LIBIA Y LOS INTELECTUALES – EQUIVOCACIÓN MORAL Y COLAPSO INTELECTUAL


LIBIA Y LOS INTELECTUALES –
EQUIVOCACIÓN MORAL Y COLAPSO INTELECTUAL

Por: Toni Solo y Jorge Capelán, Tortilla con sal

No es nada nuevo para las personas que apoyan el Frente Sandinista de Liberación Nacional descubrir que los intelectuales carecen de solidez moral e intelectual.

Es bien conocida la historia de la migración de intelectuales sandinistas hacia posiciones alineadas con los cipayos nacionales y regionales de los poderes de la OTAN. No es sorprendente tampoco entonces descubrir que en relación a la criminal agresión contra Libia destacadas figuras han traicionado principios fundamentales, tanto morales como intelectuales.

El artículo de Atilio Borón, "¿Libia: Sangre, sudor y lágrimas?”, confirma la tendencia de otros intelectuales destacados como Ignacio Ramonet, Samir Amin o Immanuel Wallerstein de analizar los acontecimientos en Libia tendenciosa y ahistóricamente para justificar prejuicios a la vez vulgares y pretenciosos. En sus escritos sobre Libia todos estos escritores demuestran dos cosas fundamentales - comparten la versión imperialista de los sucesos en Libia y escriben como si fuera apropiado en este momento pretender a algún tipo de lucha anti-imperialista teórica y moralmente superior.

El conocimiento histórico depende de diferentes tipos de evidencia. Hay que decidir qué estatura y relevancia se debe de asignar a las diferentes evidencias en existencia. Están las evidencias que indican lo que los actores pensaban y creían en determinadas situaciones – evidencias que deberían ser sujetas a evaluación, valoración e interpretación.

Hay evidencias más concretas, como documentos oficiales, registros de datos, archivos de estadísticas, etcétera. También, por ejemplo, están las relaciones cronológicas, las correlaciones de fuerza y las relaciones de poder. Para elucidar de una manera acertada lo que pasó de toda esta confusa masa de hechos y testimonios y evidencias, habrá que hacer las preguntas apropiadas.

Existe bastante consenso sobre este tipo de procedimientos a seguir para entender un acontecimiento o proceso histórico. Sin embargo, con respecto a Libia, intelectuales como Atilio Borón escriben pasando por alto los más elementales cuidados a la hora de evaluar la evidencia histórica. Un ejemplo de esto es lo siguiente:

“El exilio (para Muammar Ghaddafi) es altamente improbable: no tiene quien lo reciba y, además, su inmensa fortuna, depositada en bancos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Italia está bloqueada.” ¿Acaso Borón ha estudiado en detalle las cuentas bancarias de Muammar Ghaddafi? Es poco probable. En verdad, es sumamente improbable. Bien podría ser el caso. Pero Borón no lo sabe. Tampoco sabe Atilio Borón que Muammar Ghaddafi “no tiene quien lo reciba”.

Aparte de estos criterios vulgares, Atilio Borón emite juicios que se contradicen a sí mismos: “...Gadafi, atónito ante la ingratitud de aquellos de quienes se había convertido en obediente peón.” No sabemos – y Atilio Borón tampoco sabe - si Muammar Ghaddafi se quedó atónito en algún momento frente al actuar de sus enemigos. Por otro lado, si Muammar Ghaddafi fuera un obediente peón, no estarían los poderes de la OTAN atacando a Libia, no habría necesidad.

Más aún, Borón acusa a Ghaddaffi de haber tenido “relaciones carnales” con las potencias imperialistas, como si se tratase de uno más de los Ménem y los De La Rua de la Argentina de la Pizza con Champagne. Aparte de toda la evidencia que contradice esta tesis, y de lo caricaturesco de esta descripción, lo que los críticos de las medidas libias para romper con el brutal bloqueo al que fue sometido el país norafricano entre fines de los 80s e inicios del nuevo siglo omiten es alguna propuesta alternativa sobre el curso “verdaderamente revolucionario” a seguir por Libia en esas condiciones.

Borón intenta salir de esta contradicción manipulando la burda propaganda del mismo imperio que dice rechazar. Dejamos a un lado su muy cuestionable suposición de que ha habido una revolución en Egipto que verdaderamente haya logrado cambiar de manera significativa esa sociedad. Borón escribe: “En Libia (los poderes de la OTAN) tuvieron la ocasión de reparar ese mal paso, facilitado por la brutal represión que Gadafi descargó en las primeras semanas de la revuelta.”

Esta es pura propaganda imperial. Ni Atilio Borón ni nadie ha establecido con claridad qué pasó en el mes de febrero en Libia. Lo que sí se sabe es que hubo una insurrección armada mezclada con un golpe de estado provocado en gran medida por grupos aliados de y patrocinados por los gobiernos de la OTAN. De esa realidad hay bastante información, ya que los actores de esa insurrección-golpe ya están claramente identificados – entre ellos traidores del gobierno libio, combatientes del Islamic Fighting Group, militantes del Libyan Democratic Party y simpatizantes de la monarquía.

Esos mismos actores han dado pruebas de su accionar criminal y su desprecio por la vida de ese pueblo al que dicen querer liberar, las que a estas alturas han sido documentadas en informes de varias organizaciones internacionales desde ópticas ideológicas e intereses muy contradictorios.

Pero, sin detenerse en ese tipo de consideraciones, Borón sigue acto seguido con que “Esto ofreció el pretexto que estaban buscando para desencadenar la no menos brutal intervención militar de la OTAN.” Obviamos lo más probable -que la mano de la OTAN estuvo detrás (y metida dentro) de la insurreción-golpe, meses antes de que ésta fuera puesta en práctica en febrero de este año.

