La ONU: impunidad y fracasos seriales
(Cuando la práctica traiciona a los principios)
Por: Fernando Buen Abad Domínguez
Uno tras otro, los fracasos de la ONU son el argumento -más que irrefutable- para conducir al “Organismo Internacional” al “banquillo de los acusados” y a su extinción si insiste en su patología actual. Ya sabemos que sus fracasos seriales nada tienen de inocentes. Sin atenuantes. No hay palabrería “diplomática” que alcance para esconder las barbaridades perpetradas. ¿Quién es responsable de los errores estruendosos y macabros de la ONU? ¿Todos los países asumen, por igual, su corresponsabilidad?
La Organización de las Naciones Unidas es, en la práctica, una aberración degenerada, enemiga de sus propios principios, servil al imperialismo y dedicada a justificar ocupaciones, ataques, violaciones de todo tipo para asegurar, a los poderosos, ganancias por el saqueo de materias primas, control sobre mercados o zonas estratégicas, explotación y esclavitud de la mano de obra e impunidad descarada para enajenar conciencias. Ni olvido ni perdón para las tropelías imperialistas a las que la ONU ha servido en su historia. Ni perdón ni olvido a las injusticias cometidas contra Cuba, Yugoslavia, Venezuela, Haití, Afganistán, Iraq, Libia…la ONU toda y su “Consejo de Seguridad” deben someterse de inmediato a una auditoria político-económica radical. Y a todas las sanciones que les quepa a los responsables directos.
De cabo a rabo, desde los “cascos azules” hasta las misiones especiales, desde sus “misiones de paz”, hasta la UNESCO y todos los salarios de todos sus funcionarios y todos sus “Objetivos del Milenio”… auditoria integral a sus “redes”, sus “ayudas humanitarias”… basta de falacias, basta de errores, basta de impunidad.
Se hace todo lo contrario a las premisas, siempre perfectibles, que dieron origen a la ONU después de la II Guerra Mundial. Hoy, para dar cobertura “legal” a las pachangas arrogantes de imperialismo, la ONU cuenta con operadores amaestrados en el arte de la verborragia “elegante” y dispuesta, voluntariosamente, a esconder, bajo el tapete de su saliva leguleya, todos los muertos que genera el capitalismo. No pocos vienen de los brazos de terratenientes, banqueros y empresarios de todo el espectro delincuencial capitalista. Hay que abrir sus anales curriculares y libros contables.
Mientras tanto, los negocios de los imperios dejan en el planeta extrema pobreza y hambre, miseria en la educación, falacias en la “igualdad de género”, indolencia ante la mortalidad infantil, la mortalidad por falta de atención médica elemental, cinismo mercantil en la lucha contra el sida, hipocresía ostentosa frente a la destrucción de los ecosistemas e injusticias sin límite en las “alianzas globales para el desarrollo”. Tiene razón el presidente de Venezuela, la presidente de Argentina, el presidente de Ecuador y el presidente de Bolivia… entre los pocos líderes lúcidos que afirman (palabras más, palabras menos) que la ONU es un organismo antidemocrático y que sirve sólo a los poderes burgueses. ONU es una mascarada para camuflar la pachanga militarista imperial, de los 191 países miembros USA tiene bases militares en 129. Y sumando.
La ONU es un fraude mundial que, al contrario de ser defensora del “Derecho Internacional”, es violadora de los preceptos más sagrados en materia de justicia social, derechos humanos, respeto por la vida, libertad digna y el desarrollo planificado por los trabajadores del mundo con base en su riqueza natural y su fuerza productiva. La asimetría entre países imperiales y los países sometidos por el capitalismo se esconde permanentemente en la ONU. El fraude que constituye la ONU es, en realidad, expresión del fraude todo montado por el capitalismo y sus tensiones internas en la guerra por los mercados. Sólo para eso sirve su “Consejo de Seguridad” infestado por el tráfico de intereses y la más descarada política de usurpación, robo y asesinato. No hay atenuantes, millones de víctimas en todo el mundo pesan como una losa histórica sobre la barbarie legalizada en las entrañas ideológicas de la ONU. Ya sabemos cómo usa la ONU el término “terrorista” para tranquilidad del imperialismo.
Pocas tareas son más serviles y humillantes como la se ser Secretario de la ONU en sus condiciones actuales. Se hacen llamar “excelencias” y son sirvientes del formalismo diplomático burgués, incapaces de inspirar respeto o exigir dignidad. Colaboran gerencialmente en la tarea de ser pisoteados, de ser ciegos y sordos ante la realidad mundial, y muy solícitos ante las órdenes de sus amos. Perros falderos, tal cual. Aplíquese también a la OEA y similares.
Dominada mafiosamente por el capitalismo, la ONU es una entidad fraudulenta, dispendiosa y peligrosa incapaz de servir a la humanidad en su emancipación permanente. Es una pasarela mayormente ofrendada a la falacia y a los imperios. Muchos queremos otra cosa cuando hablamos de la unidad internacionalista hacia la desaparición de los “estados nacionales”, de las desigualdades de clase y de todas las fronteras. El final definitivo del hambre, de las guerras, de la opresión y de la alienación sólo se producirá con el fin del capitalismo y de todos sus tentáculos superestructurales y bélicos. La ONU hoy es una amenaza para los pueblos. Sus operaciones son dechados de inutilidad que cuestan mucho dinero. Son obscenos los resultados de sus “recomendaciones”, de sus “peticiones”, de sus “sugerencias”, de sus “resoluciones”, de sus “organismos multilaterales” y de sus “convenciones”… Alerta máxima, la aventura macabra contra Irak y la aventura macabra contra Libia son, entre miles, un aviso más. Más que un aviso… son una amenaza. ¿Quién sigue? Basta de abrigar ilusiones con la ONU. Nadie puede argüir inocencia.
