Comunicado del PCI (Maoísta)
contra la agresión imperialista a Siria
PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA
(MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL
¡FUERA DE SIRIA TUS SUCIAS
MANOS, BELICISTA OBAMA!
¡EL DERECHO A DECIDIR EL
FUTURO DE SIRIA CORRESPONDE AL PUEBLO SIRIO Y NADA MÁS QUE A ÉL, NI A LOS
IMPERIALISTAS NI A NADIE MÁS!
¡OPONERSE CON TODA FIRMEZA
A LA
AGRESIÓN IMPERIALISTA
CONTRA SIRIA ENCABEZADA POR LOS NEONAZIS ESTADOUNIDENSES!
Los imperialistas, encabezados por los
neonazis estadounidenses, han estrechado el cerco sobre Siria y están a la
espera de dar el golpe. Del mismo modo que las armas de destrucción masiva
fueron la “razón” alegada para atacar Iraq, los neofascistas estadounidenses
invocan ahora el uso de armas químicas (gas venenoso) como la “razón” para
golpear a Siria. Estados Unidos afirma que existen pruebas de que el gobierno
de Bashar Al-Asad empleó armas químicas contra el pueblo sirio, provocando la
muerte de más de 1.400 personas y terribles consecuencias a otras. Un equipo de
inspectores de la ONU fue a Siria para investigar las denuncias, pero incluso
antes de que se haya presentado su informe (cuya publicación se supone que aún
se demorará al menos tres semanas más), Obama ya ultima los preparativos
bélicos.
Obama llegó al punto de decir que no es su
prestigio lo que está en juego ¡sino el de los Estados Unidos y su Congreso si
no atacan Siria! ¡Naturalmente! El prestigio del asesino en masa nº 1 del mundo
quedará en entredicho si en su hoja de servicios no sigue figurando matar el
máximo número posible de civiles en ataques aéreos. Incluso antes de que el
equipo de investigadores de la ONU estuviese de vuelta, el Secretario de Estado
estadounidense, John Kerry, se dedicó a vociferar que tenían todas las pruebas
de que se utilizaron armas químicas y de que fue el gobierno de Al-Asad el que
las había usado. ¡Es decir, que a los ojos de los imperialistas de Estados
Unidos todos esos países y personas que pidieron pruebas claras no son más que
unos memos a quienes el amo imperial no tiene por qué responder! Nótese que los
preparativos siempre incluyen las suficientes “mentiras” como para engañar al
mundo sobre la “necesidad” de semejante ataque.
El Comité de Asuntos Exteriores del Senado de
Estados Unidos había dado autorización al Presidente para un ataque limitado
contra Siria por un periodo de dos meses ampliable a otro en función de ciertas
condiciones. Dicho Comité excluyó el envío de tropas de tierra. Lo que es obvio
es que este ataque “limitado” en modo alguno será “limitado” y no concluirá
antes de que, estratégicamente, haya quedado rota la columna vertebral del
régimen de Bashar Al-Asad, una vez devastado todo el país, con innumerables
civiles muertos e inimaginables daños sobre los bienes y los medios de sustento
de las gentes. Los imperialistas de Estados Unidos quieren desarticular el
gobierno de Al-Asad destruyendo sus infraestructuras militares y económicas
estratégicas clave e instalar en el poder a fuerzas que sirvan a sus intereses
en Siria como ya hicieron en Libia. Damasco es una de las ciudades habitadas
desde más antiguo en el mundo y ahora Obama está empeñado en destruirla con
bombardeos aéreos, como ya hizo Bush con los daños irreparables que provocó al
patrimonio de una de las civilizaciones más antiguas del mundo en Iraq.