Aquí Atilio Borón implica claramente que no hay ninguna diferencia entre la fuerza desplegada por el gobierno libio en autodefensa contra un golpe-insurrección y la masiva intervención contra Libia de 42 países incluyendo las más poderosas fuerzas armadas del mundo.
Escribir así a estas alturas de la destrucción de Libia como país indica el abandono completo de un básico sentido moral.
Más adelante, hay una pista del porqué de esta absurda actitud. Atilio Borón escribe con aprobación de las opiniones de Samir Amin, como si el tema a estas alturas mereciese una discusión teórica. Borón parece compartir el análisis de Amin, de que el petróleo es secundario con respecto al interés de la OTAN por Libia. Nos invita a estar interesados en si el motivo principal de la criminal agresión contra Libia es el de mejorar un poco la ubicación del comando militar estadounidense Africom. Habrá que recordar que Samir Amin ha escrito que Muammar Ghaddafi es un “payaso”.

Parecería más bien que los payasos son Atilio Borón y Samir Amin, por haber perdido completamente la brújula moral. Allí están ellos, ofreciendo sus lectores los mismos dos arquetipos tradicionales de los imperialistas – el carnicero-dictador y el patético-payaso. Estos artefactos de la guerra psicológica de la OTAN se han usado para burlar-satanizar un dirigente que durante muchos meses de dura lucha ha demostrado que tiene el apoyo de la gran mayoría del pueblo de Libia.

Es probable que el aprecio de dirigentes como Nelson Mandela, Hugo Chávez y Daniel Ortgea valga muchísimo más que las opiniones vulgares y abiertamente neocoloniales de Atilio Borón y Samir Amin. Estos escritores llaman a la mente el tropo del poeta W.H.Auden quien se autocriticó como cristiano por haberse identificado, no con el sufrimiento de los actores de la Pasión de Cristo, si no con algún culto señor romano que observaba lo hechos desde fuera.

Hay otro elemento pudendo en perspectivas de los acontecimientos en Libia propuestas como autores como Borón que, como en el caso famoso del rey del cuento, a fuerza de su evidente e impúdica exposición pasan a menudo desapercibidas para el público. Si en Libia se cometieron errores, si Ghadaffi cometió errores: ¿no sería de suprema importancia conocer la visión y el análisis de los propios libios sobre esos errores?

¿No sería, al fin de cuentas, la valoración hecha por esos mismos sujetos, el criterio supremo para juzgar los aciertos y errores de su experiencia histórica? Son ellos, al fin y al cabo, los que ponen los muertos. Y nosotros, que no somos libios, y que nos decimos antiimperialistas, tenemos la responsabilidad de dificultar y si es posible impedir la masacre puesta en marcha por la OTAN. No sólo por el pueblo libio, sino también por nuestros propios pueblos y por nuestros propios muertos.

Hace poco opinamos que los intelectuales de la izquierda internacional tienen poco que ofrecer a los pueblos que luchan por su emancipación del imperialismo occidental. Lo que autores como Atilio Borón y Samir Amin han escrito sobre Libia confirma esa apreciación. Como mucha gente aquí en Nicaragua incluyendo el Frente Sandinista de Liberación Nacional, nosotros nos solidarizamos con Muammar Ghaddafi y su pueblo en su batalla contra la OTAN.

Reflexiones del compañero Fidel: La OTAN, la guerra, la mentira y los negocios

Fidel Castro es recibido por Muamar Gadafi a su llegada a Libia en 1977


Reflexiones del compañero Fidel:
La OTAN, la guerra, la mentira y los negocios

El líder de la Revolución Cubana afirma que EE.UU. pretende hacer girar los acontecimientos en torno a lo que hizo o no Gaddafi, porque necesita intervenir militarmente en Libia y golpear la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe.

Como algunos conocen, en septiembre de 1969, Muammar al-Gaddafi, un militar árabe beduino de peculiar carácter e inspirado en las ideas del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, promovió en el seno de las Fuerzas Armadas un movimiento que derrocó al Rey Idris I de Libia, un país desértico casi en su totalidad y de escasa población, situado al norte de África, entre Túnez y Egipto.

Los importantes y valiosos recursos energéticos de Libia fueron descubriéndose progresivamente.

Nacido en el seno de una familia de la tribu beduina de pastores nómadas del desierto, en la región de Trípoli, Gaddafi era profundamente anticolonialista. Se asegura que un abuelo paterno murió luchando contra los invasores italianos cuando Libia fue invadida por éstos en 1911. El régimen colonial y el fascismo cambiaron la vida de todos. Se dice, igualmente, que el padre sufrió prisión antes de ganarse el pan como obrero industrial.

Incluso, los adversarios de Gaddafi aseguran que se destacó por su inteligencia como estudiante; fue expulsado del liceo por sus actividades antimonárquicas. Logró matricularse en otro liceo y después graduarse en leyes en la Universidad de Bengasi a los 21 años. Ingresa después en el Colegio Militar de Bengasi donde creó lo que se denominó el Movimiento Secreto Unionista de Oficiales Libres, concluyendo posteriormente sus estudios en una academia militar británica.

Estos antecedentes explican la notable influencia que ejerció después en Libia y en otros líderes políticos, estén hoy a favor o en contra de Gaddafi.

Había iniciado su vida política con hechos incuestionablemente revolucionarios.

En marzo de 1970, tras manifestaciones masivas nacionalistas, logró la evacuación de  los soldados británicos del país y, en junio, Estados Unidos desalojó la gran base aérea cerca de Trípoli, entregada a instructores militares egipcios, país aliado a Libia.

