Además de la OTAN, los medios también bombardean Libia..¡El mundo merece saber la Verdad!

Además de la OTAN,
los medios también bombardean Libia

Por: Leonor Massanet / Víctor J. Sanz

De la misma manera que los medios sirvieron para justificar la agresión contra el pueblo libio mediante el bombardeo informativo de unos supuestos bombardeos que el líder libio habría llevado a cabo (contra su propia población!) y que nunca han sido suficientemente demostrados; ahora, tras el “éxito” de la “misión democratizadora” de la Comunidad Internacional consistente en un asedio sistemático, incluyendo bombardear hospitales y escuelas o en bombardear a la población civil con gas mostaza, la misión de los medios consistirá en destruir cuantas pruebas queden en pie de los avances que el pueblo libio consiguió de la mano de su supuesto tirano en muchos aspectos sociales y que harían sonrojar a buena parte de los países llamados “desarrollados”. Lo que en muchos países occidentales no pasa de ser un ‘derecho constitucional’, en Libia, de la mano de Gadafi, era un hecho universal, educación (y libros) gratis, electricidad gratis, atención sanitaria gratuita y universal (incluyendo intervenciones en el extranjero), pleno empleo, banca pública, medios de producción al servicio de la eliminación de la pobreza que tanto abunda en el llamado primer mundo…

Para alcanzar su infame objetivo, los medios de comunicación occidentales no escatiman esfuerzos en hacer circular todo tipo de rumores, falsedades y tergiversaciones a cuál más absurda y retorcida.

Un buen ejemplo de ello es el diario ABC, que publica el pasado día 8 de septiembre una ‘noticia’ titulada “Adiós al Aula verde”, perteneciente a la Universidad tripolitana de Alfateh. El adiós que le da el ABC no es por el bombardeo que esta oficina de investigaciones socio-políticas sufrió a manos de las fuerzas agresoras de la OTAN, y que la dejó en ruinas como se puede apreciar en las imágenes. La aviesa intención del diario ultraconservador es despedir el “aula verde” del uso que hasta hace poco se le venía dando. Según este diario, el aula verde forma parte de “uno de los principales centros de propaganda de Gadafi donde se impartía exclusivamente su teoría del «pensamiento popular»”.

Este aula verde, instalada en un edificio singular, albergaba hasta su destrucción por la OTAN, un centro de investigaciones socio-políticas y económicas, como pueda ser, por ejemplo la sede de la fundación FAES íntimamente ligada a la ideología derechista del Partido Popular español o la fundación Ideas, ligada estrechamente al Partido Socialista Obrero Español. Ambas fundaciones cuentan con subvenciones de dinero público del que se sirven para difundir exclusivamente sus teorías políticas.

El edificio fue bombardeado por la OTAN coincidiendo con una locución televisada de Gadafi a su pueblo. El alto mando invasor creyó que el líder libio se encontraba allí y decidió que bombardear el edificio podría quedar amparado en el estatus pseudo-jurídico de vigilancia del espacio aéreo y de protección de la población civil. En el texto de ABC se puede leer que “el campus es una sucesión de retratos destrozados del coronel”, pero no dicen absolutamente nada de los destrozos causados por las bombas del único ejército que ha bombardeado a la población civil libia, el de la OTAN.

En el texto se quiere hacer ver al lector que la universidad alojaba (atención!): “doce oficinas de los servicios de inteligencia, prisiones clandestinas e informes que hablan de un ejército de 1.300 agentes de la guardia republicana que operaban de incógnito para detectar elementos peligrosos entre los estudiantes”.

Todo lo necesario para alojar tal aparato represor habría hecho de la universidad una de las más extensas y singulares de todo el mundo, amén de convertirla en el primer espacio educativo del mundo en número de policías por estudiante. El relato de esta ficción lo hace un tal Faysal Krekshi, el nuevo rector del centro, quien al parecer trabajó allí mismo como doctor durante 14 años. Cabe preguntarse cuál sería la misión de un doctor en un centro propagandístico del “régimen”, tal vez impartir clases de medicina, de medicina propagandística, se entiende.