Rusia se opone firmemente a todas estas
medidas y está tratando de que Estados Unidos presente pruebas claras de lo que
sostiene. Putin afirmó prudentemente que si se demuestra sin duda que el
gobierno de Al-Asad en efecto hubiese utilizado armas químicas, entonces
cualquier ataque sobre Siria debería tener la autorización de la ONU. Pero si
Obama ataca sin autorización de la ONU, dicho ataque sería ilegal, tal como lo
calificó Putin. Advirtió de que cualquier pequeño misil que hiciera blanco en
la central nuclear de Damasco podría provocar una situación de emergencia
nuclear y la radiación podría afectar a una amplia zona y a una gran cantidad
de población civil durante generaciones. También advirtió que un ataque
agravaría la crisis financiera mundial en que están sumidos. China ha afirmado
que cualquier decisión debe tomarse una vez sean presentados los resultados de
la investigación de la ONU y sólo bajo la égida de la ONU. Alemania, por ahora,
también ha adoptado esta postura. Con los buques de guerra de última generación
de los Estados Unidos, que pueden disparar misiles de larga distancia desde el
mar, aproximándose a Siria y un buque espía de Rusia que acaba de entrar en el
Mediterráneo, la situación es extremadamente tensa en todo Oriente Medio y el
mundo.
David Cameron trató de conseguir el voto
favorable del Parlamento británico para participar en el ataque contra Siria
junto a los Estados Unidos. No lo obtuvo, pero nadie sabe que su ambición de
atacar Siria haya decrecido. La autorización de la ONU o cualquier otro
pretexto pueden cambiar este estado de cosas en cualquier momento. Francia,
gobernada por el neofascista Francois Holland, declaró que, a pesar del rechazo
del Parlamento británico a los proyectos de guerra, está dispuesta a participar
en el ataque para castigar al régimen de Bashar Al-Asad. Es más, la razón de la
oposición británica rechazando la propuesta era que no había pruebas
suficientes de que el gobierno de Al-Asad hubiese utilizado el gas, es decir,
pruebas para legitimar la agresión y para unirse a sus aliados. Sucede la misma
historia con los demócratas y los republicanos en Estados Unidos. Los partidos
gobernante y de la oposición (capitalistas monopolistas y sus títeres) en los
países imperialistas nunca tienen divergencias importantes cuando se trata del
“derecho a atacar” un país. Jamás se discute el hecho de que sólo al pueblo de
un país le corresponde el derecho a decidir su futuro y no a otros países o
fuerzas. Y como siempre estos jefes de Estado imperialistas hacen oídos sordos ante
la enorme corriente de la opinión pública opuesta a las guerras de agresión en
sus países y el mundo, y prosiguen sus planes agresivamente.
Las Naciones Unidas, como es su costumbre,
están tratando de proporcionar por todos los medios las hojas de parra de las
excusas para destruir Siria. Su lista de complicidad desde sus inicios en todas
las guerras imperialistas de agresión es larga. Su velo de imparcialidad hace
tiempo que está rasgado y andrajoso, mostrando su servilismo a los
imperialistas, en especial a los Estados Unidos. Esta institución supuestamente
garantiza la aplicación de cinco principios en las relaciones entre los Estados
con diferentes sistemas sociales: el respeto mutuo a la integridad territorial
y soberanía; la no agresión mutua; la no injerencia en los asuntos internos; la
igualdad y el beneficio mutuo; y la coexistencia pacífica. Se supone que
salvaguarda los derechos humanos, impide las guerras de agresión y resuelve las
disputas entre naciones por medios diplomáticos y otros medios. De acuerdo
incluso con las reglas y normas que, después de la II Guerra Mundial,
establecieron los países del mundo, incluidos los países imperialistas, para
evitar guerras mundiales, resolver disputas regionales o guerras locales y que
se supone que deben ser aplicadas por las Naciones Unidas, deberían emplearse
toda clase de negociaciones/medidas diplomáticas y políticas para solucionar
crímenes tan atroces como el uso de armas químicas. Pero este organismo
internacional, que se creó en especial para garantizar la paz mundial, no hace
prácticamente nada para detener la agresión, salvo inútiles declaraciones
abogando por el uso de medios políticos y diplomáticos para resolver “la crisis
siria” y suplicándole a Obama que recabe la autorización de la ONU para el
ataque. ¡La desvergüenza con que Obama trata de imponer sus planes de agresión
le está poniendo difícil hasta a Su Señoría las ONU justificarlos de esta forma
tan descarada!
