El enviado de la ONU a Libia denuncia
lo que todos ya lo sabíamos: 200 mil mercenarios y terroristas internacionales
bajo la protección de la OTAN y EE.UU se han apoderado de Libia .. lo que
equivale a todo el ejército británico .. ¿Por qué? ¿Y quién los envió
allí?
A dos años de la invasión de la OTAN
las milicias siguen aterrorizando Libia
Por:
Patrick Cockburn
El magnicidio de Gaddafi fue ordenado por EE.UU y la OTAN y no debe quedar impune |
El futuro de Libia
parece funesto mientras el foco de atención de los medios se dirige a otra
parte. Una sesión del Parlamento que tuvo que arrancar asolada por milicianos,
‘limpieza étnica’ en la ciudad de Tawergha y asesinatos de población son el
resultado de la intervención de la OTAN en el que fuera el país más modernizado
de África.
El segundo
aniversario de la intervención de la OTAN a favor de los rebeldes libios y en
contra de Muamar Gaddafi ha pasado casi desapercibido para los gobiernos y
medios extranjeros que tan preocupados estaban en 2011 por la seguridad y los
derechos humanos del pueblo libio. Esto no debería sorprender ya que a todas
luces Libias se está desmoronando como país y los libios están a merced de las
milicias que explotan a aquellos que antes afirmaron proteger.
Una muestra de las
noticias que llegan de Libia en las últimas semanas nos ofrece una visión de lo
que está ocurriendo y vale la pena repetirlo porque lo ignora totalmente la
prensa extranjera que antes abarrotaba los hoteles de Bengasi y Trípoli. Por
ejemplo, el domingo pasado [31 de marzo de 2013] el jefe de personal del primer
ministro Ali Zeidan desapareció en la capital y parece que ha sido secuestrado.
Es posible que haya sido en represalia por la declaración de ministros del
gobierno de que las milicias actuaban impunemente. Ese mismo día, uno grupo de
la milicia irrumpió en el ministerio de Justicia exigiendo la dimisión de
ministro después de acusarle de dirigir una cárcel ilegal.
PARLAMENTO SECUESTRADO
Todo indica que la
situación está empeorando en vez de mejorar. El 5 de marzo el parlamento libio
se reunió para discutir si se deberían purgar e inhabilitar a los libios que
habían trabajado como funcionarios durante los 42 años que Gadafi estuvo en el
poder, lo que incluiría también a personas que durante mucho tiempo fueron
disidentes y que desempeñaron un papel destacado durante el levantamiento
contra Gadafi, pero que décadas atrás había sido ministros bajo el régimen
anterior.
Los manifestantes
que pedían esta purga obligaron a los parlamentarios a trasladarse por su
seguridad a las oficinas del servicio meteorológico a las afueras de Trípoli
donde fueron atacados por hombres armados que irrumpieron en el edificio
mientras desaparecían los policías que los custodiaban. Algunos de los
parlamentarios estuvieron 12 horas retenidos como rehenes mientras que otros se
enfrentaron a un tiroteo para escapar.
Libia llena de basura y pestilencia
gracias a
los actos teroristas de la OTAN y EE.UU
Fuera de Trípoli el
control de los hombres armados aún es más absoluto. Esto solo llama la atención
del resto del mundo cuando hay un acto de violencia espectacular, como el
asesinato en Bengasi el pasado mes de septiembre del embajador estadounidense
Chris Stevens por la milicia yihadista. Este fue el único acto de violencia
extrema en Libia que fue ampliamente cubierto por los medios extranjeros, pero
solo porque el Partido Republicano lo convirtió en una cuestión política en
Estados Unidos. Pero el embajador y sus guardas no son los únicos extranjeros
que han muerto violentamente en Bengasi desde el derrocamiento de Gadafi. Un
grupo de derechos humanos egipcio informó el mes pasado que un copto egipcio
llamado Ezzat Hakim Attalah había sido torturado hasta morir en la ciudad tras
ser detenido con otros 48 comerciantes en el mercado municipal de Bengasi.
