Libia: guerra de cuarta generación,
control del poder y del petróleo
Por Marbelys Mavárez Laguna
Una de las máximas que se utiliza en el periodismo es “quien maneja la información, maneja el poder”. Esto, de perogrullo, es así. Y en el actual momento, Libia se presenta como el mejor ejemplo de este axioma.
Las contradicciones en ese país han salido a la luz pública, pues los medios de difusión masivos se han encargado de dar a conocer las seudo realidades que está viviendo Libia … Por esta razón, lo único que sabemos a ciencia cierta es que hay muchos muertos, tanto de quienes apoyan el gobierno de Kadhafi como de los rebeldes. Otra verdad, no menos importante: los acuerdos en materia de derecho internacional humanitario han sido flagrantemente violados. Una tercera verdad, nada desdeñable sobre el origen del conflicto: el petróleo libio.
Así es la Guerra de Cuarta Generación
Lo que ocurre en Libia ha sido más que una guerra informativa: es la llamada guerra de cuarta generación. Existe un bombardeo de los medios de comunicación, en especial de los que corresponden al espectro internacional: BBC, ANSA, AFP, EFE, AP… Es altamente probable que haya olvidado alguna agencia de noticias, en virtud de que en su mayoría han concertado el conflicto. En todo caso, las agencias citadas –y sin duda otras tantas- corresponden a los países (Francia, EEUU, Inglaterra, Italia, España, Alemania, unido a los mercenarios libios y ex funcionarios de Kadhafi) que se han ensañado contra Libia para promover la otra guerra que ha acabado con más de 2000 civiles. Incluso, se ha hablado de 3000 muertos… El fin: la asunción al poder a través de la toma del petróleo. El medio: los medios de comunicación. Y en este contexto no se puede hablar de victoria alguna: Irak lleva nueve años en guerra, muy a pesar de haberse demostrado que nunca tuvo armas nucleares y de la muerte de Sadam Husseim. Con Libia podríamos estar ante un escenario similar. ¡O peor¡
Por otra parte, hace algunos días salió publicado en los medios de comunicación que el hijo mayor de Muamar Kadhafi, cuyo nombre es Seif Al Islam, había sido capturado por las fuerzas rebeldes. Al día siguiente Seif se exhibía sonriente para desmentir lo que habían expresado los medios en torno a su situación. También habrían dicho que Kadhafi estaba en Venezuela o había pedido asilo en Sudáfrica o en Nicaragua. Pero nada de esto ha sido verdad.
Lo anterior habla per sé de la existencia de una guerra por medios no convencionales. De un conflicto en el cual los llamados medios de comunicación han tenido un papel protagónico y determinante en el diseño de una nueva historia claramente forjada.
De tal forma que la guerra de cuarta generación permitiría a los llamados países desarrollados del escenario imperial internacional aprehender el petróleo libio en una época en que estos países lo requieren para sostener sus ya vapuleadas economías, situación causada por la crisis estructural del capitalismo, que ya no tiene forma alguna de sostenerse.
Las apetencias por una producción de 1 millón 500 mil barriles diarios (correspondiente a Libia) es de grandes dimensiones. Las condiciones para este escenario se venían preparando hace algún tiempo. A Libia se le había colocado en el banquillo de los países que están “al margen de las normas internacionales” al calificársele de Estado forajido. A esto la opinión pública internacional venía sumando las supuestas violaciones a los derechos humanos, a través de crímenes de lessa humanidad, impulsados por el gobierno de Kadhafi.
El pasado 26 de agosto del año en curso, tanto la ONU, como la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) llamaron en forma conjunta a las partes en conflicto en Libia a abstenerse de efectuar cualquier tipo de represalia. No obstante, el mismo día, la agencia de noticias italiana, ANSA, publicaba que “Trípoli es una fosa común llena de cadáveres”. Realmente, las imágenes per sé no nos dan cuenta de que esto sea así, pues existe una evidente manipulación de los hechos. Algunas de las informaciones revelan una esquizofrenia colectiva, una barbarie de parte de los rebeldes, casi inexplicable desde el punto de vista racional, pues sólo lo irracional priva en esas escenas: hombres que atacan un blanco inexistente; que colocan en ráfaga su arma cuando no hay objetivo preciso; que no advierten el mínimo protocolo para disparar, pues lo hacen hacia arriba, abajo, a un lado, al otro… sin percatarse de quién se encuentra cerca. Contra toda lógica de defensa o de ataque, pues.
La paradoja
Los rebeldes son los ilegales (aún así son apoyados por las fuerzas internacionales, organismos internacionales, corporaciones, gobiernos…), y es al gobierno de Kadhafi al que se le endilga la responsabilidad de las muertes. No se trata aquí de parcializarse hacia el gobierno de Muammar Kadhafi. De lo que sí se trata es de ser justos.
En el trabajo previo a la invasión de Libia, las operaciones psicológicas (consideradas por el Pentágono su arma más poderosa hoy en día) han sido una estrategia determinante en el logro de objetivos. Los organismos internacionales han tenido un rol crucial en esto, de la mano con los medios. Para muestra, el siguiente dato:
Sobre lo ocurrido en la Plaza Verde y, en general, en Libia, es oportuno hacer la siguiente acotación, que mucho tiene relación con las operaciones psicológicas que he venido señalando. En el periódico alternativo venezolano Y Ahora, Noticias en paralelo, de fecha 01 de Marzo del año 2009, Eva Golinger da a conocer una información que no debemos desestimar: “El grupo 4 de Operaciones Psicológicas (Activa) del Ejército de EEUU, es la única unidad operativa de operaciones psicológicas en el ejército…” Para el año 2011 tienen planificado que la unidad crecerá a 2.300 tropas expertas en operaciones psicológicas (por cierto, antes compuestas por 1.300 funcionarios). La misión oficial del Grupo 4 de Operaciones Psicológicas es desplegarse rápidamente a cualquier parte del mundo para planificar, desarrollar y conducir operaciones psicológicas y asuntos “civiles” (léase subversión) en apoyo a las fuerzas de la coalición y las agencias gubernamentales de Washington.