Irónicamente Estados Unidos está celebrando
el 50º aniversario del discurso del “tengo un sueño” de Martin Luther King
mientras su Presidente Premio Nóbel de la “Paz”, el sanguinario asesino y
destructor de seres humanos y pueblos, no para de ladrar rabioso que hay que
atacar Siria. Aunque no haya logrado nada más, Obama, al menos, ha demostrado
sin género de duda que tener un afroamericano en la Casa Blanca en sí mismo no
sirve para que se cumplan los “sueños” de los pueblos oprimidos, incluidos los
de los negros. El ataque planeado contra Siria debería servir para abrir los ojos
en ese sentido. Obama persigue los planes imperialistas de hegemonía
mundial de las clases gobernantes de Estados Unidos con igual si no más fervor
e intensidad que otros presidentes “blancos” que le precedieron y destruyeron
naciones sometidas, masacraron a millones de oprimidos de todo el planeta y
arrasaron innumerables ciudades y pueblos durante sus mandatos. Para las clases
dominantes estadounidenses definitivamente Obama es más “útil” que un “blanco”
para engañar al pueblo aunque sólo por un tiempo.
Estados Unidos no ha dejado de amañar toda
una serie de acusaciones desde 1986 y, en especial, tras el ataque del 11 de
septiembre a sus Torres Gemelas, en el sentido de que Siria supone también una
amenaza para la seguridad global por su apoyo a grupos “terroristas”. De un
modo u otro, Siria se ha convertido en blanco permanente del imperialismo.
Siria se ha convertido en el terreno de juego de las potencias imperialistas
durante los últimos dos años y medio. Se ha producido un movimiento que exige
violentamente la destitución de Al-Asad. Han tenido lugar innumerables
enfrentamientos armados entre las fuerzas “rebeldes” y las fuerzas
gubernamentales, con el resultado de cientos de miles de vidas pérdidas, la
destrucción a gran escala de bienes y la migración de millones de personas. Los
imperialistas encabezados por Estados Unidos y sus regímenes títeres del mundo
árabe han manipulado diplomática y políticamente a la oposición, la han ayudado
técnica, económica y militarmente, y, de modo masivo y por distintas vías, la
han armado, entrenado y dirigido. Han dejado meridianamente claro que quieren
echar a Al-Asad y que sus títeres se hagan con el control de Siria. Rusia y
China han apoyado al gobierno de Al-Asad constantemente hasta la fecha y se han
opuesto a cualquier tipo de intervención armada imperialista o de ataque contra
Siria. Los grandes medios empresariales de comunicación han tenido que aceptar
a regañadientes que Al-Asad también cuenta con un apoyo considerable entre los
sirios. Ésta es una de las razones de que no hayan atacado a Siria, además del
apoyo crucial de Rusia, China, Líbano e Irán a Al-Asad, aunque lo desean tanto
como en Libia. De hecho, se ha informado recientemente de que las fuerzas de
Al-Asad se han impuesto a los rebeldes en sus bastiones, lo cual constituye uno
de los motivos de las prisas [imperialistas] por atacar a Siria.
Nuestro partido, el PCI (Maoísta) siempre ha
sostenido que sólo al pueblo de un país le corresponde el derecho de mantener o
derrocar al régimen de su país. Es el pueblo sirio quien debe decidir si quiere
que Al-Asad esté o no en el poder. Tiene todo el derecho a rebelarse y a forjar
su propio futuro. Pero debido a la intervención injustificada de los
imperialistas en los asuntos internos de Siria el futuro del país se enfrenta
ya a un gran peligro y quizá, en lo venidero y por mucho tiempo, no vaya a
estar en las manos de los sirios.
