de plano los llamamientos de
Rusia y China para un diálogo abierto y negociaciones que el régimen de
al-Assad ha aceptado.
La OTAN y las dictaduras de los
Estados del Golfo están empujando a sus representantes a luchar por un violento
“cambio de régimen”, una política que ya ha causado la muerte de miles de
sirios. Las sanciones económicas de Estados Unidos y Europa están diseñadas
para destruir la economía siria a la espera de que la intensa privación impulse
a una población empobrecida a los brazos de sus violentos subsidiarios. En una
repetición del escenario de Libia, la OTAN propone “liberar” al pueblo sirio
destruyendo su economía, su sociedad civil y su Estado laico.
Una victoria militar occidental en
Siria únicamente alimentará el creciente frenesí del militarismo. Alentará a
Occidente, a Riad y a Israel a provocar una nueva guerra civil en Líbano.
Después de destruir Siria, el eje Washington-UE-Riad-Tel Aviv avanzará a una
confrontación mucho más sangrienta contra Irán.
La horrible destrucción de
Iraq, seguida del colapso posbélico de Libia proporciona
un patrón aterrador de lo que le espera al pueblo sirio: un abrupto
desmoronamiento de su nivel de vida, la fragmentación de su país, la depuración
étnica, el gobierno sectario y fundamentalista de bandas mafiosas y la
inseguridad total de la vida y de la propiedad.
Al igual que los “izquierdistas” y
“progresistas” declararon que el brutal ataque despiadado contra Libia era la
“lucha revolucionaria de demócratas insurgentes” alejándose después y lavándose
las manos de la sangrienta secuela que ha dejado la violencia étnica contra los
libios negros, repiten los mismos llamamientos a favor de una intervención militar
contra Siria.
Los mismos liberales,
progresistas, socialistas y marxistas que están pidiendo a Occidente que
intervenga en la “crisis humanitaria” de Siria desde sus cafés y sus oficinas
en Manhattan y en París, perderán todo interés por la orgía sangrienta de sus
victoriosos mercenarios después de que Damasco, Alepo y otras ciudades sirias
hayan sido bombardeadas por la OTAN hasta la rendición.
Al Jazeera
suministra ilegalmente dispositivos de comunicación satelital a los terroristas
sirios
Así lo reconoció el ex corresponsal de la cadena
catarí, Alí Hashem, en entrevista con el periódico libanés As-Safir
El diario libanés citó a Hashem decir que Al Jazeera había
pagado 50 mil dólares por cada dispositivo traficado hacia Siria para que los
opositores al gobierno de Bashar Al Assad transmitan sus testimonios en directo
al canal que se transformó en el último año en uno de los principales órganos
de propaganda de la estrategia imperialista-sionista en la región.
Hashem aseguró que “la cobertura objetiva de la crisis siria no
le interesa a la administración del canal”, cuyos directivos le daban instrucciones
sobre la cobertura indicándole qué hechos hay que “olvidar”. Agregó que la
política del canal catarí es “un suicidio informativo” y las autoridades de
Qatar “persiguen sus propios objetivos políticos”.
Sobre los periodistas que decidieron recientemente dejar Al
Jazeera por estar en desacuerdo con su política editorial, el ex corresponsal
sostuvo que “estos periodistas sabían desde el principio que grupos
armados luchaban contra las autoridades sirias y que estos grupos llegaban al
territorio del país desde el Líbano”, reseñó Russia Today.
Entrevistado por Russia Today, el analista Basem Tajeldine
afirmó que “detrás de Al Jazeera sabemos quiénes están: las petromonarquías de
Qatar y Arabia Saudita, y este tipo de cadenas son instrumentos políticos
de los citados regímenes”. Más allá de ellos, agrega Tajeldine, Estados Unidos
está preparando el terreno para justificar la presencia de Occidente en el
conflicto.