Medios de difusión y operaciones psicológicas
Es oportuno decir que el pasado 17 de agosto la televisión libia denunciaba la construcción en Qatar de un inmenso set de filmación con una réplica de la plaza para producir una realidad paralela y transmitirla al resto del mundo. De hecho, comparando las imágenes del lugar real con las imágenes que difundió Al Jazeera de "rebeldes" entrando a la plaza se puede advertir que faltan detalles, que las proporciones de los arcos que rodean el sitio no se corresponden con las proporciones reales que tienen los mismos, además, hay detalles arquitectónicos que faltan y algún que otro bastidor con la sospechosa apariencia de ser una mala pintura. En todo caso: Si esta versión del set de Hollywood de Al Jazeera en Qatar no fuese más que una operación de propaganda psicológica del gobierno libio, ¿cómo es que la televisión libia pudo haber previsto la manera en que se iban a desarrollar los acontecimientos? Se trata, pues, de otro hecho evidente de manipulación de la realidad, para maniobrar los cerebros de la llamada audiencia internacional. ¡Realmente bochornoso¡ La “borrachera mediática"
¿De quién es el petróleo de Libia?
Aunque el petróleo de Libia pertenece a ese país africano, realmente en la actualidad las triquiñuelas de la mal llamada diplomacia internacional sugieren que este petróleo pasará a manos de los países más emblemáticos y con mayores intereses que conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Ya el diplomático brasileño Marcos Azambuja se pronunció para realizar el siguiente señalamiento: la presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Libia busca apropiarse del petróleo de ese país. De tal forma que esta organización internacional, busca el control sobre parte de la producción en Libia: 1 millón 600 mil barriles diarios.
Azambuja, quien se desempeña como miembro de la Comisión de Armas de Destrucción Masiva de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recordó que su país tiene inversiones en Libia, principalmente de las empresas Petrobras y las constructoras Odebrecht, Camargo Correa y Queiroz Galvao.
Entretanto, en Francia, algunos medios de difusión masivos han lanzado la tesis según la cual Francia obtendría el control del 35% del petróleo libio (con la anuencia de las nuevas autoridades de Libia), luego de la ayuda a los rebeldes y al Consejo Nacional de Transición para derrocar al Kadhafi. Y aunque el representante del CNT en París, Mansur Saif al Nasr, señaló que no tiene constancia de ningún convenio firmado al respecto, reconoció que el CNT no excluye la posibilidad de facilitar el funcionamiento en el territorio libio de compañías procedentes de los países que ayudaron a los rebeldes a derrocar a Kadhafi. La autodeterminación de ese pueblo violada.
Veamos el siguiente gráfico y analicemos su contenido:
Francia aparece con sólo el 10% del total de las exportaciones de petróleo de Libia. Pero es un destinatario seguro del crudo. A Italia Libia exporta el 32%. Alemania aparece con un 14% del total de la producción… Preguntarán por qué Francia ha adoptado la posición según la cual es necesario salir del régimen de Kadhafi para implementar un nuevo orden democrático…
Desde el punto de vista formal no se explica la acción mancomunada de los países de la Unión Europea contra el pueblo libio, en virtud de que aquéllos no cancelaban aranceles por concepto de exportaciones petroleras, pues Libia disfruta de las ventajas que ofrecería un área de libre comercio con la UE. Esto nos dice que la razón de la guerra en Libia no debe buscarse en asuntos formales. Pues la causa que acompañó la invasión en ese país por parte de la OTAN… fue un motivo que, en primera instancia, no se cuantifica, se ambiciona: poder, que va de la mano con el petróleo.
Lo cierto es que de lo que se trata es de una lucha frontal por el poder, en la cual todo vale. Como lo diría Tomás Hobbes, lo que ocurre en Libia hoy en día es la franca demostración de que, efectivamente, el hombre es el lobo del hombre. En especial, el hombre (en términos genéricos) del poder internacional.
Joaquín Estefanía, economista y periodista español, en su libro Aquí no puede ocurrir. El nuevo espíritu del capitalismo (2001:13), señala que el nuevo espíritu del capitalismo, el cual se ha hecho hegemónico tras la caída del muro de Berlín, es el capitalismo global y cuando se cambian los íconos: el de Marx por el de Milton Friedman; el de Che Guevara por el de Soros, el del Dow Jones por el de Nasdaq, el de Rockefeller por el de Bill Gates, el de Hayek por el de José Bové, el héroe de Seattle, etc, es preciso diferenciar la moda de lo que va a instalarse…
El sistema, digo, está haciendo la implosión que le es inherente cuando el modelo ha convulsionado y colapsado. Por ello se apela al ABC: echar mano de los recursos energéticos de otros países, socavando sus normas, reglas, leyes, indiosincracia, sistema, elección, su pueblo… El fin, en todo caso, justifica los medios cuando se trata de pretender salvar al orden establecido, sea cual sea el costo.