Los acontecimientos recientes en los países
árabes, como los acaecidos en Egipto tras la primavera árabe, indican a la
perfección hasta qué punto los imperialistas, en especial los Estados Unidos,
tratan de instalar regímenes títeres. Morsi, a pesar de ser una fuerza de
compromiso, fue derrocado sin contemplaciones por oponerse a algunas intervenciones
de los Estados Unidos en sus relaciones exteriores y encarcelado por los
militares. A diario se produce matanzas de personas que protestan contra el
régimen militar. El poderoso levantamiento de masas y el proceso democrático
formal que llevaron a Morsi al poder, por muchos que fueran sus defectos,
fueron aplastados bajo las botas de hierro de los militares respaldados por
Estados Unidos y las fuerzas del ex presidente [Mubarak]. En casi todos los
países que derrocaron a sus antiguos gobernantes dictatoriales durante la
primavera árabe, se han hecho con el control gobiernos títeres proimperialistas
o fuerzas de compromiso, no obstante las aspiraciones democráticas del pueblo.
Todo ello debe servir de ejemplo revelador a las fuerzas que tratan de desafiar
y cambiar los regímenes dictatoriales de sus respectivos países. Nunca deben
jugar en las manos de los imperialistas. Ello daría lugar al reemplazo de un
dictador por otro incluso aún peor: el reemplazo necesariamente será servil a
los imperialistas. Cualquier fuerza que persiga la auténtica democracia y se
oponga a los regímenes autocráticos debe hacerlo independientemente y basándose
en sus propias fuerzas mediante la movilización de las masas y el apoyo de los
pueblos del mundo. No debe colaborar con los imperialistas. En caso contrario,
el pueblo se verá obligado de nuevo a luchar contra las fuerzas serviles al
imperialismo aupadas al poder, como ya está sucediendo en Egipto o en otros
lugares del mundo.
Desde la II Guerra Mundial hasta la victoria
de la guerra de liberación nacional de Vietnam, el principal pretexto de las
guerras de agresión de los Estados Unidos fue contener la “propagación del
comunismo”. Con la desintegración de la Unión Soviética la excusa que con más
frecuencia emplean es la “violación de los derechos humanos” o el “terrorismo”
o ambas. A veces la disfrazan de “restauración de la democracia” o “concesión
de la libertad”. Pero siempre la verdadera razón era y sigue siendo la búsqueda
de la hegemonía mundial. Fueron éstos también los motivos alegados para las
diversas guerras de agresión llevadas a cabo por Francia, Gran Bretaña o la
antigua superpotencia soviética.
El uso de armas químicas esgrimido como
motivo para el ataque ha sido rechazado de plano por el gobierno de Al-Asad,
quien afirmó que fueron los rebeldes los que las habían empleado. Nadie
apoyaría el uso de armas químicas ya fuera por parte del gobierno, ya de los
rebeldes. Si quienes sostienen que los rebeldes usaron las armas químicas están
en lo cierto, entonces, sin duda alguna, los imperialistas serían quienes les
habrían suministrado el gas sarín. Al haber pasado ya más de dos años y no
haber sido derrotado Al-Asad, la explicación más plausible sobre el uso del gas
sarín es que los imperialistas de Estados Unidos se lo hubiesen facilitado a
sus agentes en Siria para que su empleo pudiera utilizarse como excusa
inmediata para atacar a dicho país. Si se recuerda que Obama ya había advertido
a Siria de que no cruzase la “línea roja” del uso de armas químicas, es fácil
deducir que usarían precisamente esa “línea roja” como excusa.