ENSAÑAMIENTO CON POBLACIÓN NEGRA
Salvo honrosas
excepciones, las organizaciones de derechos humanos suelen informar sobre la
situación en Libia de manera más imparcial y rigurosa que los medios de
comunicación internacionales. Acorde con esto, la organización Human Rights
Watch (HRW), que tienen su base en Nueva York, elaboró un informe detallado
sobre la limpieza étnica en la ciudad de Tawergha donde se obligó a 40.000
personas a abandonar sus casas, además de ser objeto de “detenciones
arbitrarias, tortura y asesinatos”.
Las milicias de
Misrata ha atacado a la población, en su mayoría negra, por su apoyo a Gadafi.
HRW utilizó imágenes satelitales para documentar la destrucción de Tawergha, la
mayor parte de la cual se produjo desde el final de la guerra de 2011 cuando resultaron
dañados y fueron destruidos 1.370 emplazamientos. Fred Abrahams, asesor
especial de HRW, señaló que las imágenes confirman que “el saqueo, los
incendios y las demoliciones estaban organizados y su objetivo era la
destrucción sistemática para impedir que volvieran los residentes”.
Hay un fuerte
contraste entre esta falta de interés y la exhaustiva cobertura sobre Libia
durante la guerra. En la primavera de 2011 yo estaba informando sobre los
combates en torno a la ciudad de Ajdabiya al sur de Bengasi. Había una cierta
atmósfera de guerra falsa que no aparecía en los entusiastas reportajes.
Recuerdo haber observado divertido en la entrada sur de Ajdabiya cómo se
colocaban los cámaras de televisión para no revelar que había más periodistas
que insurgentes.
Nunca vi una
posición defendida por los rebeldes ni siquiera controles de carretera entre
Ajdabiya y Benga si, dos lugares que siempre dependieron de la fuerza aérea de
la OTAN para su defensa. Por supuesto, había unidades rebeldes valientes y
entregadas, como había periodistas que escribían sobre ellas, pero sin el apoyo
de la OTAN se habría derrotado rápidamente a los insurgentes.
EL VACÍO DE GADAFI
El hecho de que el
derrocamiento de Gadafi se lograra fundamentalmente gracias a la intervención
extranjera tiene graves consecuencias para los libios hoy. Esto significa que
aunque los insurgentes afirman y creen que su victoria se debió únicamente a su
propio trabajo, han demostrado ser demasiado débiles para colmar el vacío
dejado por la versión de Gadafi del nacionalismo árabe. Sin este nacionalismo
árabe hay poco para contrarrestar el fundamentalismo o tribalismo islámico.
¿Tiene esto
importancia? Para muchos libios Gadafi y su familia desacreditaron el
nacionalismo libio. Muchos de los desastres que le ocurrieron a Irak después de
2003 les están empezando a ocurrir a otros Estados árabes de diferentes
maneras. Como los iraquíes, se están dado cuenta de que las formas externas de
democracia no tienen excesiva importancia a menos que haya un acuerdo entre las
principales fuerzas políticas sobre las reglas del juego que determina quién
detenta el poder.
La
autodeterminación nacional debería ser la piedra angular de cualquier nuevo
orden. Sin embargo un problema de las revueltas de la Primavera Árabe es que
han sido excesivamente dependientes de la ayuda exterior. Pero como ocurrió en
Irak y demuestra Libia, la intervención extranjera siempre es interesada. Los
revolucionarios de todas las regiones buscan la ayuda de potencias exteriores
oportunistas, pero para lograr tener éxito a largo plazo, deben poner fin en
cuanto puedan a esta dependencia. Y deben construir un Estado fuerte y que
respete la ley porque si no lo hacen una tanda fresca de dictadores está
dispuesta a sustituirlos.
Patrick
Cockburn
Imagene de la criminal "democracia" impuesta por la OTAN y EE.UU en Libia
la misma que intentan imponer en Siria, Venezuela, Iran y Corea del Norte