Según cálculos de la OTAN: Si en 6 meses asesinaron 1% población Libia, necesitan 50 años para acabar con la resistencia.
Aquí les trascribo un artículo irreal y cómplice de los crímenes de la OTAN, para darnos cuenta como muchos periodistas titubean u ocultan la verdad de lo que en realidad pasa en Libia
"No he visto una guerra más sucia"
Los bombardeos nocturnos aterrorizan a la población civil en Libia
Sirte, la ciudad natal de Gadafi, tiene fama de ser un nido de gadafistas, de gente que durante los 42 años del régimen anterior vio cómo un pequeño municipio costero se convertía en una ciudad próspera de 100.000 habitantes, gobernada por la tribu de los gadafas. Ahora, ante el asedio de los rebeldes y los bombardeos de la OTAN, cientos de familias huyen de Sirte escoltadas por los propios rebeldes. El panorama que dicen haber dejado atrás da miedo.
Por: FRANCISCO PEREGIL
"Prácticamente todos los edificios grandes han sido destruidos", afirmaba un refugiado. "No he visto guerra más sucia que esta", se quejaba el libio de origen palestino Sami Alderramán. "Los rebeldes combaten desde las once de la mañana a las siete de la tarde. Pero lo peor son los bombardeos de la OTAN, que suelen ocurrir por la noche a partir de las once. Y disparan contra cualquier edificio. Hace dos días no pararon de tirar bombas durante seis horas. He visto morir niños, mujeres, hombres... como si fueran animales. Yo cogí a mi familia y la metí en un sótano, y en cuanto hemos podido hemos salido de allí. No hay luz, apenas hay alimentos... En los últimos seis meses puede que hayan muerto en Sirte unas tres mil personas".
"Hay solo un hospital, pero apenas tiene medicamentos", se quejaba otro padre de familia. "Los que se han quedado están dispuestos a morir y lucharán hasta la muerte", comentaba otro refugiado. Algunos de los que huían no tenían reparos en decir a los periodistas que ellos creían en Gadafi; que tal vez Gadafi debiera haber hecho algunas reformas, pero que lo preferían a él antes que a los que gobiernan el país ahora. Ninguno de los consultados dijo haber visto allí a Muamar el Gadafi ni a ninguno de sus hijos.
Abdul Rahin, de 29 años, hijo de Sami Alderramán, preguntaba inquieto cómo estaba el ambiente por Trípoli. "Tenemos allí amigos y parientes. Pero el problema es que no soy solo yo. Conmigo vienen mi esposa y dos hijas. Y con nosotros, tres familias, las de mis padres y hermanos. En total somos 18 personas. ¿Dónde metes a 18 personas?" Todo su afán era llegar antes de la noche a Trípoli y evitar los controles nocturnos. "Menos mal que he sacado a mis niños de ahí. No sé cuánto tiempo van a tardar en olvidar lo que han visto y han oído, pero por lo menos ya salieron". La caravana de refugiados era custodiada en todo momento por los rebeldes, que les facilitaban alimentos y agua. "Ahora fingen tratarnos bien, pero cuando acabe todo esto, a los de Sirte nos pasarán factura", se quejaba otro residente de la ciudad natal de Gadafi.
Los refugiados llevaban todo lo que habían podido apilar en sus coches: colchones, documentos, ropa... Habían pasado la noche en unos apartamentos sin luz eléctrica a dos horas de Sirte, cerca del municipio de Tahuerga, y ahora viajaban vigilados y protegidos al mismo tiempo. Protegidos ante cualquiera que pretendiese tomarse la venganza por su cuenta. Y vigilados porque los milicianos rebeldes no terminan de fiarse de ellos. "Hemos descubierto bombas en las mochilas que llevaban niños y mujeres", decía Alí Said Alí, un miliciano rebelde de 29 años que custodiaba el tránsito de los refugiados de Sirte. Algunos habitantes de Tahuerga, un municipio situado a media hora de Misrata, ni siquiera pudieron coger sus enseres, como hacen los de Sirte. Algunos huyeron y otros aún andan perseguidos. "A quienes son negros y de Tahuerga, directamente los matan", decía ayer un exresidente de Sirte.
Algunos rebeldes de la zona aseguran que los de Tahuerga participaron en el asedio de las tropas gadafistas a Misrata durante los meses de abril y mayo. Y que violaron a muchas mujeres. "Lo peor fue que lo grabaron en sus teléfonos", explicaba Alí Said Alí. "No han sido muchos los que cometieron esos crímenes, pero como quedaron grabados, todo se agranda. Se les veía riéndose y bailando en los vídeos". Que existan o no esos vídeos ya casi es lo de menos. Si es mentira o verdad que se han descubierto bombas en las mochilas de los niños, tampoco parece decisivo. Lo peor es que el odio ya se ha disparado y cualquier rumor sirve para justificarlo.
Brasil canta en honor de los Tuaregs, valientes hombres que están defendiendo libia de la agresión neo-colonialista de la OTAN