¡Pero lo sorprendente es la manera en que los
imperialistas de Estados Unidos ponen el grito en el cielo! Como todo el mundo
sabe los imperialistas de Estados Unidos tienen el dudoso récord en el uso de
armas químicas extremadamente destructivas (napalm, agente naranja, fósforo
blanco, por citar algunas) en Vietnam, Iraq y en otros lugares. La terrible
guerra química de 1915 a 1918 llevó a la Sociedad de Naciones a adoptar el
Protocolo de Ginebra de 1925 que prohibió el uso de armas químicas y
biológicas. Aunque Estados Unidos propuso y contribuyó a la redacción del
Tratado, el Senado rechazó en 1926 su ratificación. En 1970 el Tratado fue
remitido de nuevo al Senado, que lo aprobó sólo cuatro años más tarde. ¡Tal es
la doble moral típica de los Estados Unidos en todo lo relativo al control de
armas hasta la fecha! Hasta el presente los Estados Unidos y otras grandes
potencias imperialistas no están dispuestos a prohibir todo tipo de armas de destrucción
masiva, tales como las bombas de racimo, las armas químicas, biológicas,
nucleares, etc. Entonces, ¿por qué hablan de Siria? Esto sólo puede responder a
los intereses creados para utilizar armas de destrucción masiva en Siria o en
cualquier otra parte del mundo.
Los halcones imperialistas fabrican armas
químicas abierta o clandestinamente y las venden a sus lacayos o dictadores de
los países atrasados para su uso contra las gentes del común, contra países
enemigos o suministrándoselas a las fuerzas contrarrevolucionarias para cambiar
regímenes. Además de usar armas de destrucción masiva contra la gente corriente
de modo indiscriminado, los imperialistas, en especial los Estados Unidos e
Israel, no han dudado en utilizar armas químicas y biológicas para tratar de
asesinar a jefes de Estado o de organizaciones que no seguían sus dictados. Si
se diera el caso, a quienes habría que llevar a juicio en primer lugar por la
destrucción causada por armas químicas y biológicas en el mundo entero es a los
imperialistas de Estados Unidos y a toda la pandilla de matones imperialistas a
sus órdenes o en connivencia con ellos.
Es obvio que Estados Unidos, Gran Bretaña,
Francia, Israel y Turquía quieren un régimen títere en el poder en Siria para
fomentar sus intereses geopolíticos en Oriente Medio debido a su ubicación
estratégica así como para apoderarse de sus recursos naturales, principalmente
petróleo. También les allanaría el camino para poder penetrar en los países de
Asia central que alguna vez fueron parte de la URSS-Comunidad de Estados
Independientes con el fin de controlar el petróleo y otros ricos recursos de
esos países. Esta situación significará un gran desafío a la creciente
influencia rusa y china, y contribuirá a establecer una hegemonía aún mayor de
su socio subalterno, Israel, en Oriente Medio. Israel ocupa los Altos del Golán
en Siria desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y se ha atrincherado allí de
modo permanente desde la guerra árabe-israelí de 1973. Israel quiere conservar
los Altos del Golán, mientras Siria, traicionada por los acuerdos de Camp
David, no ha dejado de exigir la devolución incondicional de dicho territorio.
Siria se ha mantenido firme en su oposición a
las intervenciones y designios imperialistas de Estados Unidos e Israel en
Oriente Medio. Siria también ha apoyado la causa palestina con frecuencia. El
apoyo de Hezbollah (Líbano) a Al-Asad y a la causa palestina y su enconada
oposición a Israel es otra espina que los imperialistas quieren sacarse con este
ataque. Asimismo, este ataque supondría de nuevo una amenaza aún mayor al
inflexible Irán que también se mantiene firme en su oposición a los intereses
hegemónicos de Estados Unidos e Israel en la región y se opone en la actualidad
con encono a cualquier intento de atacar Siria: dos pájaros de un tiro.