En 1970, varias compañías petroleras occidentales y sociedades bancarias con participación de capitales extranjeros fueron afectadas por la Revolución. A fines de 1971, la famosa British Petroleum corrió la misma suerte. En el área agropecuaria todos los bienes italianos fueron confiscados, los colonos y sus descendientes expulsados de Libia.

La intervención estatal se orientó al control de las grandes empresas. La producción de ese país pasó a disfrutar de uno de los niveles más altos del mundo árabe. Se prohibió el juego y el consumo de alcohol. El estatus jurídico de la mujer, tradicionalmente limitado, fue elevado.

El líder libio se enfrascó en teorías extremistas que se oponían tanto al comunismo como al capitalismo. Fue una etapa en la que Gaddafi se dedicó a la teorización, que no tiene sentido incluir en este análisis, aunque sí señalar que en el artículo primero de la Proclama Constitucional de 1969 se establecía el carácter “Socialista” de la Jamahiriya Árabe Libia Popular.

Lo que deseo enfatizar es que a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN nunca le interesaron los derechos humanos.

La olla de grillos que tuvo lugar en el Consejo de Seguridad, en la reunión del Consejo de Derechos Humanos con sede en Ginebra, y en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, fue puro teatro.

Comprendo perfectamente las reacciones de los líderes políticos envueltos en tantas contradicciones y estériles debates, dada la urdimbre de intereses y problemas que deben atender.

Todos sabemos muy bien que el carácter de miembro permanente, el poder de veto, la posesión de armas nucleares, y no pocas instituciones son fuentes de privilegios e intereses impuestos por la fuerza a la humanidad. Se puede estar o no de acuerdo con muchas de ellas, pero jamás aceptarlas como medidas justas o éticas.

El imperio pretende ahora hacer girar los acontecimientos en torno a lo que hizo o no Gaddafi, porque necesita intervenir militarmente en Libia y golpear la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe. Hasta ahora no se decía una palabra, se guardaba silencio y se hacían negocios.

Promovida la latente rebeldía libia por los órganos de inteligencia yanki, o por los errores del propio Gaddafi, es importante que los pueblos no se dejen engañar, ya que muy pronto la opinión mundial tendrá suficientes elementos para saber a qué atenerse.

A mi juicio, y así lo expresé desde el primer momento, había que denunciar los planes de la belicosa OTAN.

Libia, igual que muchos países del Tercer Mundo, es miembro del Movimiento de Países No Alineados, del Grupo de los 77 y otras organizaciones internacionales, a través de las cuales se establecen relaciones independientemente de su sistema económico y social.

A grandes rasgos: la Revolución en Cuba, inspirada en principios Marxistas-Leninistas y Martianos, había triunfado en 1959 a 90 millas de Estados Unidos, que nos impuso la Enmienda Platt y era propietario de la economía de nuestro país.

Casi de inmediato, el imperio promovió contra nuestro pueblo la guerra sucia, las bandas contrarrevolucionarias, el criminal bloqueo económico, y la invasión mercenaria de Girón, custodiada por un portaaviones y su infantería de marina lista para desembarcar si la fuerza mercenaria obtenía determinados objetivos.

Apenas año y medio después nos amenazó con el poderío de su arsenal nuclear. Una guerra de ese carácter estuvo a punto de estallar.

Todos los países latinoamericanos, con la excepción de México, participaron del criminal bloqueo que todavía perdura, sin que nuestro país jamás se rindiera. Es importante recordarlo para los que carecen de memoria histórica.

En enero de 1986, esgrimiendo la idea de que Libia estaba detrás del llamado terrorismo revolucionario, Reagan ordenó romper relaciones económicas y comerciales con ese país.

En marzo, una fuerza de portaaviones en el Golfo de Sirte, dentro de aguas consideradas nacionales por Libia, desató ataques que ocasionaron la destrucción de varias unidades navales provistas de lanzamisiles y de sistemas de radares de costa que ese país había adquirido en la URSS.

El 5 de abril, una discoteca en Berlín Occidental, frecuentada por soldados de Estados Unidos, fue víctima de explosivos plásticos, en el que tres personas murieron, dos de ellas militares norteamericanos y muchos fueron heridos.

Reagan acusó a Gaddafi y ordenó a la Fuerza Aérea que diera respuesta. Tres escuadrones despegaron de los portaaviones de la VI Flota y bases en el Reino Unido, atacaron con misiles y bombas siete objetivos militares en Trípoli y Bengasi. Alrededor de 40 personas murieron, 15 de ellas civiles. Advertido del avance de los bombarderos, Gaddafi reunió la familia y estaba abandonando su residencia ubicada en el complejo militar de Bab Al Aziziya, al sur de la capital. No había concluido la evacuación cuando un misil impactó directamente en la residencia, su hija Hanna murió y otros dos hijos resultaron heridos. El hecho recibió un amplio rechazo; la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución de condena por violación de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional. Igual hizo en términos enérgicos el Movimiento de Países No Alineados, la Liga Árabe y la OUA.

El 21 de diciembre de 1988, un Boeing 747 de la compañía Pan Am que volaba de Londres a Nueva York se desintegró en pleno vuelo por el estallido de una bomba, los restos cayeron sobre la localidad de Lockerbie, y la tragedia costó 270 vidas de 21 nacionalidades.

En un principio el Gobierno de Estados Unidos sospechó de Irán, como represalia por la muerte de 290 personas por el derribo de un Airbus de su línea estatal. Las investigaciones, según los yankis, implicaban dos agentes de la inteligencia libia. Imputaciones similares contra Libia se hicieron por un avión de la aerolínea francesa en ruta Brazzaville-N’Djamena-Paris, implicando a funcionarios libios que Gaddafi rechazó extraditar por hechos que negó categóricamente.