El tal Krekshi afirma en otros ‘medios’ de manipulación[9], como el diario mexicano “sinembargo.mx”, que en la universidad se encontraron un prisión improvisada y una oficina utilizada por el jefe de inteligencia. En este caso, la palma se la lleva el ABC que fue capaz de encontrar hasta doce oficinas, cuando el diario mexicano tan solo encontró una, aunque eso sí, también se la adjudicó sin dudarlo, al servicio de inteligencia, como se la podía haber adjudicado al sindicato de estudiantes, a la sala de juegos, o a la sala de catedráticos o “doctores de propaganda”.

Además, afirma el diario mexicano, citando a un periodista del semanario Newsweek en Beirut, y bajo el amarillo título de: “La extraña cama de Gadafi en la Universidad de Libia”, que Gadafi disponía en la Universidad Alfateh de una habitación secreta donde violaba estudiantes y otra con una cama de ginecólogo para obligarlas a abortar. Si con esta afirmación la credibilidad de este diario no podía ser más baja, aún hay otra perla, dice textualmente el diario mexicano: “Un par de veces al año, Muammar Gadafi se aventuraba a salir de sus tiendas de campaña para ir al campus de la Universidad de Fateh“, si la frase tenía la intención de afirmar, de alguna manera, que el líder libio debía permanecer recluido en una tienda de campaña por razones de seguridad, pero que aún así “se aventuraba” a salir un par de veces al año, la afirmación no puede ser más estúpida, ridícula, tendenciosa y falsa, ya que (al contrario de como sucediera con los supuestos bombardeos de Gadafi sobre su pueblo) queda demostrado en infinidad de vídeos, que el pueblo libio sigue apoyando multitudinariamente[10] (como no podía ser de otra manera) a quien les sacó de la pobreza y la incultura muy a pesar de las potencias colonialistas que ansían controlar la riqueza de su subsuelo. El apoyo que tiene Gadafi por parte de los libios es indiscutible, de otro modo el coronel no se ‘arriesgaría’ a circular en un coche completamente abierto por las calles de Trípoli, como ha hecho tantas y tantas veces, incluso en medio del conflicto causado y comandado por las fuerzas de invasión de la OTAN.
El redactor del diario mexicano, así como la práctica totalidad de aquellos que tienen voz en los medios de comunicación de mayor difusión, obviamente desconocen Libia, de otra forma no se entiende que participen con tanto empeño y esfuerzo en transmitir la visión que los opositores del líder libio tienen de él, a quien llegan a atribuir desde un estilo de vida misterioso hasta poderes divinos.

Para acabar con el montón de letras que ABC llama noticia, cabe señalar que en él se afirma en referencia al campus que: “El objetivo es «mantenerlo como un museo de la locura que hemos vivido estos 42 años, que las futuras generaciones no lo olviden», afirma el encargado de la biblioteca mientras muestra una colección de constituciones bolivarianas que el presidente Hugo Chávez regaló al ‘Aula verde’”. Como se puede ver el texto de ABC, el diario de extrema derecha no pierde oportunidad de agredir gratuitamente la figura de Hugo Chávez y de tachar de “locura” una constitución bolivariana mientras pide el máximo respeto para una constitución española que luce en su portada uno de los más significativos símbolos de la sanguinaria y cruel dictadura franquista.

Por su parte la Agencia de Noticias Inter Press Service (IPS), publica una nota en la que, sin rubor alguno, se publican frases y testimonios como los siguientes:
—“Numerosas oficinas de la escuela, incluso la biblioteca, fueron saqueadas por las fuerzas de Gadafi antes de la caída de Trípoli”.

Resulta cuando menos curioso que las ‘fuerzas de Gadafi’ tuvieran la necesidad perentoria de saquear una escuela o una biblioteca, tal vez anduvieran escasos de munición. Pero ya se sabe, en la guerra de la información todo vale, cualquier mentira absurda puede servir como munición ideológica, aún a riesgo de que su utilización haga pasar por estúpido a quien la utilice.