Las destrucciones causadas en una región
concreta durante la I o la II Guerras Mundiales son menores en comparación con
la devastación que han causado y causan las guerras imperialistas de agresión o
las guerras por delegación instigadas y apoyadas por los bloques imperialistas
rivales después de la II Guerra Mundial. La estrategia de usar misiles de largo
alcance lanzados desde mares lejanos y los bombardeos aéreos desde gran altitud
lo destruye todo –ya sea humano o material- sobre el territorio así
bombardeado. Con el uso diario, indiscriminado e insensible de aviones no
tripulados han provocado muchos más estragos a los civiles que en cualquier
otro momento histórico. Estas guerras de agresión no sólo destruyen el
patrimonio incalculable de civilizaciones pasadas y las vidas de las
generaciones presentes sino también el futuro de varias generaciones venideras.
El daño es en muchos casos irreparable.
El neo-Hitler Obama derrama lágrimas de
cocodrilo cuando afirma que han sido asesinados en Siria civiles, mujeres y
niños inocentes debido al gas tóxico y que no pueden tolerarlo. Por supuesto
que la matanza de inocentes no se puede tolerar. ¿Pero no es de pura lógica que
lo mismo se puede aplicar a los incontables niños, mujeres y civiles inocentes
asesinados en los sistemáticos ataques de aviones no tripulados de los Estados
Unidos en Pakistán, Yemen, Afganistán, etc.? ¿Y qué pasa con los cientos de miles
de personas inocentes asesinadas en Iraq, Afganistán o Palestina desde hace
décadas (y eso sin tener en cuenta todas las atrocidades previas perpetradas
por los imperialistas en innumerables países atrasados durante la época
colonial y posteriormente)? ¿Por qué hay siempre un silencio conspirativo sobre
estas cuestiones?
Es una broma cruel que los Estados Unidos,
que tiene esas enormes cantidades de armas, incluidas armas nucleares que
pueden destruir la Tierra varias veces (y que no han dudado lo más mínimo en
utilizarlas donde y cuando han querido), atacasen Iraq so pretexto de que tenía
armas de destrucción masiva. Otra incongruencia es que los Estados Unidos, que
detonaron la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki en Japón, se desgañitan
vociferando sobre el posible desarrollo de armas nucleares por parte de Irán.
Los imperialistas no se molestaron siquiera en mostrar un atisbo de “razones”
por el estilo para atacar a Libia y asesinar a Gaddafi. Recuérdese que nunca se
encontraron armas de destrucción masiva en Iraq; aunque Irán tiene todo el
derecho de fabricar armas nucleares, su gobierno, no obstante, ha expresado
reiteradamente que no tiene intención de fabricar ese tipo de armas; y el
gobierno sirio niega rotundamente haber utilizado armas químicas.
A uno se le viene a la memoria el ingenioso
cuento popular del cordero destinado a ser devorado por el lobo con
independencia de si bebe agua río arriba o río abajo. Nacer cordero es razón
suficiente para ser devorado; como disponer de abundantes recursos naturales o
simplemente estar ubicado en una posición geográfica estratégica es suficiente
para ser ocupado. No es más que la clásica hambre imperialista de hegemonía
mundial teñida de justicia salvaje de la selva. Los pueblos del mundo deben
darse cuenta de que todos los pretextos de violaciones de los derechos humanos
lanzados a nuestra cara como justificaciones de las guerras de agresión por los
neonazis no son más que patrañas para atiborrar el hambre insaciable de
recursos de los imperialistas y su descarada búsqueda de la hegemonía mundial.
El sistema capitalista mundial está
empantanado en una crisis financiera global. [Los países imperialistas]
recurren a las guerras de agresión, además de a los rescates y al saqueo cada
vez más despiadado de los recursos de los países “atrasados” del mundo ricos en
materias primas. Pero todos estos intentos de superar la crisis no hacen sino
hundir al sistema aún más profundamente en ella. Los imperialistas se piensan
que están acumulando riquezas cuando lo que están amontonando en realidad es el
odio y la ira de las masas oprimidas del mundo con cada uno de sus actos de
agresión y saqueo. Son tan torpes que no han aprendido lección alguna de la
historia, no han aprendido que las guerras de agresión conducirán finalmente a
su derrocamiento. La guerra de agresión contra Siria nunca les ayudará a
superar la crisis política y económica de larga duración en la que están
hundidos hasta el cuello: tan sólo les servirá para profundizar aún más dicha
crisis. Todo esto es ya evidente en el mundo entero, con los precios del
petróleo disparados y una extremada volatilidad de los mercados, por no
mencionar la rápida devaluación de las monedas de varios países atrasados,
incluida nuestra propia rupia, en plena caída libre.
