Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras desde Nueva York - Estados Unidos. Lunes 28 de noviembre de 2011. www.radio36.com.uy
Chury: Bienvenido, buenos días a James Petras allí en Estados Unidos. Te dejamos como siempre en el inicio con el material que estás manejando en este momento para el análisis.
Petras: Primero debemos reconocer que Europa, Inglaterra, están en recesión. Las cifras oficiales muestran que las economías están en un crecimiento negativo y las perspectivas para el 2012 son iguales. Todas las propuestas y medidas que los gobernantes han aplicado hasta ahora no han tenido ningún efecto para estimular la economía sino que al contrario, los programas de austeridad han afectado de una forma muy negativa la posibilidad de alguna recuperación. La economía europea sigue estancada, eso va a afectar a otros países en Asia, a los exportadores de materias primas. En los Estados Unidos también tenemos un crecimiento negativo.
La crisis sigue siendo el factor determinante en los mercados en el mundo. No debemos subestimar la posibilidad de que la crisis pueda ir a peor en los próximos meses y que aumente la desocupación, provocando un efecto principalmente en América Latina sobre las exportaciones que hemos visto en el último tiempo. Uno tiene que analizar cada país y la forma en que va a ser afectado, y no ayuda el estancamiento y la recesión que habrá en Europa, lo que terminará afectando a Uruguay, Argentina, Brasil y los demás países. Incluso China está afectada y desacelerando su crecimiento.
En política, el gran hecho de hoy es la posible ruptura de relaciones entre Estados unidos y Pakistán. Ruptura en función de que las fuerzas de la OTAN mataron 24 soldados pakistaníes en un ataque aéreo. Como resultado hay protestas violentas de cientos de miles de pakistaníes exigiendo una ruptura. Y el gobierno, que es un gobierno apoyado por los Estados Unidos, está bajo muchas presiones para cortar todas las relaciones. Eso va a afectar la capacidad de EE.UU. de transportar alimentos y petróleo; va a afectar la capacidad de los aviones sin piloto para atacar a las fuerzas de la resistencia en Afganistán. También podría tener un enorme efecto sobre la capacidad de EE.UU. de profundizar su cerco contra China.
En todo sentido estos ataques que violan la soberanía de Pakistán han alcanzado el límite. Han matado soldados y no es la primera vez; han matado civiles utilizando a Pakistán como base de operaciones. Han reducido a Pakistán a una colonia. Es por esa razón que este asesinato a sangre fría es la gota que colmó el vaso y ha provocado que las grandes masas estén en la calle quemando banderas y atacando cualquier símbolo occidental, principalmente norteamericano. Otra derrota para el imperio en sus esfuerzos de proyectar el poder en Asia del sur.
El tercer tema son las elecciones en Egipto, donde hay una división entre los activistas, los ciudadanos pro democracia que están llenando la plaza Tahrir denunciando a la junta militar y a las elecciones tuteladas. Y del otro lado los musulmanes y los sectores más conservadores que van a las elecciones. En ambos lados hay aspiración para una transición a la democracia, pero los manifestantes reconocen que en el marco actual los militares retienen los principales poderes por la riqueza que controlan a partir de empresas manejadas por los militares y también un veto sobre lo que un gobierno o un Congreso puede legislar.
Los votantes sienten que es la última o única posibilidad de expresar su apoyo por la democracia. Y en este caso el factor decisivo es el apoyo a los militares de la hermandad islámica, para sustentar el proceso electoral. Los islámicos son muy conservadores, muy conciliadores y muy oportunistas y piensan que colaborando con los militares recibirán una porción. Están dispuestos a sacrificar principios democráticos para entrar en el Congreso y trabajar desde la institucionalidad para mejorar sus posiciones. Mientras que la juventud, los desocupados e incluso muchos jóvenes islámicos están contra esta línea. Washington está jugando la carta de la colaboración militar-islámica contra el movimiento pro democrático en las calles. Eso se puede ver en los reportajes de los medios de comunicación que hablan mucho de las colas para votar pero no de los muertos y asesinados entre los que están luchando por la democracia.
Esas son las tres cosas más importantes. Pakistán, Egipto, la crisis económica. Y además de eso tenemos un gran problema que ocurre repetidamente en América Latina y es el conflicto entre los gobernantes supuestamente de centro-izquierda y sectores populares, principalmente pueblos campesinos. Dirigentes como Ollanta en el Perú, Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, han tomado posiciones más que nada desarrollistas. Desarrollista significa que están dejando la puerta abierta para que los grandes capitales extranjeros inviertan en la minería y en la minería explotando las materias primas, de ahí extraen algún impuesto, algunas regalías. Pero a costa de los sectores populares que viven en estas regiones. Por esta razón hay una huelga campesina, un bloqueo de carreteras en Perú, en Cajamarca, como hay conflictos en la marcha de los campesinos en la Amazonia de Bolivia y en Los Andes hay protestas contra Correa.