Cabe resaltar que en la Libia de Gadafi las casas no necesitaban llaves, por lo que hablar de saqueos solo ha sido posible tras la llegada de los mercenarios al servicio de la OTAN.

—“Visitamos las escuelas de la ciudad para garantizar que la seguridad ya no sea un problema”.

Teniendo en cuenta que los bombardeos de la OTAN sobre las escuelas suponían un serio problema de seguridad, y que tras ellos, las escuelas han debido ser valladas para evitar los asaltos y los saqueos, es normal que se quiera garantizar la seguridad, pero ni una cosa ni otra tiene ya nada que ver con Gadafi o con la Libia previa a los ataques y cuya policía no iba armada, muy al contrario de lo que sucede en las «democracias» occidentales cuando han de enfrentarse a la población descontenta con el régimen capitalista, como ha ocurrido con los indignados españoles o con los disturbios en Gran Bretaña, o con las protestas por el expolio y saqueo del estado del bienestar en Grecia. Tal vez si en España, en Gran Bretaña o en Grecia se alcanzara el mismo grado de universalidad en algunos derechos básicos que se alcanzó en Libia, las cosas nos irían mucho mejor en Europa.

—“No hay problema con materias como matemáticas o química, pero tenemos que revisar los libros de historia”, señaló Tabi. Los nuevos manuales, que se imprimen en Bengasi, llegarán en menos de un mes, añadió.

Desde siempre es conocida la máxima de que la historia la escriben los vencedores, en este caso la reescriben y, con las nuevas tecnologías, lo pueden hacer incluso antes de que acabe de ocurrir, lo que habla claro y alto de la necesidad imperiosa que tienen de tapar la historia con la primera mentira que escupan las imprentas.

Para el final, un pequeño apunte sobre el diario El Mundo, que tampoco pierde la ocasión de hacer el ridículo. Publica una noticia que titula: “Los libreros libios luchan por recuperar la vida cultural que les robó la dictadura[11]“. Es una noticia de pago, de la que muestran gratuitamente la siguiente frase: “Tanta fue la privación del alimento del espíritu durante la época de Gadafi que ahora los libios ni siquiera sienten hambre de libros.“ Teniendo en cuenta que, de la mano de Gadafi, la educación en Libia llegó a ser universal y gratuita, incluida la universidad y también los libros, es normal que los libios no sientan un ansia especial por los libros. Esa educación gratuita y universal podrá tener muchos nombres, pero “privación del alimento del espíritu” no puede ser, bajo ningún concepto uno de ellos.

En este sentido, además de desconocer en el diario El Mundo que las grandes ciudades libias cuentan con bibliotecas gratuitas y de libre acceso universal, también desconocen que los libros circulaban gratuitamente entre los libios, así como que parte de los libros eran adquiridos por el estado en inglés y no eran traducidos, por lo que el conocimiento del idioma inglés por parte de la población libia más joven es de un nivel suficiente para comprender que los medios occidentales están tapando la realidad del colonialismo sangriento que ha puesto patas arriba a su país.

El desconocimiento que los informadores tienen y mantienen sobre Libia es, en cierto modo intencionado. Muchos de ellos se desplazaron hasta Libia, y fueron alojados en el hotel Rixos, donde los aparatos de inteligencia occidentales se preocuparon de mantenerles ‘debidamente’ informados.

Cualquier cosa que los periodistas tuvieran ocasión de ver por sus propios ojos, y no les faltó ocasión, o de oír de boca del gobierno libio por medio de su portavoz Mussa Ibrahim, lo dieron.

Casi sin excepción por no visto ni oído.

Cierra El Mundo, la muestra gratuita de su noticia con la frase: “Las librerías de Trípoli han vuelto a abrir, pero los clientes no se arremolinan en la puerta.“

Las librerías de Trípoli han permanecido abiertas incluso entre los silbidos de las bombas de la OTAN, y así fue hasta la ejecución de la operación sirena que la OTAN planificó para entrar en Trípoli a finales del pasado mes de agosto.

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