El presidente sirio Bashar Al-Asad declaró
que lucharán con uñas y dientes frente a cualquier agresión imperialista contra
su país. El ministro de Exteriores sirio declaró, desafiante, que están
absolutamente preparados para defenderse de la agresión imperialista y que no
darán un paso atrás hasta derrotar a los agresores aunque ello condujera a una
III Guerra Mundial. El gobierno sirio también ha apelado reiteradamente a la
ONU a oponerse al ataque militar de Estados Unidos y a resolver pacíficamente
la crisis. El pueblo sirio es valiente y se prepara para defenderse del
ataque aun con el sacrificio de su propia vida.
Aunque Al-Asad haya declarado que se opondrán
a cualquier tipo de agresión imperialista, esto sólo es posible cuando se
moviliza al pueblo y se cuenta con él. Y es igualmente cierto que no hay
régimen que pueda movilizar al pueblo o ganarse su apoyo contra la agresión
imperialista a menos que el pueblo disfrute de democracia. Hafez Al-Asad, padre
de Bashar y ex presidente de Siria, envió tropas a Iraq en 1991 que
participaron en la agresión imperialista. Siria mantuvo tropas en el Líbano
hasta finales de 2005 y ha sido acusada por los libaneses de injerencia en sus
asuntos internos. Los gobernantes de los países atrasados deben darse cuenta una
vez más en el caso que nos ocupa de que ningún país tiene derecho de injerencia
o a enviar tropas a otros países ya sea en su propio interés o por presiones
imperialistas. Sólo una oposición firme e intransigente a la intervención y a
la agresión imperialistas en cualquier país les podría dar el apoyo de su
propio pueblo y de los pueblos del mundo en su oposición a los imperialistas.
El gobierno de la India ha declarado que
deben esperar hasta que los inspectores de la ONU informen de los resultados de
sus investigaciones antes de que se tome la decisión de atacar. En realidad no
tiene ninguna objeción al ataque contra Siria si existe autorización de la ONU.
El Estado indio no quiere contrariar ni a Estados Unidos ni a Rusia y, así,
viendo cómodamente los toros desde la barrera, está listo para adoptar
cualquier decisión en un sentido u otro. No se ha opuesto inequívocamente a
ningún tipo de intervención militar en Siria, con o sin la autorización de
Naciones Unidas, por parte de un país agresor o de un conjunto de países
criminales. Al no exigir inequívocamente que se detengan todos los intentos de
atacar Siria, está ayudando en realidad a los imperialistas en su conspiración
para aplastar a ese país. Dado su vil servilismo a los imperialistas o su
pasividad en varias ocasiones anteriores de guerras de agresión emprendidas por
ellos, [su actitud actual] no sorprende en modo alguno aunque sea absolutamente
repugnante y atroz.
El Comité Central del PCI (Maoísta) condena
en términos inequívocos cualquier intento de los imperialistas encabezados por
los EEUU de atacar Siria y exige que se detengan inmediatamente todos los
preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a todas las formas de
resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la intervención
imperialista y la proyectada guerra de agresión. El Comité Central del PCI
(Maoísta) considera su resistencia como una más de las diversas formas de
resistencia que las naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando
contra cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas. Y
recuerda con toda firmeza que es deber de todo demócrata en este mundo oponerse
inequívocamente y condenar el ataque que proyectan los Estados Unidos contra
Siria.