Una leyenda tenebrosa se fabricó contra él con la participación de Reagan y Bush padre.

Desde 1975 hasta la etapa final del gobierno de Reagan, Cuba se había consagrado a sus deberes internacionalistas en Angola y otros países de África. Conocíamos de los conflictos que se desarrollaron en Libia o en torno a ella por lecturas y testimonios de personas muy vinculadas a ese país y al mundo árabe, así como por las impresiones que guardamos de numerosas personalidades de distintos países con los que tuvimos contactos en aquellos años.

Muchos conocidos líderes africanos con los que Gaddafi mantenía relaciones estrechas se esforzaron por buscar soluciones a las tensas relaciones entre Libia y el Reino Unido.

El Consejo de Seguridad le había impuesto sanciones a Libia que comenzaron a superarse cuando Gaddafi aceptó someter a juicio, con determinadas condiciones, a los dos acusados por el avión que estalló sobre Escocia.

Delegaciones libias comenzaron a ser invitadas a reuniones intereuropeas. En julio de 1999 Londres inició el restablecimiento de relaciones diplomáticas plenas con Libia, después de algunas concesiones adicionales.

En septiembre de ese año, los ministros de la Unión Europea aceptaron revocar las medidas restrictivas al comercio tomadas en 1992.

El 2 de diciembre, Massimo D’Alema, primer ministro italiano, realizó la primera visita de un jefe de gobierno europeo a Libia.

Desaparecida la URSS y el campo socialista de Europa, Gaddafi decidió aceptar las demandas de Estados Unidos y la OTAN.

Cuando visité Libia en mayo de 2001, me exhibió las ruinas del traidor ataque con que Reagan asesinó a su hija, y estuvo a punto de exterminar a toda la familia.

A inicios del 2002, el Departamento de Estado informó que estaban en curso conversaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Libia.

En mayo se había vuelto a incluir a Libia en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, aunque, en enero, el presidente George W. Bush no había mencionado al país africano en su célebre discurso sobre los integrantes del “eje del mal”.

Al iniciarse el año 2003, en virtud del acuerdo económico sobre indemnizaciones alcanzado entre Libia y los países demandantes, Reino Unido y Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU levantó las sanciones de 1992 contra Libia.

Antes de finalizar el 2003, Bush y Tony Blair informaron de un acuerdo con Libia, país que había entregado a expertos de inteligencia del Reino Unido y Washington documentación de los programas no convencionales de armas, así como misiles balísticos con un alcance superior a 300 kilómetros. Funcionarios de ambos países ya habían visitado diversas instalaciones. Era el fruto de muchos meses de conversaciones entre Trípoli y Washington, como reveló el propio Bush.

Gaddafi cumplió sus promesas de desarme. En pocos meses Libia entregó las cinco unidades de misiles Scud-C con un alcance de 800 kilómetros y los cientos de Scud-B, cuyo alcance sobrepasaba los 300 kilómetros en misiles defensivos de corto alcance.

A partir de octubre de 2002 se inició el maratón de visitas a Trípoli: Berlusconi, en octubre de 2002; José María Aznar, en septiembre de 2003; Berlusconi de nuevo en febrero, agosto y octubre de 2004; Blair, en marzo de 2004; el alemán Schröeder, en octubre de ese año; Jacques Chirac, en noviembre de 2004. Todo el mundo feliz. Poderoso caballero es don dinero.

Gaddafi recorrió triunfalmente Europa. Fue recibido en Bruselas en abril de 2004 por Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea; en agosto de ese año el líder libio invitó a Bush a visitar su país; Exxon Mobil, Chevron Texaco y Conoco Philips ultimaban la reanudación de la extracción de crudo a través de joint ventures.

En mayo de 2006, Estados Unidos anunció la retirada de Libia de la lista de países terroristas y el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas.

En 2006 y 2007, Francia y Estados Unidos suscribieron acuerdos de cooperación nuclear con fines pacíficos; en mayo de 2007, Blair volvió a visitar a Gaddafi en Sirte. British Petroleum firmó un contrato “enormemente importante” según se declaró para la exploración de yacimientos de gas.

En diciembre de 2007, Gaddafi realizó dos visitas a Francia y firmó contratos de equipamientos militares y civiles por valor de 10 000 millones de euros; y a España, donde se entrevistó con el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Contratos millonarios se suscribieron con importantes países de la OTAN.

¿Qué es lo que ahora ha originado la retirada precipitada de las embajadas de Estados Unidos y los demás miembros de la OTAN?

Todo resulta sumamente extraño.

George W. Bush, el padre de la estúpida guerra antiterrorista, declaró el 20 de septiembre de 2001 a los cadetes de West Point “Nuestra seguridad requerirá […] la fuerza militar que ustedes dirigirán, una fuerza que debe estar lista para atacar inmediatamente en cualquier oscuro rincón del mundo. Y nuestra seguridad requerirá que estemos listos para el ataque preventivo cuando sea necesario defender nuestra libertad y […] nuestras vidas.”

“Debemos descubrir células terroristas en 60 países o más […] Junto a nuestros amigos y aliados, debemos oponernos a la proliferación y afrontar a los regímenes que patrocinan el terrorismo, según requiera cada caso.”

¿Qué pensará Obama de ese discurso?

¿Qué sanciones impondrá el Consejo de Seguridad a los que mataron más de un millón de civiles en Irak y a los que todos los días asesinan hombres mujeres y niños en Afganistán, donde en días recientes la población enardecida se lanzó a las calles a protestar contra la matanza de niños inocentes?