¿Cuál es el problema? Primero es el factor de contaminación. La minería al extraer materias primas utiliza químicos y venenos como arsénico, mercurio y otros, que afectan el ambiente, afectan las tierras, afectan la salud de la gente, perjudicando su capacidad de vivir una vida normal. Y segundo, como es el caso de Perú, la gran minera Newmont, compañía norteamericana, necesita mucha agua para extraer los minerales. Como consecuencia van a absorber gran parte de las aguas perjudicando el acceso de los campesinos al líquido. Ahí hay un conflicto entre la gran minería y los campesinos y agricultores. Y el gobierno ha tomado partido en todos los casos a favor de la gran minería, a pesar de que se presenta como grandes seguidores de la Pachamama, lo que llaman madre tierra.
En este caso debemos analizar por qué estos gobiernos que recibieron el voto popular han hecho un viraje hacia la gran minería. Y uno tiene que decir que para los gobernantes el principal compromiso es estimular inversiones, por eso los llamamos desarrollistas. Más inversión, más crecimiento, más ingresos para el Estado. Esa es la filosofía concreta de estos gobiernos. Y mientras ellos están empujando esta línea, pueden conseguir el apoyo del gran capital. Mientras perjudican a los campesinos, creen que podrían canalizar algunos recursos económicos en las comunidades marginadas para mantener la estabilidad. Pero las inversiones de gran escala, a largo plazo de la minería, realmente hacen mucho daño y con este daño es difícil compatibilizar los intereses de la gran minería con los campesinos. Por eso tenemos que decir que el modelo extractivo, de extraer minerales de las tierras, es un factor muy conflictivo.
Y finalmente debemos reconocer que las pérdidas por parte de la población son mucho más importantes que la riqueza que extrae el gobierno a partir de impuestos. Y eso afecta no simplemente el ambiente sino también el bolsillo de los campesinos. Este conflicto es una forma de lucha de clases y los grandes capitales tienen todas las garantías por parte de los gobernantes desarrollistas. Y la gente “progresista” que sigue hablando de gobiernos revolucionarios, gobiernos reformistas, debe tomar esto en cuenta: no hay nada progresista en extraer las materias primas y exportarlas. Ni siquiera hay una industrialización de las materias primas. Evo Morales hace seis años habla de industrializar el hierro pero no ha pasado nada. Correa lo mismo; está exportando materias primas lo mismo que Humala. No han cambiado nada con respecto a los gobiernos neoliberales del pasado. No hay diferencias entre el pasado y el presente en este sentido.
Donde hay diferencias y hay que anotarlas, es en la política exterior. Allí tanto Evo Morales, como Correa y en menor grado Humala, hablan de una política independiente, una política crítica al imperialismo, no a la intervención norteamericana, la expulsión incluso de funcionarios imperiales. En estas cosas sí hay una gran diferencia en la diplomacia y la retórica de estos gobiernos. Pero cuando analizamos las relaciones económicas, particularmente con las industrias extractivas, hay muy pocas diferencias con los gobiernos anteriores. Es una cosa que todos los sectores progresistas deben reflexionar.
Chury: Petras si me permites, lo que estabas haciendo es un retrato que yo veo en Uruguay, porque aquí las multinacionales como BOTNIA – UPM lo que producen se lo llevan. Aquí no queda nada porque están exoneradas de todo impuesto. La minera Aratirí se va a instalar gozando de todos los privilegios, afectando los intereses de los ciudadanos de cinco departamentos. Bueno, tenemos el triste privilegio según el último informe de la FAO de ser el país que enajenó un tercio de su tierra productiva, que la compraron los extranjeros, a los que el gobierno frenteamplista no les cobra impuestos. Te digo que acá estamos igual o peor que la descripción que estábamos escuchando.
Petras: Sí, tienes razón y puedes sumar otros puntos importantes. Estas grandes empresas cuando invierten en tierras o minería, utilizan grandes camiones y los gobernantes tienen la tarea de invertir en infraestructura y facilidades para que ellos, las grandes empresas, puedan entrar, extraer la riqueza y salir por los puertos. Y todos esos gastos de infraestructura y de mantenimiento los pagan los ciudadanos del país, en este caso los uruguayos. Segundo, el hecho fundamental es que cuando el gran capital minero agota la riqueza, abandona el país y el país queda con un pozo enorme y lleno de químicos que deben limpiar después pagando -otra vez- el ciudadano.