Las fuerzas antiimperialistas de todo el
mundo han convertido en un clamor sus protestas contra el inminente ataque de
Estados Unidos contra Siria y están saliendo a las calles exigiendo que se
detengan los preparativos. Nuestro Comité Central da la bienvenida a todas esas
protestas y presta su voz de apoyo a todas esas fuerzas antiimperialistas.
Nuestro partido hace un llamamiento a todas sus filas para que unan sus manos a
todas aquellas fuerzas que se oponen a la guerra contra Siria y transformen la protesta
en un movimiento de amplia base y militante contra todo tipo de intervenciones
y guerras imperialistas de agresión. Nuestro Comité Central llama a todas las
fuerzas, organizaciones y partidos proletarios antiimperialistas, de nuestro
país y del mundo entero, a condenar los flagrantes propósitos de los
imperialistas, dirigidos por Estados Unidos, de atacar Siria. Es necesario
construir el apoyo internacional a la resistencia del pueblo sirio contra esta
guerra de agresión. La resistencia a los imperialistas en sus propios países
desempeñará un papel crucial en la derrota de sus malvados designios de
ocupación y saqueo de otros países. Nuestro Comité Central defiende la
oposición a la guerra en Siria que se manifiesta en las calles de los Estados
Unidos y de otros países imperialistas. En especial hace un llamamiento a los
pueblos de los Estados Unidos, Francia, otros países imperialistas, Turquía y
de regímenes títeres de Oriente Medio como Qatar y Arabia Saudí, que se
preparan para participar en el ataque a Siria, para que se opongan a los
propósitos de sus gobiernos de destruir Siria y fortalezcan la lucha unitaria
de las naciones y los pueblos oprimidos del mundo contra el imperialismo.
La guerra de agresión contra Siria bien
podría ser la proverbial gota que colma el vaso del imperialismo
estadounidense, empantanado ya en Iraq y Afganistán. Pero el monstruo del
imperialismo con pies de barro nunca se vendrá abajo solo a pesar de sus
innumerables puntos vulnerables. Para que sea borrado de la faz de la tierra se
necesita el golpe de todos los pueblos oprimidos del mundo. Si los
imperialistas se atreven a atacar Siria, la valentía del orgulloso pueblo
sirio, con una gloriosa historia de resistencia frente a las intervenciones
imperialistas, así como el apoyo de los pueblos del mundo a dicha resistencia
hundirán uno de los últimos clavos en la tapa del ataúd del imperialismo.
Las condiciones materiales para formar un
amplio frente antiimperialista contra la amenaza, la intervención, el control,
la explotación, la opresión y las guerras de agresión de los imperialistas
contra las naciones y los pueblos oprimidos del mundo están madurando
rápidamente. Sólo un frente antiimperialista de amplia base, militante y global
podrá luchar contra la dominación y la intervención imperialistas en los
ámbitos social, económico, cultural, etc. así como contra todas las guerras de
agresión. Un frente de este tipo allanará el camino para su definitivo
derrocamiento. Sólo podremos alcanzar una democracia genuina, el progreso y la
paz mundial por medio de una lucha unitaria para derrocar el imperialismo y
acabar con todo tipo de reaccionarios.
Desde el siglo pasado los imperialistas han
recurrido al fascismo y a la guerra para superar sus crisis financieras
mientras que el pueblo ha recurrido a la resistencia y la revolución para
oponerse a ellos y derrotarlos. Las condiciones materiales son cada vez más
favorables para la revolución mundial por lo que nuestro partido hace un
llamamiento al pueblo de nuestro país y a los pueblos del mundo para emprender
la revolución triunfante. Sólo por medio de exitosas revoluciones podemos
acabar de una vez para siempre con todas las guerras imperialistas e injustas y
asegurar la paz mundial.
(Abhay)
Portavoz,
Comité Central,
PCI (Maoísta)
Siria aceptó la iniciativa rusa, no la amenaza de EE.UU.
Las nuevas pruebas sobre armas químicas evidencias que los terroristas enviados por Obama son los culpables