Un despacho de la AFP procedente de Kabul, fechado hoy 9 de marzo, revela que: “El año pasado fue el más letal para los civiles en nueve años de guerra entre los talibanes y las fuerzas internacionales en Afganistán, con casi 2.800 muertos, un 15% más que en 2009, indicó el miércoles un informe de la ONU, que subraya el costo humano del conflicto para la población.”

“…la insurrección de los talibanes se intensificó y ganó terreno en estos últimos años, con acciones de guerrilla más allá de sus bastiones tradicionales del sur y del este.”

“Con 2 777 exactamente, el número de civiles muertos en 2010 aumentó en 15% con respecto a 2009, indica el informe anual conjunto de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán…”

“El presidente Barack Obama expresó el 3 de marzo su "profundo pesar" al pueblo afgano por los nueve niños muertos, y también lo hicieron el general estadounidense David Petraeus, comandante en jefe de la ISAF, y el secretario de Defensa, Robert Gates.”

“…el reporte de la UNAMA destaca que el número de civiles muertos en 2010 es cuatro veces superior a los soldados de las fuerzas internacionales caídos en combate en ese mismo año”.

“El año 2010 ha sido, de lejos, el año más mortífero para los soldados extranjeros en nueve años de guerra, con 711 muertos, confirmando que la guerrilla de los talibanes se intensificó pese al envío de 30.000 soldados estadounidenses de refuerzo el año pasado.”

Durante 10 días, en Ginebra y en Naciones Unidas, se pronunciaron más de 150 discursos sobre violaciones de los derechos humanos que fueron repetidos millones de veces por televisión, radio, Internet y la prensa escrita.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en su intervención del pasado 1º de marzo de 2011 ante los Ministros de Relaciones Exteriores reunidos en Ginebra, expresó:

“La conciencia humana rechaza la muerte de personas inocentes en cualquier circunstancia y lugar. Cuba comparte plenamente la preocupación mundial por las pérdidas de vidas de civiles en Libia y desea que su pueblo alcance una solución pacífica y soberana a la guerra civil que allí ocurre, sin ninguna injerencia extranjera, y que garantice la integridad de esa nación.”

Algunos de los párrafos finales de su intervención fueron lapidarios:

“Si el derecho humano esencial es el derecho a la vida, ¿estará listo el Consejo para suspender la membresía de los Estados que desaten una guerra?”

“¿Suspenderá a los Estados que financien y suministren ayuda militar empleada por el Estado receptor en violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos y en ataques contra la población civil, como las que ocurren en Palestina?”

“¿Aplicará esa medida contra países poderosos que realicen ejecuciones extrajudiciales en territorio de otros Estados con empleo de alta tecnología, como municiones inteligentes y aviones no tripulados?”

“¿Qué ocurrirá con Estados que acepten en sus territorios cárceles ilegales secretas, faciliten el tránsito de vuelos secretos con personas secuestradas o participen de actos de tortura?”

Compartimos plenamente la valiente posición del líder bolivariano Hugo Chávez y el ALBA.

Estamos contra la guerra interna en Libia, a favor de la paz inmediata y el respeto pleno a la vida y los derechos de todos los ciudadanos, sin intervención extranjera, que solo serviría a la prolongación del conflicto y los intereses de la OTAN.

Fidel Castro Ruz

Marzo 9 de 2011

Red de Redes en Defensa de la Humanidad se pronuncia contra intervención en Libia



Red de Redes en Defensa de la Humanidad se

pronuncia contra intervención en Libia


“Repudiamos la movilización de efectivos de la OTAN y los pronunciamientos intervencionistas del gobierno y las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Nos solidarizamos con el pueblo libio, seguros de que es portador de las soluciones que contribuirán a construir la estabilidad y la paz en ese país norafricano”, afirma el comunicado.

POR LA PAZ Y CONTRA LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA EN LIBIA


En los últimos dos meses una oleada de protestas populares ha sacudido vastas regiones del mundo árabe, en el Oriente Medio y el norte de África.

La justa indignación de los oprimidos ha desembocado en cambios revolucionarios que intentan ser manipulados, con perfidia y oportunismo, por los poderes hegemónicos mundiales. La intromisión imperial ha sido particularmente desfachatada en torno a las complejas circunstancias que vive Libia, en tanto que las grandes corporaciones mediáticas compiten entre sí para legitimar la ya anunciada ocupación.

Los intelectuales, artistas y luchadores sociales de la Red En Defensa de la Humanidad declaramos que la delicada situación interna que hoy vive el pueblo de Libia debe ser resuelta de forma pacífica, en el estricto respeto a su autodeterminación, sin injerencia extranjera y garantizando la integridad de su territorio.

Apoyamos la iniciativa de paz y unión del Consejo Político del ALBA-TCP de crear una “Comisión Internacional Humanitaria para la Paz e Integridad de Libia”, propuesta por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.

Repudiamos la movilización de efectivos de la OTAN y los pronunciamientos intervencionistas del gobierno y las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

Nos solidarizamos con el pueblo libio, seguros de que es portador de las soluciones que contribuirán a construir la estabilidad y la paz en ese país norafricano.

Red de Redes en Defensa de la Humanidad

Para adherirse a este llamamiento usted puede enviar un correo a esta dirección:

HONRAR A LIBIA

HONRAR A LIBIA

Por Mónica Saiz, Correo del Orinoco
Sueño. Una carta escrita y reescrita.