Y tercero, cuando la riqueza está controlada por grandes capitales ya sea extranjeros o nacionales, el dinero no queda en el país, es decir, la riqueza acumulada sale. Y el efecto sobre la economía en su conjunto como insumos, como circulante, es casi nulo, es mínimo. Si el Estado controla e invierte, las ganancias vuelven a reciclarse en la economía a partir de los trabajadores, los gerentes y las compras y ventas de la empresa. Por esta razón digo que las formas de explotación de esos proyectos tienen un efecto divergente, maximizando las ganancias de las empresas y aumentando los costos para los ciudadanos.
Chury: La semana pasada terminamos con una situación en torno a Siria en la que los mares próximos a Siria estaban con fragatas de una y otra de las más grandes potencias atómicas. Como para nosotros tu análisis es importante, quería preguntarte qué impresión te causó ese escenario, ¿fue simplemente un escenario de rutina en el que después no va a pasar nada o fue algo que se hizo de verdad?
Petras: En Siria hay una guerra civil armada. Estos reportajes de que es una protesta no violenta de los ciudadanos contra el gobierno de Siria es falso. Turquía ahora es el trampolín desde donde entran muchas armas y es la base de operaciones de las fuerzas armadas contra el gobierno. Inglaterra está en contacto, reconociendo a los dirigentes de esta lucha armada contra el gobierno.
Cuando uno empieza a analizar el número de muertos, debemos separar los muertos civiles de los muertos armados y los soldados y policías. Porque eso que dicen de tres mil quinientos, es porque las cifras vienen de los opositores. El gobierno dice que por lo menos la mitad o cerca de la mitad son soldados y policías. Entre las dos versiones uno puede decir que hay exageraciones y propaganda, pero el hecho es que cuando hablamos de este conflicto en Siria, la intervención occidental es muy grande, muy profunda y muy violenta. Uno debe pensar que es parte de una revancha del mundo occidental contra la primavera árabe. Es una forma de lanzar un contraataque contra los gobernantes antiimperialistas o por lo menos independientes. Por eso atacaron Libia, atacan Siria, atacaron lo que queda en El Líbano.
En este caso debemos dar por descontado que el mundo imperial ha sido el principal detonante de este conflicto en Siria. Y las consecuencias de otra victoria como en Libia es la llegada de unos poderes bestiales. Se ha reconocido ahora en todo el mundo la brutalidad que emplean en Libia. Cortan los dedos a los presos, han linchado africanos como acusados de mercenarios, es un régimen realmente bestial, de la selva. Y eso es lo que uno tiene que esperar si ganan las fuerzas de la OTAN en Siria. La consecuencia de la caída de Bashar al Asad no es la democracia; es un régimen islámico y controlado por los terroristas armados por el mundo occidental.
Chury: Petras, ¿a qué atribuyes una reacción fuerte –así hay que calificarla- de Rusia en este plano de Siria?
Petras: El caso es que Rusia ha sido muy conciliador, incluso entreguista con los intereses occidentales. Medvédev es otra versión menos borracha que Yeltsin. Han cedido a los intereses de los Estados Unidos y la OTAN en muchos lugares, por ejemplo en relación con Palestina, con la lucha en Afganistán, Irak. Pero al final EE.UU. sigue poniendo misiles directamente en la frontera con Rusia, ubicados en lugares de ofensiva, y a pesar de todas las concesiones y la conciliación, Rusia ha fracasado. El mundo occidental sigue montando fuerzas agresivas y ofensivas contra Rusia y haciendo un cerco.
Frente a esta realidad Rusia está en una situación de repensar su política de acomodamiento cuidando sus propios intereses. Rusia tiene un acuerdo con Siria para tener un puerto en el mediterráneo y con la caída de Bashar al Asad va a perder eso como perdieron cientos de miles de millones de inversiones en Libia. La política de conciliación con el mundo occidental ha tenido tremendos perjuicios contra los intereses estratégicos y económicos de Rusia. Finalmente ha penetrado en la cabeza de Medvédev, el presidente, con una actitud tan conciliadora con occidente que casi sacrificó la seguridad nacional del país.
Chury: Es decir que le cambiaron el libreto para esta actitud que ha tomado ahora.
Petras: Bueno, hay que ver. Putin parece alguien más independiente, no tan tonto como Medvédev, entiende mejor las relaciones de poder y tal vez es por esta razón que la prensa y los gobiernos occidentales siempre hacen una distinción entre Medvédev, que es mejor visto que Putin, que va a estar condenado en cualquier momento. Rusia podría tomar posiciones más realistas con Putin en el poder que durante los últimos cuatro años con Medvédev.
Extractado por La Haine