Cómo escribir una carta que pudiera frenar la guerra, como obtener los códigos que pudieran detener y desintegrar misiles en el aire. Antes, mucho antes, se habían pronunciado las palabras destructivas, se habían firmado los papeles secretos, se había trazado el plan y dispuesto los acuerdos que condujeron los bombardeos hacia Libia.

Realidad. No existían las palabras que buscaba. Todo el cuerpo le dolía y se sentía afiebrada. Olía la sangre y el polvo de los escombros como si estuviera en la Medina, donde acababa de estallar una bomba de la OTAN, sentía los gritos, las lágrimas secas, mezcladas con el sudor y la rabia. Veía como caía esa ciudad ante sus ojos, como si fuera su ciudad natal. Cómo se destruía ese mundo. No podía hacer nada. Le dolían las manos de impotencia. Imaginaba a las madres implorando al cielo por sus hijos, y del cielo cayendo los misiles asesinos.

Un recuerdo la alivió un momento, como un paño frío que le calmara la fiebre. Fue igual el 11 de abril, su corazón estrujado igual, su garganta igual de cerrada, sus manos igual de adoloridas. Ella estaba igual de lejos, aquel día. Después vino el 13, después el baño de luz, el bálsamo de todas las heridas, el pueblo triunfante en Miraflores.

Esta vez no, esto es una pesadilla. El alivio desapareció rápidamente. Revisó de nuevo las noticias, una y otra vez, como un ejercicio mecánico. Angustia. Buscaba leer entre líneas algún signo de esperanza. Pero el plan de guerra incluía las noticias. El equipo de Telesur asediado en un hotel, el teatro de la mentira estaba montado. No habría noticias disonantes. Algunas voces valientes se levantaban en el mundo. Pero sonaban más alto los misiles de la OTAN.

Sentía el corazón desgarrado, veía caer a Libia. Aquel país soberano que un día recorrió, aquel pequeño gran país estaba siendo arrasado.

Ella volvió a su trabajo y a su vida cotidiana, sus convicciones se hicieron más firmes, su resolución más indoblegable, había sumado un compromiso más a su acción revolucionaria, ahora también debía honrar a Libia.

LIBIA: PROYECTO PILOTO DE LA OTAN

LIBIA: PROYECTO PILOTO DE LA OTAN
Por: Aporrea

En el derrocamiento de Kadafi la OTAN ha aplicado un proyecto piloto que le permitiría intervenir donde quiera que le convenga con el pretexto de proteger a los civiles.

El “derecho a proteger”, ya invocado en los criminales bombardeos de Servia, se presenta como una gran conquista de los derechos humanos posmodernos. Propiciaría a la coalición imperialista derribar líderes con algún grado de insumisión –desde relativamente rebeldes, ergo Kadafi, a revolucionarios antimperialistas como Hugo Chávez-, preferentemente asentados sobre pletóricos recursos estratégicos. En Libia, en otra violación flagrante del derecho internacional, la alianza atlántica tomó partido del lado opositor en una guerra civil dentro de un Estado soberano en la que, por si fuera poco, su líder –guste o no- contaba con apoyo popular y de gran parte del ejército.

El proyecto consiste en alegar que un grupo en el país en cuestión está siendo atacado por un dictador y, recurriendo a burdas manipulaciones, sobredimensionarlo en los “medios”. Estos se encargan de crear una imagen idílica del primero(suplantado rápidamente, si es necesario, como hicieron con el movimiento juvenil de Bengazi, por el mercenario Consejo Nacional Transitorio) y de demonizar al villano de turno, aunque haya sido “amigo” hasta el día antes(caso de Kadafy). Con la presión mediática y diplomática –en Libia fue decisiva la complicidad de la Liga Árabe y la abstención de China y Rusia- se logra una ambigua resolución del Consejo de Seguridad para proteger a los civiles. La OTAN la trasmuta en un plan de cambio de régimen, que combina una feroz campaña de bombardeo aéreo con acciones de infantería “rebelde”, a la que entrena y arma, y la participación en los combates decisivos de un andamiaje de inteligencia satelital de Estados Unidos, apoyado por expertos y fuertes grupos de tropas especiales “aliadas” sobre el terreno. Así cayeron sobre Trípoli. 

En el plan otaniano los medios de difusión dominantes han cumplido una función militar de primer orden, tal vez como nunca antes en una guerra de rapiña imperialista. No es casual, que como se hizo en su momento con la televisión de Serbia, otra vez fueran destruidas como objetivos militares las instalaciones de la televisión pública libia. Claro, con las correspondientes bajas “colaterales” entre su personal.

Se trata, además, de otro jalón de la contrarrevolución montada por Estados Unidos y el Consejo de Cooperación del Golfo(CCG) – grupo ultrareaccionario de satrapías fundamentalistas bajo el comando de Arabia Saudita- contra la rebelión de los pueblos árabes, que, con distintas variantes y resultados, se ha aplicado también en Túnez, Egipto, Bahrein, Yemen y Siria. Ha sido el megamillonario y ambicioso emirato de Quatar quien dentro del CCG ha dedicado sus mejores afanes a empujar la intervención “humanitaria” en Libia. Cuánta semejanza con el ataque burgués-aristocrático contra la Revolución de 1848. Con una gran diferencia. Esta se desarrolló cuando el capitalismo entraba en una de sus mayores etapas de auge y necesitaba impulsar la producción aunque tuviera que hacer algunas concesiones a los trabajadores. La sublevación árabe, en cambio –como otros episodios de la rebelión juvenil internacional en curso-, estalla cuando el capitalismo sufre la peor crisis de su historia y su elite dirigente no muestra ningún interés en la mínima redistribución de riqueza.

La acción de la OTAN en Libia, y la que eventualmente aplicaría en Siria si lograra otra resolución del consejo de seguridad -¿o se irán por encima de este?- contradice los principios de soberanía, libre determinación de los pueblos, no intervención y solución pacífica de las controversias, codificados en la carta de la ONU gracias a la lucha de los pueblos contra el fascismo y el colonialismo. En Libia, como ya ha ocurrido en Afganistán e Irak la OTAN no va a llevar ninguna democracia –ni siquiera la meramente representativa ya cuestionada por los pueblos en rebelión- ni va a haber un minuto de paz en muy largo tiempo. Los imperialistas agresores de Libia odian la democracia real, verdadera, como gobierno del pueblo. Cegados por su arrogancia colonial no pueden tratar más que como subordinados y atrasados a los pueblos “de color”. La democracia que quieren para nuestros pueblos es su sumisión al ganador en la enconada disputa por el control territorial de los energéticos, el agua, el oro, otros minerales estratégicos y los alimentos.

El sionismo en Libia financia al CNT

MOSTRAMOS Parte de la Comunicación enviada a la  ONU por Israel al gobierno de los mercenarios de la OTAN en Libia. (pag.2).

Los criminales han negociado un TRATADO A 30 AÑOS POR EL CNT con el ministro de defensa de Israel para suministro de armas y apoyo logístico, a cambio de permitirles la instalación de bases militares en las montañas verdes de Libia.

Esos son los que hablan de "LIBERTAD" Y "DEMOCRACIA", y permiten que asesinen a civiles inocentes y destruyan un pacifico y prospero país.

La ONU es tan criminal y mas perversa que la OTAN por fomentar el magnicidio y legalizar un genocidio contra el pueblo de Libia






Las consecuencias de su miserable intromision cerca de 1000 heridos y 12 muertos en el Cairo frente a la embajada del genocida "Estado" de Israel: 



Las bases GEOESTRATIGICAS de guerra contra Libia: ARMAS hidrológica, petróleo, gas

Las bases GEOESTRATIGICAS de guerra contra Libia:
ARMAS hidrológica, petróleo, gas

La muerte de miles de millones de libios = Occidente

Por: Garikai Chengu

A partir de aceite al agua, water-boarding a las armas y de gas a la reconstrucción de la guerra de Libia en el rastrillo de miles de millones de dólares para el Occidente. Lo mucho que tengan un efecto positivo para el pueblo de Libia todavía está por verse.

Las personas que piensan que la intervención de Occidente en Libia es otro apoderarse del petróleo, están equivocados. En términos generales, la intervención militar de Gran Bretaña se trata principalmente de los brazos, Italia su gas natural, el agua y Francia para los EE.UU. la lucha contra el terrorismo y la reconstrucción de contratos. Propagación de la democracia y salvar al pueblo de Benghazi forma meramente tangencial beneficios para justificar estos fines.
Para que no olvidemos, el bombardeo de la OTAN comenzó por Gadafi amenazó con hacer lo que obliga a Benghazi Sr. Bashar al-Assad está haciendo a varias ciudades de Siria y de la OTAN se está a punto de hacer en Sirte.

"La historia es una serie de mentiras acordadas" dijo una vez Napoleón Bonaparte. Si no es combatido los verdaderos motivos detrás de lo que los medios de comunicación franceses han acuñado "Sarkozy es la guerra" puede ser perdido en la niebla de la guerra.

Entonces, ¿qué hace tan importante Libia a Occidente? Cualquier agente de bienes raíces puede decirle: ubicación.Teniendo en cuenta que Libia se encuentra sobre la intersección estratégica de los mundos mediterráneos, africanos y árabes, el control de la nación, ha sido siempre una manera muy efectiva de proyectar su poder en estas tres regiones y más allá.

Desde tiempos inmemoriales, el control occidental sobre Libia ha sido de gran importancia. Después de la independencia de Libia en 1951, EE.UU., Gran Bretaña y Francia pagos por derechos de asentamiento militar formado el elemento más grande del PIB de Libia hasta que las exportaciones de petróleo comenzó a fluir en 1961.

En la actualidad, el interés de Sarkozy en Libia se encuentra en una mercancía más valiosa que el petróleo, es decir, agua. Cada vez es más aceptado que el agua promete ser en el siglo 21 lo que el petróleo fue en el siglo 20: el bien precioso que determina la riqueza de las naciones.

A diferencia del petróleo, no hay sustitutos, alternativas o paliativos para el agua. La naturaleza ha decretado que el suministro de agua es fija. Mientras que la demanda aumenta inexorablemente a medida que aumenta la población mundial y se enriquece. Crecimiento de la población, el cambio climático, la contaminación, la urbanización y el rápido desarrollo de las industrias manufactureras son implacablemente combinar de tal manera que la demanda de agua superará la oferta en un 40 por ciento en 2040.

Libia se encuentra en un recurso más valioso que el petróleo, el acuífero de arenisca de Nubia, que es un mar subterráneo inmensamente enorme de agua dulce. El coronel Gaddafi ha invertido inteligentemente $ 25 billones en el Man-Made River Project, un complejo de 4.000 kilómetros de tuberías de agua a largo enterrados bajo el desierto que podría transportar dos millones de metros cúbicos de agua al día. Un esquema monumental de distribución de agua podría convertirse Libia - una nación que es del 95 por ciento del desierto - en una autosuficiencia alimentaria oasis de cultivo.

Global de hoy en Francia mega-compañías de agua como Suez, Ondeo y Saur, el control de más del 45 por ciento del mercado de agua del mundo y se apresuran a privatizar el agua, ya un negocio de $ 400 mil millones mundiales. Para estas empresas francesas, Libia será una mina de oro. No es de extrañar que acuñó Le Monde "Sarkozy es la guerra" y tenía una "Victoire" splash page frente al compuesto de Gaddafi fue asaltada.

El año pasado, la Agencia Central de Inteligencia sospechosamente planteó la posibilidad de "futuro" guerra hidrológica "en la que los ríos, lagos y acuíferos se convierten en activos de seguridad nacional que se lucha", o controlados por Ejércitos aliados y estados clientes. El cambio de régimen en Libia es el primer caso importante de la guerra hidrológico.

Con el botín de guerra de mercado de las aguas de Libia, en gran parte reservada para los franceses Cameron, el señor tiene en la mira a otro mercado, la de las armas.

El tema de la venta de armas a West levantamientos regímenes de supresión sigue siendo deliberadamente pasados ​​por alto como un crimen de guerra estadounidense. A pesar de que el Times de Londres acaba de informar de que Gran Bretaña disfrutó de un alza del 30 por ciento en las ventas de armas a los regímenes de Oriente Medio durante la primavera árabe. Armas vendidas entre febrero y julio aumentó a $ 101 millones, el informe del Times dice, señalando que estas son las armas que podrían ser utilizados para reprimir las protestas nacionales.

La administración de Obama es aún más sumida en el comercio de armas controvertidas. Los EE.UU. no acepta ninguna rival en este frente. Durante la última década los EE.UU. tiene un promedio de unos increíbles US $ 5800 millones por año en la venta de armas con el Oriente Medio.

El equipo militar muy Libia presumido de que la OTAN afirma haber rebajado en un 90 por ciento tendrá que ser reconstruido. EE.UU. las empresas de armamento alegremente a la mano para armar su régimen de poder a los dientes.Libia será una bonanza para los traficantes de armas estadounidenses.

Contratistas estadounidenses de infraestructura, también segará los beneficios extraordinarios de la reconstrucción post-guerra. La triste realidad es que todos los puentes, carreteras, ferrocarriles y la construcción de enlace que EE.UU. aviones de guerra bomba tendrá que ser reconstruido y pagados por el contribuyente Libia.

Aún peor, aún es el hecho de que los aproximadamente $ 1.1billion gastado por el gobierno de EE.UU. sobre el bombardeo de Libia es una gota en el océano comparado con los beneficios que los contratistas estadounidenses la posibilidad de ganar. Muchos de los cuales tienen fuertes lazos con la cúpula de las fuerzas armadas y la administración de Obama.

En realidad, más de 70 empresas estadounidenses y los individuos han ganado hasta $ 8 mil millones en contratos de trabajo en la post-guerra de Irak y Afganistán en los últimos dos años, según un nuevo estudio realizado por el Centro para la Integridad Pública.

Según el estudio, casi el 70 por ciento de estas empresas los empleados o miembros del consejo que sea servido en o tenían estrechos vínculos con el poder ejecutivo a favor del republicano y las administraciones demócratas, los miembros del Congreso de ambos partidos, o en los niveles más altos de la militar.
Por lo tanto, los de los militares la tarea de minimizar los "daños colaterales" a pie de propiedad de beneficiarse directamente de menos de una precisión milimétrica. En resumen, lanzando bombas puede ser rentable.

Las revelaciones recientes bomba de correspondencia entre la CIA y el aparato de seguridad de Libia demostrar que los EE.UU. ha sido la externalización de su tortura o "mejoradas de interrogatorio" a sospechosos de terrorismo a Libia a través del proceso de rendición internacionalmente ilegal. Estas revelaciones son embarazosas, pero no sorprendente. Sin embargo, hay pocas dudas de un régimen flexible de proxy seguirá haciendo el trabajo sucio de Estados Unidos.

Por último, pero no menos importante es el petróleo. Tanto como el Oeste de justicia propia puede pretender lo contrario, el petróleo es, sin duda, una parte clave de la ecuación. Libia posee las mayores reservas de petróleo de África y el 85 por ciento de sus exportaciones son a Europa.

Material de archivo del italiano del primer ministro Silvio Berlusconi rodeado de guardaespaldas femeninas de Gadafi, besando la mano del hombre fuerte de Libia en el aeropuerto Leonardo Da Vinci es un indicativo de lo importante que es Libia a Italia.

Petróleo de Libia, es especialmente importante a Italia debido a su proximidad, la facilidad de su extracción, y la dulzura de su crudo. La mayoría de las refinerías en Italia y en otros lugares se construyen para hacer frente a crudo libio dulce, que no pueden procesar el crudo pesado saudí que recientemente ha sustituido el déficit de producción de Libia.

Libia reservas de gas natural se estiman en más de 52700 mil millones de pies cúbicos y grandes áreas del país siguen siendo objeto de la encuesta. Con suministros seguros disponibles en Libia, Italia será menos dependiente de los suministros de Rusia, que en la parte frontal de la energía es cada vez más alarde de su fuerza y ​​burlando de la Europa continental.

Libia tiene una costa de 1.800 km a pocas millas de Italia y porosa frontera sur con tres países pobres de África. Por lo tanto, un régimen flexible que detener el flujo de solicitantes de asilo y de mantener el petróleo y el gas que fluye es de vital importancia para Roma.

A partir de aceite al agua, water-boarding a las armas y de gas a la reconstrucción de la guerra de Libia en el rastrillo de miles de millones de dólares para el Occidente. Lo mucho que tengan un efecto positivo para el pueblo de Libia todavía está por verse.

El autor es becario de investigación en la Facultad de la Universidad de Harvard de las Artes y las Ciencias.

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